El IV Encuentro Nacional de Lectores de Tabaquería, que concluyó este jueves en La Habana, devino espacio propicio para el intercambio de experiencias y conocimientos acerca de una práctica que tiene más de siglo y medio de existencia en el país.
En el Centro Hispanoamericano de Cultura, los participantes expresaron la importancia de mantener ese evento, el cual les facilita ampliar sus saberes mediante conferencias de especialistas, talleres, exposiciones de trabajo, y otras dinámicas que contribuyan a su formación.
Además, ello repercutirá en que los tabacaleros, público al cual se dirigen los lectores de una fábrica de tabaco les llegue el mensaje de forma amena, clara y dinámica.
Odalys de la Caridad Lara, lectora de la Empresa de Tabaco Torcido La Corona, ubicada en el municipio capitalino del Cerro, aludió que su oficio constituye una fuente inagotable de riquezas para el intelecto, calma la sed de conocimientos, ennoblece las almas y cultiva al hombre en el camino del saber y la verdad.
Refirió que gracias a esa noble labor la comunidad se instruye y actualiza, pues el “audio entra sin avisar a los hogares”, refiere, y a la vez resalta que a los vecinos les resulta placentero escucharla.
Agregó, que los niños de las escuelas cercanas se personan para indagar, investigar sobre la lectura, sus orígenes, aceptación y repercusión en tiempos donde la tecnología de última generación tiene un papel preponderante.
Mayda Pérez, de la Empresa de Acopio y Beneficio de Tabaco de San Luis, en Pinar del Río, significó que esa actividad representa un eslabón esencial dentro del proceso de producción, al estimular la comunicación, la imaginación y la creatividad de los obreros.
Justo Luis Fuentes, presidente de Tabacuba, destacó que no existe obra que perdure tanto si desde sus inicios no tiene un basamento fuerte en su ideología, creación, idiosincrasia, cultura y tradición, por ello, es admirable que hoy, a 152 años del inicio de la lectura de tabaquería, esta tradición aún perdure en el país, acotó.
A la cita, convocada por el Grupo Empresarial Tabacuba, el Sindicato Nacional de Trabajadores Agropecuarios, Forestales y Tabacaleros, y el Museo del Tabaco de la Oficina del Historiador de La Habana, concurrieron 100 representantes del sector.
En diciembre de 1865 se instauró en la fábrica El Fígaro la primera lectura de tabaquería, hecho trascendental en la historia cubana, lo que favoreció que posteriormente se extendiera también a las escogidas y despalillos de tabaco de Cuba.
Esa importante práctica oral, nacida en la época de la colonia, es Patrimonio Cultural de la nación desde el año 2012.
Ana Leticia López Enamorado / Cubaperiodistas