En solemne ceremonia realizada en el Salón de Protocolo -también llamado de los Vitrales– de la Plaza de la Patria, en la ciudad de Bayamo, fueron entregados, este 12 de marzo, los premios del concurso de periodismo de opinión Dania Casalí Ramírez in memoriam, 2017, que cada año convoca la Unión de periodistas de Cuba (Upec) en la provincia de Granma.
La ceremonia en sí, y el lugar en que tuvo lugar fue, preciso es decirlo aunque suene –y hasta sepa- a frase hecha, un merecido homenaje a dicha colega, quien este 15 de marzo cumpliría 57 años de vida, si hace casi 27 no la hubiera perdido en un accidente del tránsito al retornar de un trabajo voluntario en la agricultura.
Dania (Bayamo, 15 de marzo de 1961-20 de julio de 1991), muchacha atractiva, de piel trigueña y negrísimo pelo, quería ser periodista, nada más que periodista. Tan firme fue su decisión que al no obtener plaza en la Educación Superior para estudiar esa carrera, se negó rotundamente a optar por otra.
Alguien confió en ella, la vinculó a La Demajagua, órgano informativo de la provincia de Granma, y así pudo estudiar la ansiada especialidad en la Universidad de Oriente, mediante la modalidad de Cursos por Encuentros Para Trabajadores.
Comenzó escribiendo sobre temas culturales. Asistía a los ensayos de los espectáculos, conversaba con sus organizadores y artistas participantes. Luego a iba a su presentación y los enjuiciaba.
Traspasó las fronteras granmenses y entrevistó a nuestro Poeta Nacional, Nicolás Guillén, el cantante Alberto Cortez y la actriz Susú Pecoraro, ambos argentinos, entre otras figuras relevantes.
Dania tallaba sus trabajos periodísticos. Los escribía primero a mano, luego mecanografiaba en cuartillas pautadas, los leía y releía, sentada en su silla o caminando por el amplio salón de redacción del rotativo granmense; les hacía tachaduras, se reclinaba, de frente, en la mesa de trabajo de alguno de sus colegas, los enseñaba y pedía opinión.
Elaboraba conceptos. Polemizaba en las páginas de La Demajagua, “con lenguaje audaz y mesurado” recuerda una de sus amigas.
David Rodríguez Rodríguez, de Radio Bayamo, en una crónica dice: “Su bello rostro presidió no pocas acciones de la prensa granmense, y su verbo filoso y su pluma en ristre, se erigieron en pilares de una profesión como la nuestra, en la que se unen el látigo y el cascabel”
En otro párrafo, dice David: “(…) anduvo con sus poemas subiendo las montañas, atravesando los llanos de la provincia (de Granma), cruzando sus ríos y arroyos, alimentando con su presencia la fragancia de las flores, que le envidiaban su lozanía”.
Así es, porque era una poetisa a quien, asegura en su poema Recuerdos
De pequeña me asustaba el aire sobre la cara
el sol me miraba fijo
y las calles eran interminables
Todo era más grande
el patio
las manos de la abuela
que un día dejaron de acariciarme
y aquel mirar largamente las nubes
que nunca pude alcanzar con las manos
Debió nacer entonces
esta manía de espiarlo todo
Ahora las cosas tienen su propia dimensión
y el sol me mira fijo
pero puedo responderle.
El escritor Arsenio Rosales en el prólogo a un cuaderno de poesías de Dania Casalí, editado post mortem, dice que Quiero entender el lenguaje de las cosas, “es un poema revelador, grave, donde se palpa tenuemente una intención secreta, acaso premonitoria y generosa, como una anticipación de su corta existencia, cuando afirma rotundamente:
Quiero cantar el breve gesto de la vida.
En A esta muchacha, Dania proclama:
Ya no tiene el relámpago
solo una flor en el pecho.
Estas líneas pretender ser flores en su pecho colocadas, para que siga viva entre nosotros.
A esta muchacha
Esta muchacha
que han visto pasar
por las calles
con libros en la mano
esta muchacha que ríe
se sienta a la ventana de la vida
le descubre al mundo sus silencios
los amontona en un puño
los echa en su pecho
y es entonces cuando no sabe
si los sueños le nacieron ayer
o en la esperanza de sus días
La he visto salir
cruzar un relámpago
que quizás le salga hasta los ojos
abrazar al primero que se encuentre
que el aire le despeine las sonrisas
y regresar por las mismas calles
Ya no tiene el relámpago
solo una flor en el pecho
para volver a sentarse a la ventana
y descubrir al mundo los secretos.
Orlando Fombellida Claro / Armando Yero la O
Dania Casali fue una mujer especial, durante mi servicio social en Bayamo fue ella quien me introdujo en el periodico provincial y me dio la oportunidad de comenzar la maravillosa aventura del periodismo cultural. Su huella quedara por siempre!