Todo un avispero mediático se abalanza contra la República Bolivariana de Venezuela. Sus más recientes expresiones han sido las noticias relacionadas con el ensayo para la Asamblea Nacional Constituyente que debe votarse el próximo 30 de julio.
En este caso se ha visto de todo. Desde la manipulación más torpe y poco profesional hasta las más burdas mentiras.
En el orden externo —una vez más— marcó pautas el diario español El País. La citada publicación difundió fotos que decían ser de las movilizaciones opositoras en su ilegal consulta, cuando en realidad eran de las fuerzas chavistas y bolivarianas que acudían masivamente al ensayo legal, único.
Un día después, cuando ya esas imágenes habían recorrido el mundo, El País reconoció que había sido un “error”, pero dijo que la responsabilidad era de la agencia española EFE.
Hay muchas investigaciones relacionadas con el poder de las noticias y casi siempre se coincide en que el primer impacto —ese que dijo El País— con sus fotos manipuladas, llega a un público que lo asimila como patrón informativo.
Existen estudios, incluso, que muestran el poco impacto cuando una noticia falsa se quiere corregir —como en este caso—, pues pueden ser muchos, quizás la mayoría, los que no leen la corrección o los que no vieron la información inicial —es decir, la mentira— y no saben el significado de su modificación, por cuanto, la verdad nunca se expuso.
Pero, lo del diario El País, es parte de un todo. La CNN, esa televisora de un enorme poder económico y tecnológico, ha marcado pautas a la hora de tratar de desvirtuar la verdad venezolana.
En lo interno, la República Bolivariana de Venezuela vive una guerra mediática, bien financiada por los oligarcas dueños de los grandes medios privados, aliados a una oposición que ha enseñado su verdadera cara —la de la violencia—, en un pulseo donde se lo juega todo en un siniestro plan desestabilizador para derrocar al presidente Nicolás Maduro.
Hace varios años, el ya fallecido intelectual uruguayo Eduardo Galeano, refiriéndose a las razones del golpe de Estado contra el entonces presidente Chávez, dijo: “Chávez tocó a los intocables. Los intocables dueños de los medios de comunicación”.
Refiriéndose al mismo hecho, el periodista Ignacio Ramonet, especificó: “El 11 de abril fue el primer golpe de Estado mediático del mundo, se produjo aquí en Caracas, y precisamente por eso, en Venezuela es donde más se ha reflexionado sobre cómo manipulan los medios privados a la población”.
Tengamos en cuenta que, según datos del 2015 de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones, la concentración mediática en manos privadas supera con creces la cantidad de medios controlados por el estado venezolano.
Para esa fecha había 876 emisoras de radio en FM, de ellas, 262 comunitarias, 98 públicas y 516 privadas. De las 192 emisoras de radio en banda AM, 171 son privadas y solo 21 públicas.
En el caso de la televisión, hay 44 comunitarias, 96 públicas y 198 privadas.
Y respecto a los periódicos impresos, 98 diarios son privados y siete son públicos. Es decir, con un uso elemental de la matemática, podemos percatarnos de que la abrumadora mayoría de los medios de comunicación en Venezuela están en manos privadas.
En esa proporción mediática hay que tener en cuenta también que, principalmente las grandes televisoras y diarios, están, no solo en manos privadas, sino de una oligarquía que apuesta a la caída del gobierno bolivariano y su presidente.
Quienes encabezan la guerra contra Venezuela, se han lanzado en la búsqueda de un golpe de Estado y utilizan la violencia más brutal como arma de combate. Como sus principales aliados están los grandes medios opositores, que tienen sus puertas abiertas para los que quieran manipular realidades, y hasta exponer como héroes a quienes matan o queman vivos a jóvenes por el solo hecho de ser bolivarianos, de ser chavistas.
Esa gran prensa llamada opositora nunca ha publicado una línea sobre el más de un millón de viviendas entregadas a las poblaciones más pobres de ese país. Tampoco reportan los logros de una salud pública masiva, gratuita y cada vez más avanzada. Nunca transmitieron los medios opositores que Venezuela fue declarada por la UNESCO como el segundo país de la región libre de analfabetismo después de haber llevado adelante, con colaboración cubana, el plan educativo “Yo sí puedo”.
¿Qué dice ese avispero mediático que actúa contra la nación sudamericana sobre los 2 millones de computadoras portátiles que de forma gratuita han recibido los niños venezolanos para avanzar en su aprendizaje académico?
Mientras los opositores financiados y aupados desde Miami y los grandes oligarcas dentro del país han llevado adelante una guerra económica de grandes proporciones para desestabilizar a la nación y rendir a su población por hambre, nada dicen los grandes medios internos y externos, respecto al aumento del costo social en los últimos diez años en un 60,6%, lo que equivale a 772 000 millones de dólares. Esta cifra es totalmente de beneficio al pueblo.
Y me pregunto: ¿Ha oído, visto o leído alguien en los llamados medios opositores venezolanos, que los índices de pobreza pasaron del 70,8% en 1996 al 21% en el 2010 y sigue bajando? O que 20 millones de venezolanos se han beneficiado con las llamadas “Misiones” contra la pobreza y que 2,1 millones de personas de la tercera edad se han beneficiado con pensiones de vejez, es decir el 66% de la población.
También son válidas esas preguntas para los injerencistas que, sin autorización del Gobierno se han prestado para el juego de “validar” cualquier manifestación de la llamada oposición, por ilegal que sea.
Entre estos señores hay quienes han utilizado esos mismos medios opositores para atacar con manipulaciones y mentiras, lo que es igual que aliarse con los violentos que matan civiles, queman instituciones públicas y medios de transporte.
Pero pueden agregarse muchos otros datos. Por ejemplo, de acuerdo con el Global Finance y el CIA World Factbook, la economía venezolana presenta los siguientes indicadores: la tasa de desempleo es del 8%, la deuda pública del gobierno es el 45,5% del PIB (la de la Unión Europea es del 82,5%) y existe un crecimiento real del PIB.
Mientras, Washington canalizó en los últimos años más de 100 millones de dólares para los grupos de oposición en Venezuela, siendo distribuidos principalmente en años electorales.
Dejemos que sean los lectores, televidentes, radioyentes y cibernautas, de la propia Venezuela o de la comunidad internacional, los que descubran, sin pasar mucho trabajo, el papel de terrorismo mediático o del uso de los medios en los llamados “golpes suaves” con el que están empecinados en echar abajo la Revolución Bolivariana y sus enormes logros sociales, de dignidad, y soberanía.