En nuestra liga de softbol de la prensa existe una máxima que no deja lugar a dudas: el que batea gana. Independientemente de haya por ahí uno o dos pitchers difíciles, ni el potente brazo de Carlos Michel es imbatible, como ya le hizo ver el equipo de Ciego de Ávila en aquella épica final de 2015.
Por eso quiero referirme a los numeritos ofensivos, tanto individual como colectivamente, en los últimos cuatros años, desde que los torneos retornaran con la edición de Villa Clara 2013.
Por supuesto que el nombre de Carlos Michel Perdomo vuelve a robarse los titulares con sus estadísticas de otra galaxia. Pero bien de cerca lo sigue otro que bien baila, Yasiel Cancio, de quien podría decirse que es el mejor softbolista-cervecero de la historia de los nacionales, si tenemos en cuenta el gusto de Carlos por la TuKola.
Este par combinado promedia guarismos que bien podrían valer para una batería completa de escuadras sin grandes resultados como La Isla o Serranos. Y aunque Cancio es un jugador polivalente, que a su capacidad de batear hacia cualquier sector del terreno ya sea con poder o tacto, le suma su magistral guante en el short field, Perdomo es el bateador más temido en las 18 ediciones anteriores de los torneos.
Así lo evidencian, más que su liderato en todos los apartados de poder, las 63 bases por bolas que le han otorgado (más de la mitad intencionales) en 126 apariciones en el cajón de bateo.
Sin embargo, hay otro jugador que sobresale en el último cuatrienio. Aunque no participó en el certamen de 2013, desde el torneo en su natal Holguín 2014 hasta la fecha exhibe cifras de espanto que los managers no deben obviar a la hora de decidir si lanzarle o no. Créanme que este redactor sabe de lo que les habla.
Su nombre es Abel Castro Sablón. Apréndanselo bien para cuando lo vean como cuarto palo en el line-up holguinero. Su dato más impresionante no radica en ser el único softbolista que integra el selecto club de los 600 junto a los dos “animalitos” ya mencionados, si no en los 28 años edad que posee, los cuales le auguran un futuro lleno de muchos más batazos.
Hasta aquí el trío de los que considero como los mayores “maltratadores” de pelotas de esta nueva era de los nacionales (qué conste que Carlos y Yasiel ya lo hacían desde la anterior). Sin embargo, quisiera hacer una mención especial para otro atleta, que si bien casi no habla, sus resultados lo hacen por él, convirtiéndolo en ese complemento ideal para la tanda Perdomo-Cancio en Medios Nacionales.
Annel Martínez ha tenido la difícil (o fácil) misión de cubrir a esos dos abusadores, y lo ha hecho con extraordinarios registros, al punto de aparecer en el cuarto puesto general de los mejores bateadores.
De igual forma, sobresalen otros tantísimos excelentes maderos. ¿A alguien le suena los nombres de Dubler Vázquez, Reynier Batista, Ángel Luis Batista, Raúl Rodríguez, los hermanos Oliver avileños, Yunel Díaz, Waldo Hernández, por solo citar una pequeñísima parte?
Y tampoco quisiera obviar a un cuarteto que este año no estará en el torneo agramontino por diversas razones pero que siempre han destacado bate en mano. Juan Miguel Gordín, Diony Sanabia, Raynol Paz y Jorge Miranda fueron protagonistas cada uno en los éxitos de sus respectivas selecciones en este período. Ojalá el próximo año volvamos a contar con su presencia.
TODOS CONTRA TODOS
En el apartado colectivo las cifras se mantienen con el liderazgo, como es lógico, para Medios Nacionales, escuadra dueña de astronómico average colectivo que rebasa los 500. Detrás, escoltan a los llamados “galácticos” las poderosas tandas holguineras y tuneras, únicas que sobrepasan los 400.
Y una selección que ha ido creciendo en cada torneo es Camagüey, al punto de mostrar un promedio de victorias y derrotas superior a los 500 y compilar un respetable average ofensivo de 380 en sus tres presentaciones durante la etapa analizada.
Además, no podían faltar Sancti Spíritus y Vaqueros, dos equipos que le deben un poco al bateo pero lo complementan con un buen trabajo desde el box, sobre todo los de la tierra del Yayabo, y ganas de sobra para jugar.
El de Camagüey 2017 será un examen duro para las ocho selecciones involucradas, incluso para los favoritos y campeones en las siete últimas ediciones, Medios Nacionales. El sistema de todos contra todos y la poca cantidad de desafíos a disputarse harán que los terrenos agramontinos sean un campo de batalla constante, donde hasta el último día no se conocerá quienes serán los cuatro que animen las semifinales.
Así que si le gusta el softbol de la prensa, le recomiendo no le pierda ni pie ni pisada a la cita camagüeyana, la cual desde ya se vaticina como una de las más reñidas de la historia.
Por Raúl Alejandro del Pino Salfrán