En otras ocasiones, he denunciado actividades de la contrarrevolución (anti)cubana en México y he alertado cómo podrían lesionar severamente las históricas relaciones de amistad entre Cuba y este país. De nuevo me veo en el deber de advertirlo ante la desembozada actividad contra Cuba de René Francisco Bolio Halloram, Procurador Federal Agrario en la Ciudad de México.
El caballero no se mide. Con antecedentes de militancia en la ultraderecha mexicana del sinarquismo, se ha prestado para presidir la autodenominada Comisión Internacional Fiscalizadora de los Crímenes de Lesa Humanidad del Castrismo (Cuba Justicia, le dicen). Aunque los nombres de sus restantes miembros han aparecido en medios de Miami y en cables de la agencia Efe no tiene sentido mencionarlos pues son unos perfectos desconocidos. El hecho ominoso es que un funcionario del gobierno federal de México sea el líder de este grupo, que según declaraciones a Efe de Bolio ha celebrado ya dos audiencias públicas. Una en la sede de la municipalidad de Miami y otra en un edificio del Congreso en Washington; y proyecta celebrar dos más en lo que queda de año.
La comisión, añade, se nutrirá, además, de los informes de organizaciones dentro de Cuba. Como ha sido ampliamente documentado en los cables de Wikileaks y en otras fuentes, quienes integran la contrarrevolución en Cuba, además de repudiados por el pueblo, son vulgares mercenarios que se pelean con sus homólogos de Miami los fondos que les asigna el gobierno de Estados Unidos del total y mayormente secreto presupuesto para el cambio de régimen.
El grupo encabezado por Bolio no ha simulado siquiera una investigación. Tiene prisa. Y el 12 de febrero anunciaba en Miami que tres días antes había entregado al Departamento de Estado en Washington una lista “preliminar” de 42 funcionarios cubanos supuestamente autores de crímenes de lesa humanidad. El objetivo que aducen sería risible si su intención no fuera tan injuriosa: que Washington impida la entrada y congele las cuentas bancarias en su territorio a los enlistados, encabezados por el presidente Raúl Castro. No podía faltar una visita del grupo al servil Luis Almagro, secretario general de la OEA.
Las actividades anticubanas de Bolio son de suma gravedad, en lo político, legal y moral. Un funcionario del gobierno mexicano, que, sin duda, en este sexenio se ha esforzado por mantener relaciones cordiales y de respeto con Cuba, no solo encabeza esta comisión, sino que en acto incalificable, entrega la calumniosa lista al gobierno que –ese sí- no ha cesado de cometer crímenes de lesa humanidad contra el pueblo cubano.