A los ocho años de edad Arnaldo de Jesús Coro Antich recibió un regalo del padre que marcó su vida para siempre. En una pequeña caja le entregaron una bobina para enrollar y una piedra de galena con sus audífonos. El maravilloso mundo de la radio abría sus puertas y lo recibía como a un hijo.
El afán de innovar y conocer le propició ingresar, con sólo 12 años, a la Asociación de Radioaficionados Radio Club de Cuba y tres años después, el 1ro de julio de 1957, comenzó a trabajar en CMBA Televisión Canal 7, propiedad de los hermanos Mestre.
De allá a acá ha llovido mucho y junto con esas lluvias llegaron estudios, compromisos, tareas a desempeñar y reconocimientos. El último: el Premio Nacional de la Radio, lo llena de orgullo y lo ve como un mensaje por enmarcarse dentro del aniversario 95 de la Radio Cubana.
Conversar con Coro es recibir una clase de ética y amor a una profesión que demanda cada día de mayor preparación y compromiso con la sociedad. El periodismo radial es su vida y a ello estará ligado este hombre hasta su último aliento.
Cuando entró a trabajar a la CMBA qué aprendió allí y por qué se enamoró más de la Radio que de la Televisión.
Aquello me sirvió de mucho porque me fueron rotando por todas las posiciones de trabajo, tanto de la televisión como de la radio. Desde caminar por las parrillas para cambiar las luces hasta auxiliar de video porque no te dejaban tocar, pero te decían: siéntate y mira como se hace.
La televisión es un mundo muy complejo y este requiere, si deseas hacer periodismo televisivo, de muchos requisitos como son camarógrafo, sonidista, luminotécnico, editor y chofer que trabajen con uno nada más, como tenía Santiago Álvarez. Sin embargo la radio es más personal, eres quien selecciona el tema, lo editas si sabes, es un producto que lo entregas listo para salir al aire.
De todos los medios por los cuales transitó, ¿cuál marcó su vida para definirse como un hombre de la radio?
También trabajé en Juventud Rebelde, siempre vinculado a la radio y además escribiendo una sección de ciencia que se llamaba Siglo XX que contaba con muchos seguidores. Incluso se montó en JR, aprovechando mis conocimientos, un centro de monitoreo, el primero en Cuba, para monitorear las radios de onda corta del mundo. Así pudimos darle cobertura, por ejemplo, al caso Watergate día a día, lo cual tuvo una gran aceptación.
Las llamadas nuevas tecnologías lo han fascinado hasta convertirse en un especialista. ¿Por qué esa afición, desde una carrera humanística, por una técnica?
En realidad Coro es tres personas, como el aceite tres en uno. Uno es el amante de la radio, el apasionado de la técnica, de la electrónica, de las TICs, del desarrollo de software interactivo. El otro Coro es el periodista inquisitivo que busca la información, que le gusta llevar al oyente lo último y más novedoso e interactuar con él, como se hace hoy en día gracias a las nuevas tecnologías. Y el tercer Coro me viene de la genética, del ADN. Mi padre era profesor de la Escuela de Medicina y mi madre de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de La Habana. Me di cuenta, desde muy temprano, que si adquiría un conocimiento nuevo me veía en la obligación de transmitirlo y adquirir otro.
¿Cuál de los tres Coros ha sobrevivido, cuál es el más importante?
En la guerra de Angola fui técnico de la estación de radiocomunicación que montamos en Luanda, desde la que transmitíamos a La Habana todo lo que ocurría en la guerra. Esa era la técnica pero también como periodista ayudaba a que las noticias se confeccionaran correctamente. Allí tuve que enseñar a uno para que hiciera de operador porque había uno solo y no podía cubrir las 24 horas.
Por eso ha unido su labor a la docencia. Es fundador del Instituto Internacional de Periodismo José Martí y ha impartido docencia en el Instituto Superior de Relaciones Internacionales. ¿Cómo ve la labor del periodista ligado a la enseñanza y transmisión de conocimientos?
Una de las cosas más importantes es lo que he denominado la Autoformación Posgraduada Inteligente. La califico así porque las personas tienen que hacerse su plan. ¿Qué es lo que quieres? Hay que aprender a utilizar las fuentes, valorarlas, y por supuesto ello implica algo vital para el periodismo que es el dominio del idioma inglés. Dominar el inglés lleva esfuerzo, sacrificio y tiempo pero los resultados son vitales para poder acceder a la información en internet.
Desde su punto de vista cómo ve al periodismo cubano, está en crisis o floreciendo?
En primer lugar hay una nueva generación que está tratando de hacer las cosas bien hechas, no quiere decir que siempre les salga bien. No están anquilosados, detenidos en el tiempo. En el caso del periodismo radial es el más dinámico. La radio es el medio más ubicuo, está en todas partes. Son 96 estaciones de las cuales solo una es internacional y otra especializada que transmite menciones comerciales, que es Radio Taíno. El resto brinda un servicio a la población que va desde 24 horas al día hasta el audio real o a demanda en un sitio web.
