Llegar no le fue fácil, pero llegó. Su talento y constancia, a pesar de los contratiempos que tuvo que enfrentar, lo llevaron a convertirse en uno de los más talentosos y reconocidos dibujantes de historietas e ilustrador, tan apegado a los detalles, que casi emula con la fotografía, me refiero a Orestes Suárez Lemus, uno de los autores, que prestigia el catálogo de la editorial Pablo de la Torriente desde su fundación. Indagando en sus inicios y posterior desarrollo, accedió a respondernos unas preguntas a Cubaperiodistas.
De tus orígenes e inicios ¿qué puedes adelantarnos?
Soy pinareño, nací en la ciudad de Pinar del Río. De padres campesinos. Vivíamos en muy malas condiciones, en un pequeño bohío tierra adentro, más allá del poblado de Ovas. Mi madre estuvo trabajando como ensartadora de tabaco, y mi padre fue carpintero, barbero, bodeguero y pequeño agricultor.
Nos mudamos para La Habana cuando yo tenía casi dos años y gracias a mi familia materna pudimos establecernos en el municipio Arroyo Naranjo. En el año 1958 nos radicamos en el Cerro, donde cursé mi primera enseñanza.
En 1965 ingresé en el Instituto Tecnológico José R. Rodríguez del Vedado. Donde me gradué de Electricista de Mantenimiento con nivel de obrero calificado. Proseguí mi superación estudiando en la Facultad Obrero Campesina, por las noches mientras trabajaba en la construcción como eléctrico por el día, hasta alcanzar el nivel de preuniversitario.
…Y el diseño y el dibujo, ¿donde lo aprendiste?
Matriculé en la Escuela de Diseño Gráfico, donde alcancé el nivel de técnico medio. En 1980 pasé un semestre en la Academia Nacional de Artes Plásticas San Alejandro, como oyente, después de ceder mi plaza obtenida como alumno. Intenté matricular en el Instituto Superior de Arte, en la prueba de aptitudes y aprobé; pero no fui seleccionado entre los nueve aprobados de los casi trescientos que se presentaron.
Aunque seguí insistiendo para elevar mis conocimientos y superación, en 1988 ingresé en la Facultad de Periodismo Gráfico, pero a los pocos meses de empezar el primer año tuve que abandonarlo por problemas familiares.
¿Cómo te vinculas a la editorial Pablo de la Torriente?
Ya era miembro de la Unión de Periodistas de Cuba (Upec) cuando en la Editorial Pablo de la Torriente se comenzaron a publicar las dos publicaciones más importantes de todos los tiempos para los amantes de la historieta cubana, las revistas Pablo y Cómicos.
Desde entonces fuimos asiduamente a todas las actividades propias de este género en la Upec, sobre todo a las Bienales de Historietas, que por entonces se hacían en la sede de los periodistas. Hasta se llegaron a celebrar Bienales Internacionales de los Historietistas en La Habana, logrando un vínculo importante entre las editoriales nuestras y latinoamericanas, incluyendo europeas, de España e Italia
Algunos pudimos publicar en esos países y asistir a sus bienales. Gracias a ello formé parte también de la UNEAC, en su sección de Artes Plásticas.
Muchas oportunidades se nos facilitaron debido a la existencia de este movimiento cultural. En aquellos años, evolucionó de manera favorable la labor profesional y técnica, en todos los aspectos, de los que nos dedicábamos a estos géneros de la comunicación gráfica.
Lo cierto es que no teníamos por entonces muchas posibilidades de publicar con tanta riqueza cultural y periodicidad todas estas temáticas con tal amplitud, con encuentros, exposiciones y concursos que nos alimentaban y ayudaban a superarnos y crecernos. Al desaparecer estas dos publicaciones, que garantizaban el espacio seguro para las obras de los historietistas, decayó de manera lamentable el desarrollo de la historieta en el país. Aunque la editorial Pablo ha continuado publicando algunos títulos, de acuerdo a sus posibilidades, no se asemeja a lo logrado en aquellos años.
Sé que hay un florecer de muchos jóvenes inquietos en las provincias. Ojalá puedan culminar sus aspiraciones y sueños, como los que pudimos tener nosotros.
La editorial Pablo de la Torriente ha publicado varias historietas de mi autoría, dentro que las que puedo mencionar: YAKRO, Cosas de la vida, (humor),Voluntad férrea, (tema histórico sobre un hecho real en la vida de Antonio Maceo), Los refranes (humor), Túmulos de piedras, (Tema sociocultural etíope), Niño (humor), ¿No me dice que es guapo?. (Versión original de comandante Luis Crespo sobre un pasaje de Ernesto Che Guevara, El Caballero, (humor), La última sonrisa. (Tema histórico basado en una crónica de Pablo de la Torriente sobre la muerte de Rafael Trejo), Me voy a España (Tema histórico basado en la presencia de Pablo de la Torriente en la Guerra Civil Española).
Ha sido amplia tu participación en las publicaciones de la Pablo…
Si. Pero deseo agregar otras. Entre la colección de historietas que también se publicaban están las del personaje de aventuras Camila, con guión de Manolo Pérez Alfaro; Che nada más, ¿No me dice que es guapo? y El cachorro asesinado. Hay muchos más trabajos que pudiera mencionar como los realizados para Vitralitos con textos de Jorge L. Guerra con temas sociales de aquellos años…
¿ En la actualidad donde podemos ver tus trabajos?
Actualmente trabajo para la Sergio Bonelli Editore de Milán, Italia. Esta labor la realizo hace ya unos 23 años como profesional de la historieta. Fui contratado en 1994.
Aunque mis trabajos se siguen reeditando en las Editoras Abril y la Pablo, también Ediciones Luminarias, de Sancti Spíritus, del Instituto Cubano del Libro, me ha publicado una nueva edición de mi personaje Yakro con sus cuatro historias completas, ya que la cuarta quedó inédita en tiempos del Período Especial y nunca se logró publicar, hasta ahora, que se presentó en la Feria Internacional del Libro de La Habana, Cuba 2017.
¿Tiene alguna sugerencia u opinión para mejorar el trabajo de la Editorial?
Creo que se deben dedicar publicaciones periódicas a promover la historieta cubana, se que no será posible rescatar de nuevo las dos revistas que perdimos en aquellos años, la Pablo y la Cómicos, factor imprescindible para dar apoyo a la nueva generación de historietistas que hay por todas las provincias del país y sobre todo aquí, en la Capital, sedientos y aspirando a que se les dé una oportunidad como aquella de los años ‘80. Que no tengan que buscar afuera del país lo que se puede conseguir en el suyo.
Nunca estuvo mejor la Pablo de la Torriente, ni la Upec, como cuando existieron esas revistas y las tantas buenas colaboraciones logradas entre todos los artistas, escritores y editores de la Isla como con los de otros países hermanos.
Por: Pablo Noa Noa, promotor editorial Pablo de la Torriente