Junio vuelve a reafirmar la labor, no solo informativa, sino también de orientación y de educación, que durante todo el año desempeñan los medios de comunicación en Cuba, a favor del medio ambiente.
Y no lo digo por la cobertura que suele ofrecerle la prensa, en todas las provincias, a las actividades relacionadas con el 5 de junio.
Pienso en el tratamiento que, de forma permanente, les dan la televisión, la radio, la prensa escrita y los medios digitales a temas de amplio impacto para el cuidado y preservación de la naturaleza y la vida, tales como los focos contaminantes generados por procesos industriales, productivos o de servicios; la emisión de gases, los perjuicios para el suelo, la contaminación de las aguas, el daño a los ecosistemas, la protección de áreas y de cuencas hidrográficas, entre otros.
El grupo de imágenes que acompañan a este breve texto demuestran que la visión y el aporte de periodistas, fotorreporteros y camarógrafos, en ese decisivo asunto, no son una aspiración de la prensa cubana, sino realidad que se concreta, en mayor o menor grado, durante todo el calendario, como expresión de la manera en que se pueden hacer coincidir (“aterrizar”) la agenda mediática e intereses de la ciencia, en un entorno aparentemente local o territorial que, sin embargo, tiene y mantiene probado alcance internacional.