En el caso de Cuba la radio tiene una serie de retos. Uno de ellos es la carencia de radiorreceptores en la población. La radio está atravesando por un momento difícil porque hay pocos radios. Con las cajitas convertidoras se puede acceder a nueve emisoras de radio. Eso hay que promocionarlo. Es un logro de la televisión digital en Cuba. Las transmisiones en FM se pueden captar por los teléfonos celulares, no por todos, pero si la mayoría reciben la FM, la cual lo hacen con los audífonos puestos, los cuales le sirven como antena.
Lo otro es la renovación de los cuadros de dirección. Necesita gente nueva, que experimente, que estén dispuestas al sacrificio, porque es un sacrifico profesional dedicarse a dirigir. En la práctica es un proceso muy complejo. El periodismo tiene una asignatura pendiente que es cómo se retribuye el trabajo de los periodistas.
Desde su punto de vista, ¿ cuál es el principal freno del periodismo cubano?
La falta de algunos recursos como es el transporte, si no puedes moverte haces un periodismo muy estático que no responde a las necesidades de la población. Hay que asignar transporte y combustible a los medios. Es muy importante una retribución económica justa al periodista que les permita llevar un nivel de vida que esté acorde con el promedio de la población. Y lo otro es el problema de la interacción con las fuentes. Que es el más complejo de todos. Hay organismos que brindan la información a gusto, pero hay otros que te tiran la puerta en la cara y eso no puede ser. El periodista tiene el derecho de que se le informe. Es preferible, cuando hay algo malo, decirlo nosotros con nuestras versiones para que no gane terreno de credibilidad en otros medios una versión distorsionada.
Usted ha sido un estudioso de la radio enemiga, tiene una tesis formada al respecto. Según su punto de vista hay un recrudecimiento o un letargo en ese ataque a la Revolución y la labor de los llamados medios alternativos dentro del país.
Ellos están aplicando un enfoque sistémico. Nos están atacando por todas partes y a todas horas. Está el diabólico paquete semanal, concebido para que las personas obvien los medios nuestros. Como dice un amigo mío “vienen del más allá” y no del “más acá”. Como no tienen vinculación con el “más acá” esa persona se desvincula de la realidad social del país y eso hace mucho daño. ¿Cómo logras neutralizar eso? A partir de que los medios tuyos tengan atracción, que hagan cosas bonitas, interesantes. Hay que hacer cosas que atraigan, porque un medio que sea aburrido no cumple su objetivo.
En la práctica tenemos un grave problema con la prensa escrita especialmente en las provincias. En muchas se ha perdido el hábito de la lectura, de la información del territorio. Las tiradas tienen muy pocos ejemplares y en ocasiones con una distribución muy desbalanceada principalmente en las capitales de provincia.
Hay un logro muy grande que es el declararnos, en breve tiempo, con la totalidad de las viviendas del país electrificadas. Ello cambiará la calidad de la vida de las personas que viven en lugares aislados las cuales podrán tener TV y radio en sus casas con los sistemas de energía fotovoltaica domésticos.
Desde su punto de vista qué se necesita para llegar a las masas de jóvenes que el periodismo no les llega?
Me parece que el problema está en las características del mensaje. Si tú hablas en un lenguaje evidentemente obsoleto, si todo es a base de muletillas, de frases hechas, no vas a lograr comunicarte. Hace años yo vengo planteando la necesidad de crear un Instituto de Investigaciones de los Procesos de la Comunicación en Cuba. Me parece que eso es esencial. Dimos algunos pasos cuando Ernesto Vera era presidente de la Upec.
Creamos el CEMEDIM (Centro de Estudios de los Medios Masivos) que funcionaba en el propio despacho de Vera en la Upec, y se burlaban de nosotros porque decían que era un centro de investigación con nombre de una pastilla medicinal. Vera consiguió que el boletín del CEMEDIM se imprimiera en papel de calidad, en Praga y con apoyo de la OIP, y se distribuía en todo el país. Ese rol lo puede asumir hoy el sitio web Cubaperiodistas, que yo creo que hay que ponerle más contenido científico de los medios de comunicación. El país necesita un centro de investigación de estudio de los procesos de la comunicación social para poder hacer experimentos e investigar.
El joven necesita interacción, no se puede trabajar a lazo abierto, hay que crear condiciones para que intercambie, y para ello un sitio web es ideal.
Usted ha sido merecedor de innumerables premios pero el Premio Nacional de la Radio, es sin duda, un lauro muy prestigioso para un “hombre de radio” cómo ha sido Coro. Resuma el significado de este galardón para usted.
Este premio tiene una significación extraordinaria desde el punto de vista que es en el año del 95 aniversario. Es una casualidad pero todo un mensaje. Uno no trabaja para premios. En una ocasión gané en un Concurso 26 de Julio tres premios y me sentí mal. Me pregunté por qué mande en tantas categorías, debí haberlo hecho en una sola para que otros ganaran, fue una posición egoísta. En el caso de haber obtenido esto es un reconocimiento a la obra de la vida, son sesenta años de trabajo. Hay momentos que me han asignado otras tareas he tenido que trabajar en otras cosas, he tenido que hacer muchas, pero en la práctica, siempre con el radio en la mano.