Josefina Vidal Ferreiro, directora general de Estados Unidos de la Cancillería, denunció la manipulación de algunos senadores estadounidenses, encabezados por el anticubano Marco Rubio, para incriminar –sin evidencia alguna– a Cuba en supuestos ataques a diplomáticos de esa nación en la Isla.
En conferencia de prensa desde la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, la funcionaria calificó de manipulación política la sesión del Subcomité del Hemisferio Occidental del Comité de Relaciones Exteriores del Senado norteamericano.
Aseguró que Rubio y otros pretenden condenar al gobierno cubano por las supuestas afectaciones a la salud que sufrieron diplomáticos norteamericanos en La Habana.
Añadió que esos elementos anticubanos buscan agravar el clima bilateral, con el único propósito de volver a una etapa de confrontación, con consecuencias negativas para ambos países y la región.
Rechazó la politización de los supuestos incidentes y consideró injustificadas las medidas que ha adoptado el gobierno de Donald Trump –la retirada del 60 por ciento de su personal en La Habana, la casi total suspensión de las labores consulares y la expulsión de 17 funcionarios de la legación cubana en Washington– con un alto costo para la población y la emigración cubana, así como para los estadounidenses.
Vidal Ferreiro reiteró que Cuba es un país seguro, pacífico y saludable para cubanos, extranjeros, diplomáticos acreditados y para los millones de personas que visitan al archipiélago cada año, incluyendo los estadounidenses.
A una pregunta de la prensa afirmó que la solución a este problema está en manos del gobierno norteamericano, que basó sus decisiones sin tener una sola evidencia de quién o qué causó las supuestas afectaciones a la salud, o la implicación de Cuba en ellos.
Estados Unidos debió avanzar y comprometerse con la parte cubana en una investigación rigurosa; sin embargo, aun cuando el gobierno de la nación caribeña facilitó acceso a información, esta no fue reciprocada, ni se permitió a sus expertos entrevistar a los afectados o al personal médico que los asistió.
Dijo que los senadores Marco Rubio y Robert Menéndez, quien copresidió la reunión, tienen un vasto record de trabajo en contra de mejores relaciones entre Cuba y EE.UU.
Han sido promotores de legislaciones que afectan los intereses de ambos pueblos, y solo benefician a una minoría cada vez más aislada que históricamente ha lucrado con la agresión a la mayor de las Antillas, destacó.
La primera víctima de la audiencia de hoy fue la verdad, enfatizó Vidal Ferreiro, quien agregó que el objetivo fue imponer por la fuerza, y sin evidencia alguna, una acusación que no han podido demostrar.
Resaltó que resultan inaceptables las declaraciones realizadas en la audiencia por el secretario adjunto para los Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, Francisco Palmieri, quien señaló “se le hacía muy difícil” creer que el gobierno cubano no tuviera conocimiento de quién o qué causó los ataques debido a sus estándares de seguridad.
Las declaraciones de la directora general de Estados Unidos de la Cancillería, en las que aseguró que el Departamento de Estado no tiene evidencia alguna que le permita afirmar que ha habido ataques contra sus diplomáticos en La Habana, ni que Cuba pueda ser responsable o tener conocimiento de acciones de terceros, coinciden con las conclusiones de un informe del FBI que fue filtrado a la prensa.
El FBI no ha encontrado prueba alguna de supuestos ataques sónicos contra el personal diplomático estadounidense en Cuba, tras meses de investigaciones y cuatro viajes a La Habana, reveló este lunes la agencia de noticias Associated Press.
Los tres funcionarios del Departamento de Estado que participaron en la audiencia también admitieron, por primera vez, no estar seguros de que los supuestos ataques sufridos por estadounidenses en Cuba fueran una agresión acústica, como habían sostenido hasta el momento.
Meses de investigaciones exhaustivas han demostrado que no ha existido ataque alguno, aseguró igualmente la diplomática.
Reiteró a la prensa nacional y extranjera convocada que el gobierno de La Habana no tiene responsabilidad alguna en las afectaciones de salud reportadas y que Cuba nunca ha perpetrado ni perpetrará, ni ha permitido ni permitirá que terceros actúen contra la integridad física de ningún diplomático, sin excepción.
El gobierno cubano tiene conciencia de sus responsabilidades y las cumple de manera ejemplar, concluyó.
La investigación realizada por las autoridades cubanas, a cuyos resultados el Departamento de Estado y las agencias especializadas de Estados Unidos han tenido acceso, arrojó que no existe evidencia alguna sobre la ocurrencia de los supuestos incidentes y no se ha producido ataque de tipo alguno.