¿De dónde surgió la palabra mambí que se emplea para denominar al insurrecto que en Cuba combatió heroicamente contra la dominación española?
Esa misma palabra, como sustantivo o como adjetivo, la utilizaban las autoridades y demás elementos reaccionarios, en la época de la colonia, como sinónimo de algo muy malo: traidor, abominable, enemigo, malvado, hijo de mala entraña…
Son muchas y muy variadas las versiones sobre el origen de ese vocablo. El erudito Antonio Bachiller y Morales (1812-1889), en “Cuba Primitiva” considera que la voz procede de Santo Domingo, popularizada durante la revolución contra España, y agrega que en lengua indígena de Brasil significa “oreja” y llamaban a las bestias orejanas salvajes, cimarronas, con la palabra mambí.
Fernando Ortiz solo dice que la calificación de mambí se aplicaba al insurgente cubano contra la dominación española.
Juan Luis Martín, en Papeles Cubanos, expresa que en donde únicamente podía encontrarse la raíz mambí era en África y “es el malo, el que actúa contra la ley moral, contra lo convencional”. Y la demostración está en los vocabularios bantúes, que vienen a confirmar estas conclusiones. Y agrega: “Para nosotros, mambí significa cimarrón”.
En la revista “Vida Universitaria (marzo-abril 1968), se señala que la voz mambí significa en el léxico congo hombre sucio, repulsivo, vicioso, abominable, dañino, vil, cruel.
Los españoles empezaron calificando con ese peyorativo término a los insurrectos dominicanos, y después asignaron solo a los de Cuba. Añade: “Pues bien, ya desde 1869, al fundar Ignacio Mora y Pena en Guáimaro el periódico El Mambí, le habían adjudicado una interpretación gloriosa y desde 1876 atribuírsela era hasta santificante”.
Juan Blas Rodríguez / Radio Enciclopedia