Con el cuerpo en estado de éxtasis creadora, el sol radiante frente a los rostros de las personas y la sensación incontrolable de no dejar de apretar el obturador -porque todo le parece interesante-, Laura Borges Moreno tuvo un Primero de Mayo, oficialmente, como fotorreportera: el oficio que más le gusta.
En esta ocasión Laura no se quedó transcribiendo en la redacción; en este Día Internacional de los Trabajadores sintió en la piel las emociones del pueblo cubano al desfilar para defender sus derechos y porque la conciencia del trabajo perdure; recreó con su visión particular las escenas festivas, las miradas emocionadas, así como la confianza depositada por su gente al recién electo presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, quien junto a Raúl saludaba desde la presidencia.
“No es la primera vez que cubro el evento, antes de formar parte de Juventud Rebelde, lo hacía en Prensa Latina como asistente de redacción, aunque es incomparable la sensación de trabajar detrás de un visor. Es muy diferente, plasmar cada detalle, ver al pueblo alegre que pide sin vergüenza que le tomes una foto. Se siente muy bien”.
El proceso de preparación no suele ser sencillo, y aún más si desconocemos lo que va a acontecer: “No fue fácil, tuve que estudiar los planos, chequear técnicamente los lentes que necesitaba, pero debo admitir que valió la pena”.
Es notable su felicidad al cubrir la fiesta de los trabajadores y el pueblo cubano, lo que hizo indispensable la interrogante de ¿qué sentía al representar a la prensa nacional en el evento?: “Un Primero de mayo como periodista significa mucho, porque es representar a mi país, a la juventud cubana y sobre todo a mi periódico Juventud Rebelde”.
Al terminar el desfile, le corren por doquier las gotas de sudor, pero no ha perdido la alegría, y nos transmite en pocas palabras lo emocionante de la nueva experiencia; luego de las tomas fortuitas a las risas, cantos y bailes de los participantes, dice que regresará, ya para la próxima vez, con la experiencia de haber vivido un Primero de mayo como fotorreportera de Juventud Rebelde.
Por Amanda Romero González, estudiante de Periodismo