¿Texto saturado de formalidades y verbos rebuscados? ¿Simplicidades o vacilaciones? Ante tales preguntas Rodolfo Romero Reyes trasciende las respuestas clásicas y nos lanza una interrogante capaz de negar, con su
ingenio, las trivialidades y convencionalismos.
Así, ¿Quién le pone el cascabel al látigo? es la propuesta con la que el joven periodista pretende cautivar a los amantes de la literatura y del buen humor, en el aniversario 95 de la revista Alma Mater, y que estará a disposición del público en la venidera XXVII Feria Internacional de Libro.
Fruto de su trabajo en la sección El Látigo de esta revista, y bajo el sello Abril, el libro rescata cuarenta y cinco crónicas de su autoría, publicadas entre 2008 y 2016, que versan sobre temas muy cercanos a la realidad cubana y el ámbito universitario.
En las páginas de ¿Quién le pone el cascabel al látigo? se dan cita la agudeza y la ironía, tan característica de los textos de Reyes, para reflejar acertadas críticas a situaciones cotidianas y temas recurrentes en las épocas modernas como el cuentapropismo, la popularidad del reggaetón, la vida en las aulas de la vocacional Lenin o de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, entretejidos con la terminología propia de un joven contemporáneo.
Con prólogo del periodista Jesús Arencibia Lorenzo, la compilación fusiona, además, con tino y un perspicaz lirismo, otras temáticas de actualidad un tanto controversiales, como los tríos y los nuevos tipos de relaciones
amorosas, al estilo más poético y humorístico. Nomenclaturas como ositos de peluche, novios Nestlé o chicles se configuran como las clasificaciones que propone Reyes ante esta avalancha de novedades.
En consecuencia, tampoco resultará descabellado toparse entre sus líneas, a un Apolo reguetonero, que combate contra las tribus mikis en una mítica pelea, o un poema romántico que conjuga la lírica de Neruda con las letras
de Daddy Yankee.
Mientras, trae a icónicos personajes como Harry Potter a las calles de La Habana, e incluso, a participar de los debates universitarios, todo un juego de recursos y roles que desentraña las problemáticas diarias de los estudiantes y de la sociedad cubana en general.
Por otra parte, la influencia de las nuevas tecnologías en las tradicionales formas de comunicación, intercambio, y hasta el enamoramiento no queda exenta de la pluma o más bien del látigo de Reyes en esta ocasión. Al universo de Zuckerberg también le reserva un apartado, en el que salen a relucir las virtudes y desventajas de Facebook en el amor.
Pero si de Lógicas –capítulo que agrupa estas crónicas– se trata, es imposible soslayar la singularidad con que el autor demuestra su teoría sobre las celebraciones cubanas, o el título que merecen los tan útiles pomos plásticos.
Con Los “hijos de papá”, Rodolfo Rodríguez Reyes cierra su libro. Y es que ¿Quién le pone el cascabel al látigo? no podría finalizar de otra manera. Esta crónica breve y simpática, mención en el género crónica de la VI edición del concurso ramal de periodismo Ricardo Sáenz in memoriam, critica las desigualdades que surgen en la sociedad cubana a raíz de las diferencias económicas que acarrea el trabajo por cuenta propia y otras ocupaciones laborales.
De esta forma, Reyes hace estallar reflexiones en torno a su contexto en todas sus dimensiones, atrapados en una lectura sagaz y atrevida, que, por supuesto, no duda en poner en las manos del lector los cascabeles de su Látigo.
Por: Gabriela Sánchez / Cubaperiodistas