COLUMNISTAS

Argentina Jiménez. Siempre en la memoria

Por esos mecanismos inexistentes ni soñados cuando compartimos un curso organizado por la Unión de Periodistas de Cuba (Upec), en la Escuela Superior del Partido, me llega la noticia, sin muchos detalles pero suficiente como para recordarla para siempre: la pequeña, seria y amistosa Argentina Jiménez ya no está.

Tropiezo con la novedad pasando la vista por el ahora tan utilizado “facebook” y busco precisiones para actualizarme sobre ella, a quien sólo vi en los últimos tiempos de vez en vez, cada uno enfrascados en tareas de nuestra profesión, la misma que nos hizo coincidir, hace ya más de 40 años, en los fragores de una exigente misión docente.

Procedíamos de diversos medios de prensa de todo el país y respondíamos a una convocatoria de nuestra organización gremial, seleccionados por nuestros centros, para asistir al Primer Curso de Superación Política-ideológica para Periodistas. Era 1975 y el país vivía momentos muy especiales –cuando no—matizados por nuestra participación en la defensa de la soberanía angolana y los preparativos para el inminente e histórico Primer Congreso del Partido. En ambos acontecimientos quisimos participar – como soldados o simples auxiliares, dependiendo la misión–, pero a todos nos dijeron que nuestra misión en ese momento era estudiar.

Sólo escaparon de la tarea para asumir la de Angola el historietista Roberto Alfonso (Robe) y temporalmente nuestro entrañable Héctor Rodríguez, para narrar los Juegos Olímpicos en que inmortalizara “con el corazón” la hazaña atlética de Alberto Juantorena.

Los demás, aquietando el espíritu que debe caracterizar nuestra profesión, cumplimos el deber de profundizar en la economía política contemporánea de la mano de Eduardo del Llano, repasar junto al profe Salomón los vericuetos filosóficos y habituarnos a los colectivos de estudio vespertinos, luego de un soporífero almuerzo, hasta tomar el ómnibus que nos devolvería a nuestro hogares en la tarde, aquellos que éramos capitalinos..

Fue una etapa inesperada y divertida, cuando ya los pupitres se habían hecho distantes, al menos en lo cotidiano, en la que los lazos afectivos nacidos perduraron en la memoria, aún cuando a algunos nunca mas volvimos a ver ni siquiera a saber de ellos (no eran tiempos ni siquiera de correos electrónicos y menos de redes sociales). Pero de aquella cofradía de hermanos y hermanas siempre guardamos imborrables recuerdos, apoyados por fotos que atesoro.como los que me llegan ahora de mi amiga Argentina.

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Redacción Cubaperiodistas
Sitio de la Unión de Periodistas de Cuba

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