Con la inclusión de un grupo de interesantes trabajos entre los que se destacan un artículo La vida cultural en 1965, del escritor, ensayista, crítico y profesor universitario Guillermo Rodríguez Rivera (Santiago de Cuba, 1943-La Habana, 2017), y otros dedicados al centenario de Dámaso Pérez Prado, el conocido Rey del Mambo, y al Cine cubano –en especial, a Juan Padrón, creador del inolvidable personaje Elpidio Valdés–, fue presentado el Número 4, correspondiente a los meses de Julio/Agosto–2017, de la cincuentenaria revista La Gaceta de Cuba.
La Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), sirvió de sede para tal presentación que, en sentidas palabras de su director Norberto Codina, “rinde merecidísimo homenaje al amigo y escritor Guillermo Rodríguez Rivera, algo que habla del espíritu que tiene en general esta edición”, a las que se unieron a continuación las de Nelson Herrera Isla, poeta, curador, crítico, ensayista, además de amigo personal de Guillermo y muy cercano a los temas fundamentales que se abordan en esta ocasión en La Gaceta…
Durante su intervención Herrera Isla reseñó la persistencia de esta revista de cincuenta y cinco años de continuar saliendo a la luz pública cada dos meses:
“Su madurez cercana ya a los sesenta, no le han hecho perder lozanía y audacia, sentido de riesgo y apertura, lo mismo en su contenido que en su imagen visual. Da igual si se trata de un fervor editorial único en el país o impresores fascinados con su contribución al debate intelectual que siempre deseamos, o azares y suertes imposibles de descifrar por el momento. Lo cierto es que La Gaceta…transpira por encima de otras realidades con profundo respeto hacia sus lectores y, muy especialmente, a sus colaboradores que siguen creyendo en ella, como creían los griegos de sus dioses cerca de dos mil 500 años atrás”.
En este número el lector podrá hallar trabajos venidos de las plumas de Juan Padrón, Silvio Rodríguez, Zaida Capote, Caridad Atencio, Pedro de la Hoz y, por supuesto, del inolvidable Guillermo Rodríguez Rivera, por mencionar algunos. Este último a partir del texto titulado La vida cultural en 1965, donde aborda la personalidad del escritor Guillermo Cabrera Infante,”primer disidente de la Revolución cubana en el ámbito artístico-literario”.
“En una de las páginas, subrayó Herrera Isla, el laureado cantautor Silvio Rodríguez, rememora a Juan Padrón (Padroncito), desde sus primeros tiempos como dibujante y a su hermano Ernesto, trabajando muy seriamente en la realización de muñequitos para la entonces conocida revista Mella hasta que, años más tarde en el ICAIC (1), el propio Juan le pidió a Silvio una balada para su serie Elpidio Valdés, convertida ya en leyenda e ícono de la Cultura cubana. Fue entonces que aquella admiración entre ambos, se convirtió en hermandad. Todo esto y mucho más relata Silvio en su texto La balada de Elpidio Valdés.
Herrera Isla resaltó asimismo, en el acápite dedicado al Cine cubano, entre lo clásico y lo emergente, y en lo relacionado en específico con la figura de Elpidio Valdés y su creador Padroncito, los trabajos de Reynaldo González (Entre maestros, el maestro Elpidio Valdés) y de Hugo Luis Sánchez (Juan Padrón, un hecho imprudente).
“Por su parte, Carlos León demuestra con creces su oficio periodístico al lado de su eficaz labor en el género documental al que nos tiene acostumbrados, al entrevistar a la editora Miriam Talavera (Los sueños compartidos); Zaida Capote, hace un recorrido desde el filme Lucía (1968), partiendo de los avatares de la mujer en el cine (Cubanas trabajando. A veinticuatro cuadros por segundo), mientras que en el acápite dedicado al Rey del Mambo, Dámaso Pérez Prado, La Gaceta de Cuba se une a las celebraciones con motivo de su centenario, con un dossier en torno a la figura del músico matancero y el ritmo que lo definió”.
Una de las primeras acciones de estos homenajes fue la aparición, por Ediciones Matanzas, de la compilación ¡Mambo, qué rico é, é, é!. En ella se incluyen algunos textos fundamentales como los de Gabriel García Márquez, Gustavo Pérez Firmat, Alejo Carpentier, Radamés Giró, Leonardo Acosta, Erik Estrada, Erena Hernández y Rosendo Ruiz, quienes dan sus luces sobre este género musical y el genial e inagotable músico que fue el Rey del Mambo. Se prepara, además, un coloquio internacional a realizarse en su ciudad natal entre el nueve y el once de diciembre de este año, y para lo cual se convoca a investigadores e interesados a asistir con ponencias, materiales de videos u otros, que contribuyan a enaltecer la obra de ese extraordinario músico cubano fallecido en la Ciudad de México en 1989.
Finalmente, interesantes y de buen nivel crítico los trabajos que, dentro del acápite dedicado a la Crítica, presentan autores como son, entre otros, Víctor Fowler, con su escrito Removed; el joven periodista y editor Rubén Ricardo Infante, quien en La edad de las ilusiones: una educación sentimental en el cine, califica de “sugerente” la labor cinematográfica de Fernando Pérez, “cuya indagación en el interior de los seres humanos, sus conflictos, deseos, aspiraciones, sueños, han sido los móviles para la construcción de una poética que caracteriza su cine de ficción”–; además del prestigioso dramaturgo Nicolás Dorr, quien nos traslada a su novela El legado del caos.
Así, con otra excelente selección de trabajos es bienvenida La Gaceta de Cuba, una de las más antiguas y atesoradas publicaciones de nuestro país y de América Latina, y una de esas instituciones culturales cubanas que, con los diversos materiales que la han caracterizado, siempre ha sido capaz de hacer un número bien pensado y armónico. Y es que cualquiera de sus números siempre será un clásico.
(1) ICAIC: Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográfica.
Astrid Barnet