Un error que abunda por exceso y por defecto es el uso de la conjunción que, acompañada o no de la preposición de. Tanto encontramos personas que añaden la preposición de cuando esta no debe ir, como otros que la suprimen cuando es necesaria.
Hay incluso quienes afirman categóricamente que antes de que nunca se escribe de, lo cual constituye un disparate.
Lo cierto es que definir cuándo debe la preposición acompañar o no a la conjunción requiere de determinados conocimientos gramaticales, pues la partícula que realiza diversas funciones.
El primer escollo para el hablante no ducho en gramática es no confundir ese que con el pronombre relativo que introduce subordinadas adjetivas, se refiere a un sustantivo (antecedente) y puede ser sustituido por cual: En el verano se realizan múltiples actividades, que contribuyen a una recreación sana.
La partícula que —en el caso que tratamos— es conjunción anunciativa que antecede a la subordinada sustantiva; sin embargo, este tipo de subordinadas puede realizar diferentes funciones.
Cuando está en función de complemento directo no lleva nunca la preposición de, pues este solo admite, y excepcionalmente, la preposición a en expresiones referidas a persona. Afirmó que, dijo que, explicó que, pensó que… y otras construcciones similares no llevan nunca la preposición de, pues —repito— en ellas el que introduce una oración subordinada sustantiva en función de complemento directo y este no la precisa.
Sin embargo, la preposición de se hace necesaria, imprescindible, en ejemplos como los siguientes: Tuvo la certeza de que todo estaría listo para la nueva audición. / Estamos seguros de que la meritoria labor de Argeliers León nunca será olvidada. Y es que en estas oraciones la subordinada sustantiva actúa como complemento o modificador de un sustantivo —certeza— o un adjetivo —seguros— y esa construcción requiere de la preposición como elemento de enlace.
Hay, incluso, algunos casos en que la subordinada sustantiva puede funcionar como complemento circunstancial —puede llevar cualquier preposición— y acompañarse de la preposición de. Es el caso de oraciones como: Todos se percatan de que las composiciones musicales de Teresita Fernández son una obra mayor.
De modo que la oración subordinada sustantiva en función de complemento directo no va antecedida nunca por la preposición de. Sin embargo, cuando este tipo de construcciones se refiere o modifica a un sustantivo o adjetivo, o funciona como complemento circunstancial, la presencia del de se vuelve imprescindible.
Diferenciar un caso de otro requiere un poco de reflexión y cuidado, y, sobre todo, del deseo de ser cada vez más precisos en la utilización de nuestra lengua materna.
Esta es la gramática que vale, la que durante toda nuestra vida y no solo cuando estamos en la escuela, nos resulta útil en función de un uso adecuado del idioma.