Lima, Perú.-¿A la Cumbre viene usted?, ¿qué Cumbre es esa, patrón? Parecerían solo preguntas, pero en realidad son las respuestas del peruano común que no ve perturbada su jornada de subsistencia, a tres días de que se inaugure en Lima, la capital de este país, la VIII Cumbre de las Américas.
Lima sigue su ritmo cotidiano de tráfico infernal, bocinazos, vendedores ambulantes y limpiadores de vidrios de los autos que se agolpan en cualquier esquina, a la espera de que se detengan los vehículos y proponer su mercancía o su servicio, y esperar unas monedas a cambio, a veces con amabilidad, otras con desespero acosador.
Solo en los medios de comunicación se habla de la cita hemisférica de mandatarios que acontecerá los venideros viernes 13 y sábado 14. Apenas un cartel a la salida del aeropuerto internacional Jorge Chávez da la bienvenida a quienes participarán en la VIII Cumbre; en la ciudad nada recuerda que habrá tal reunión.
Lo que si saben los casi 10 millones de habitantes de esta urbe es que los días de la cita serán feriados, para tratar de aligerar el caótico tráfico de la ciudad y posibilitar la movilidad de las 30 delegaciones que han confirmado su participación, y los 21 jefes de Estado o Gobierno que ya han dicho que estarán acá.
A estas alturas del partido los peruanos están más preocupados por la gestión de gobierno del nuevo presidente de la nación, Martín Vizcarra, que por las razones que llevaron a que el antecesor renunciara hace apenas unas semanas.
Vizcarra transmitió este lunes un mensaje de reconciliación, para sanar, dijo, las profundas diferencias en torno al tema fundamental de la reunión: la corrupción, que paradójicamente le costó el cargo a Pedro Pablo Kuczynski.
El llamado de Vizcarra ha sido claro: un frente común entre la sociedad y el gobierno para eliminar la corrupción, caiga quien caiga.
El gobierno peruano trata de mostrar un país unido, donde no hay impunidad y existe gobernabilidad; sin embargo, en los medios de comunicación se habla más de lo que sería el tema central de la reunión que dista mucho de los objetivos propuestos públicamente y que se apegan más a la agenda que Estados Unidos y algunos de sus aliados han definido: atacar a la Venezuela bolivariana que no estará presente tras la decisión del Grupo de Lima de desinvitar al presidente Nicolás Maduro.
Los programas televisivos de debate sobre la supuesta crisis humanitaria en Venezuela parecieran una carrera de relevo y la denostación del Presidente Maduro una carta de naipes que una y otra vez vuelve a salir, y ser utilizada, sin pudor o ética, por los profesionales de la palabra.
La gente en la calle se alimenta con la esperanza de titulares como el del Diario Voces que asegura la ciudad se beneficiará de la VIII Cumbre con ingresos entre 70 millones y 80 millones de dólares por la demanda de hoteles de tres, cuatro y cinco estrellas para alojarán a entre cinco mil y seis mil personas.
Carlos Canales, presidente de la Cámara Nacional del Turismo (Canatur), al referirse a la cita hemisférica la califica como una gran vitrina publicitaria, en materia turística, para la ciudad de Lima y el Perú.
Una visión que pudo palpar la delegación de prensa cubana al visitar las instalaciones del Ministerio de Cultura, en el distrito de San Borja, donde se habilitó una sala de prensa en el primer piso de la Torre Kuelap con capacidad para 400 puestos de trabajo y que en un hecho poco común, tendrá otra una sala cercana para el “esparcimiento de los periodistas”, según los organizadores para “cuando los profesionales no tengan nada que hacer”.
Un área que en realidad es para la promoción de los productos estrella de Perú y de degustación de platos típicos, así como una sala de videojuegos, fueron creadas para los dos mil profesionales del periodismo acreditados, 700 de ellos extranjeros.
El lunes en la tarde ya se podían observar los ensayos de grupos policiales, que llegarán hasta los 16 mil, quienes brindarán seguridad durante la Cumbre de las Américas, con el aparataje y la vestimenta antimotines característica.
La VIII Cumbre de las Américas, en tanto, ya abrió sus puertas con la realización del foro indígena, que continúa con el de la sociedad civil, donde Cuba tiene una participación importante con una delegación de 68 representantes de las más de dos mil organizaciones no gubernamentales de la Isla en la Coalición 15, denominada Por un mundo inclusivo y respetuoso.
Jorge Legañoa Alonso, enviado especial de la ACN