El gerundio, esa forma no personal del verbo, que emplea las terminaciones –ando, –iendo, resulta muy útil para reflejar las circunstancias, el modo en que se realiza la acción (Los vecinos limpiaban la cuadra cantando una alegre canción.); sin embargo, con demasiada frecuencia se emplea de manera incorrecta y es uno de los más constantes errores que cometemos los hispanohablantes en el uso de nuestra lengua; por eso, nunca será suficiente lo que se diga ante tanto disparate hablado y escrito.
Esta forma no personal del verbo, a pesar de su carácter adverbial, no pierde su valor verbal, por lo que admite complementos y pronombres enclíticos (Estaba preguntándome si tenías razón y deberíamos…) y admite sujeto (expreso u omitido), aunque al no tener accidentes gramaticales, no establece concordancia con este.
El gerundio tiene valor imperfectivo, lo cual significa que da la acción en su transcurso, inacabada, imperfecta. Por eso, las frases verbales con gerundio tienen valor durativo o progresivo; para formarlas se utilizan generalmente como auxiliares los verbos: estar, seguir, continuar, ir, venir y andar. Es muy útil esta forma no personal del verbo así empleada, pues contribuye a modular la idea ampliando su alcance temporal. (Estaban preparándose para marchar hacia el área asignada / Venían corriendo a gran velocidad.)
Así, podemos encontrarlo en función verbal (Estaban preparándose para marchar hacia el área asignada) o adverbial (Los vecinos limpiaban la cuadra cantando una alegre canción.).
En función adjetiva —uno de los errores más frecuentes que se comete en su empleo—, excepcionalmente y ya por tradición, se admiten solamente hirviendo y ardiendo. (Echó las viandas en el recipiente de agua hirviendo donde se prepararía la caldosa.)
Expresa siempre una acción simultánea o anterior a la del verbo principal (analícense los ejemplos anteriores). Emplearlo para expresar acción posterior, consecuencia o efecto es, sin dudas, el otro más grave y frecuente error que se comete en su utilización, por ejemplo: Los CDR efectúan cada año la campaña de vacunación masiva de la población infantil, erradicándose así la poliomelitis.
Estos dos usos —en función adjetiva o para indicar acción posterior— son, reitero, las más comunes equivocaciones que se observan en el empleo del gerundio. Por tanto, ganemos conciencia de ello, pues con un poco de atención, análisis del texto creado y conocimiento de estas elementales normas de redacción debería bastar para evitar los errores.
Sin embargo, lo cierto es que muchos, conocedores de las dificultades que presenta esta forma no personal del verbo en su empleo, sencillamente no lo usan y privan así a la lengua española de uno de sus recursos.
No olvidemos que manejar la lengua materna implica el dominio de todas sus armas, de lo contrario, le cortamos las alas.