El 17 de octubre de1983 fue inaugurado el Instituto Internacional de Periodismo “José Martí” en la casona de G e I, Vedado, y sigue allí. Surgió en el seno de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) con el auspicio de la Organización Internacional de Periodistas (OIP) y el apoyo de la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP) desde la perspectiva de centro de superación profesional para colegas y sus organizaciones en América Latina y El Caribe.
La OIP favorecía un sistema de escuelas de este tipo instituidas en países socialistas europeos con proyección para África, Asia y América Latina. Desde sus inicios el Instituto ofrecía a los cursantes la oportunidad de ver, escuchar y tocar con las manos a la sociedad cubana, de modo que al regresar a sus países pudieran escribir y contar sus vivencias y reflexiones.
Yo asumí su dirección en 1984, porque Lázara Peñones, directora fundadora, pasó a dirigir la Escuela de Periodismo de la Universidad de La Habana, devenida Facultad de la Comunicación Social.
Se organizaban cursos de 3 meses de superación con un programa que comprendía entre otros objetivos el intercambio de conocimientos y puntos de vista sobre el quehacer periodístico en el contexto de la realidad económica, política y social de la región; la necesidad de un nuevo orden internacional de la comunicación y la información frente al poder de las transnacionales mediáticas y de sus voceros nacionales repitentes de las matrices de mentiras y guerra psicológica montadas por los servicios de inteligencia del imperialismo. La ética del periodista constituía materia de debate insoslayable.
La convocatoria iba dirigida a colegios, asociaciones y sindicatos donde se agrupaban colegas, teniendo en cuenta la diversidad de las organizaciones que sostenían relaciones con la UPEC. Era alta la presencia de representativos(as) de la llamada prensa alternativa. Recuerdo las de Radio Tarija, del departamento del mismo nombre, y de la ciudad de Santa Cruz, respectivamente en el sur y en la zona oriental de Bolivia; las mexicanas del Distrito Capital, Tamaulipas y Monterrey; las brasileñas de Sao Paulo, Río Grande Do Sul y el nordeste; las del Caribe y tierra adentro colombianos y las del Sindicato y el Colegio dominicanos. En su historia, el Instituto debe apuntarse haber anudado amistades personales e institucionales y la solidaridad con colegas peleadores por derechos propios de su oficio y los de sus pueblos.
Entre los cursos para latinoamericanos se realizaban seminarios y otros tipos de encuentros de menor duración con periodistas y dirigentes de prensa del Caribe anglo parlante con un temario previamente concertado con los participantes y entre los que obviamente no podía faltar adentrarse en lo posible en la realidad cubana.
El claustro de profesores no recibía remuneración alguna. Recuerdo a Vicente González Castro en Medios Audiovisuales; José Antonio Benítez en Géneros Periodísticos y Agencias de Noticias; Julio Batista en Reportaje en la Radio; José Rodríguez Méndez en Periodismo en Televisión; Enrique González Manet en Nuevo Orden Internacional de la Información; y Arnaldo Coro en Nuevas Tecnologías de las Comunicaciones y la Información .El amplio cuerpo de conferencistas lo integraban colegas de los diferentes medios, funcionarios del Partido y el Gobierno y especialistas de los más diversos temas del acontecer nacional y mundial. Ricardo Alarcón era habitual disertante en materia internacional. Muy esperados por los alumnos desde su arribo al Instituto eran los encuentros en solitario con Silvio Rodríguez y Pablito Milanés.
Cada curso visitaba una provincia, además de lugares de interés en La Habana y territorios vecinos. Los muchachos y muchachas, vale decirles así porque eran en su inmensa mayoría jóvenes, iban alguna que otra vez a la playa y disponían de tiempo libre por la noche.
Yo estaba aun al frente del Instituto cuando se le reconoció por el Ministerio de Educación Superior la categoría de Centro de Enseñanza de Posgrado.
Es mi deber recodar a Ernesto Vera, quien desde la presidencia de la UPEC y la vicepresidencia de OIP y la FELAP fue uno de los artífices del Centro honrado con el nombre de José Martí. También a Antonio Moltó, director antes que Ariel y presidente de la UPEC hasta su muerte.
Se desmoronó la URSS y la Comunidad de Estados Socialistas de Europa. Por supuesto que se extinguió la OIP. Transcurrieron los años del Período Especial. Pero el Instituto se mantuvo en pie y estaba en ese indoblegable andar, en medio de aquellas dificultades, bajo la dirección de Guillermo Cabrera, cuando nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro aprobó la ayuda. El inmueble de dos pisos que antes lo reunía todo, aulas, cabina de radio, oficina, dormitorios, cocina, comedor, área de estar, etc. quedó para la docencia. Se reconstruyó o remodeló el amplio local de enfrente para hostal y los servicios pertinentes con el significativo nombre de El costillar de Rocinante.
Lo que sigue es historia contemporánea con un caudal de logros. Nadie mejor que Ariel Terrero para definir con buen juicio y capacidad de síntesis al Instituto a los 35 años de nacido. El fue alumno en 1987 cuando se decidió incorporar a cubanos, luego profesor y hoy lleva la batuta, alternando con sus deberes de vicepresidente de la UPEC y afilado analista de temas económicos.
En su disertación conmemorativa el lunes 15 en el Memorial “José Martí” de la Plaza de la Revolución, puntualizó que el Instituto había tenido como rasgos fundamentales su acción fundacional y la pluralidad de análisis con una mirada profundamente latinoamericana. Coincidentemente en el auditorio se encontraban los latinoamericanos participantes en el posgrado internacional “La nueva radio”.
Ariel no demoró en responder con mayor amplitud para los lectores de Cubaperiodistas la pregunta que encabeza la presente nota:
-El Instituto ha sido siempre un centro de superación de periodistas que ha tenido una profunda mirada latinoamericana, algo vital y con la cual ha mantenido su fidelidad al grande del periodismo de Nuestra América que nos inspira: José Martí. Y es también mucho más. Ha funcionado como un espacio de convergencia de ideas y experiencias avanzadas para el desarrollo de la comunicación, en Cuba y en la región.
“Por sus aulas han transitado, para enseñar o aprender, nombres de referencia en el periodismo y en otras especialidades de interés, tanto en Cuba como en otros países. Unos llegaron identificados como figuras del mejor periodismo; otros entraron para amasar el conocimiento que les hace figurar años después. Una misión bella y vital ha cumplido el Instituto a lo largo de 35 años”.
El miércoles 17, el día que marca precisamente el XXXV aniversario, en el acto efectuado en la Casa de la Prensa, 27 e I, El Vedado, el presidente de la UPEC, Ricardo Ronquillo Bello, dijo que los programas concebidos y realizados por el Instituto no deben quedar entre las paredes del Centro, sino extenderse a todo el país mediante cursos a distancia.