No es metáfora. Mucho menos exagerada interpretación de lo que acontece. Pasada la media noche, o lo que es igual: en los primeros peldaños horarios de esta madrugada (9 ya de septiembre) en el huracanado ambiente de la cayería norte avileña se advierte, bien alta, una clara señal.
Lo aprecio entre quienes mantienen vital el milagro de las comunicaciones. Y me lo confirma Miguelito, el teniente coronel retirado en cuyos hombros descansa (y eso de descansar sí es ficción) el peso de esta zona de defensa, realmente especial o sui géneris.
Pero en fin, la verdad es que aquí, allá, y más allá (comunicación de por medio), prevalece una misma idea: “evaluar los daños apenas amanezca y meterle con todo a las tareas de la recuperación”.
Es lo aprendido. Es lo lógico. Es Cuba.
No digo más.
Vamos Irma, acaba de pasar. Quienes atrás dejas, en territorio mambí, no se rinden ni se hincan ante ti.