Esta es una de esas entrevistas que antes de hacerlas ilusionan, mientras la haces te sorprenden y después quieres que todas sean así. Llegó tarde, los dos llegamos tarde, ella con una maleta porque tras la entrevista se iba a Bilbao y yo con un cuaderno, sin boli. Los principios siempre son más complicados pero su naturalidad y energía hizo todo más sencillo, en el hall del hotel donde estuvimos hablando un par de horas me preguntó: “¿por dónde empezamos?” y, llegamos al acuerdo de empezar por el principio.
Para los neofitos en fotoperiodismo Maysun es, que yo sepa, la única mujer española de su generación que trabaja desde primera línea del frente en conflictos bélicos. De padre palestino y madre española, su relación con la fotografía surge a raíz de necesitar una herramienta que le sirviera para sus estudios de arqueología y utiliza las cámaras fotográficas como medio para entender lo que le rodea.
¿Cómo empezaste en fotografía?
Maysun: Fue algo un tanto casual. Yo estudiaba arqueología, las palabras, a veces, se me quedaban pequeñas para explicar la magnitud y grandeza de mi trabajo. La arqueología no se resume solo en desenterrar cosas. La fotografía me servía para entender lo que me rodeaba, poco a poco me di cuenta de que, además de ser un medio para el conocimiento externo era un medio para el conocimiento interior… y ahí empezó todo.
¿Luego vino el fotoperiodismo?
No, estuve un tiempo aprendiendo y formándome, luego, mi primer trabajo publicado no tiene nada que ver con el fotoperiodismo, fue la portada de un disco de un DJ. Luego trabajé un tiempo en una revista.
¿Qué revista?
Era una revista de “estilo de vida”.
Pero no darías el salto de una revista como esa a la guerra, ¿no?
Nunca hago nada con lo que no me siento cómoda. Si éticamente no me convence no lo hago.
No, ni mucho menos, no se trata de llegar e irte a una guerra, Esto lleva un proceso concreto, tanto de formación como mental. Yo me fui de Zaragoza a Barcelona, no elegí Madrid porque quería mar (RISAS), allí no conocía a nadie y contacté con la Comunidad Palestina de Catalunya, empecé a hacer una serie de retratos y ahí es donde me di cuenta que quería dedicarme a esto. En 2006 un compañero me animó a ir con él a Palestina, eso me parecía algo increíble, imagínate, iba a poder comprobar in situ la situación en Palestina, acababa de terminar la guerra (NdR: la Segunda Intifada) pero la situación era complicada. Hablé con mi familia y me apoyaron desde el principio, mi madre me dijo que “tenía” que ir. Y estuve viajando en ese tiempo por Palestina, Jordania y Egipto. Ahí empezó todo.
La ética y el fotoperiodismo
Algo en lo que fijo mucho en la fotografía documental y en fotoperiodismo, es la capacidad del fotógrafo de pasar desapercibido, en tu caso el camuflaje es perfecto y teniendo en cuenta que no debe haber muchas mujeres en el frente la pregunta es obligada, ¿cómo lo haces?
La verdad es que me gusta ser prudente, primero observo, cuando hay contacto visual sonrío, no hace falta mucho más, es como decir “estoy en este espacio, ¿me dejas entrar?”, quiero decir, te ven con la cámara saben para lo que estás ahí. Muchas veces dicen que no, o hacen gestos que dan a entender que no quieren que les hagas fotos y no insisto.
Eso dice mucho de ti, se de alguno que no hace mucho caso en eso de “no me saques la cara”
No sé, eso no debería hacerse, la ética en fotoperiodismo debe ser el timón que dirige la cámara.
Me encanta eso, creo que ya tengo titular
hay veces que necesito parar y ni tocar la cámara en un tiempo y luego llega el momento en el que te comes el mundo
(Risas) Esque es cierto, debería ser así, pero por desgracia hay fotógrafos que se dedican a esto por la aventura, por el ego, pero creo que eso es un error, esta profesión conlleva cierta responsabilidad.
Responsabilidad y compromiso
Sí, cuando fui a Gaza tenía pensado ir 10 días y me quedé cuatro meses, cubrí guerra y posguerra y luego empecé a “rascar” y vi que había muchas historias que contar además de la guerra, algunas pese a tener todo decidí no publicarlas por ética, pese a que eran muy vendibles.
¿Se puede saber de que trataba?
Sí, claro. Quería contar la vida de una de las dos únicas pescadoras que había en Gaza, una chica de 19 años, muy carismática con muchísima fuerza interior, pero al conocer su realidad decidí no sacarlo porque salir en prensa podía ponerla en peligro, y ningún titula merece la pena si pones en peligro a la gente.
Maysun 012 Cortesía de Maysun
Pero imagino que hay que comer, ¿cual ha sido tu trabajo más difícil, ese que has hecho a regañadientes?
Nunca hago nada con lo que no me siento cómoda. Si éticamente no me convence no lo hago. No me como la cabeza con eso: lo que funciona en mi sistema de valores es lo que tengo que hacer, lo que persigo hacer, si algo no cuadra digo que no.
¿Te ha pasado?
Sí, me ofrecieron hacer un par de programas en una cadena de TV de presentadora, tenía que ir a diferentes destinos, pero el formato era como hacer “turismo de guerra”, una especie de Lonely Planet por países como Corea del Norte, uno de los capítulos se titularía algo así como Diamantes de sangre. Era como un show y no me gusta frivolizar con la guerra.
Sin palabras
Me ofrecieron otro casi peor… “cenando con su enemigo”, la idea era llevar a un chef a una zona en conflicto y sentar en la mesa a las dos partes del conflicto, un judío sionista y un palestino por ejemplo. A la frivolidad del llevar un chef a una zona zona donde habitualmente, por la situación de guerra, se pasa hambre se suma el hecho de que cuando se acaba el show esa gente tiene lío seguro, ¿merece la pena?… NO.
Maysun 009 2015. “The Mousetrap. Gaza Aftermath”. Cortesía de Maysun
Aprovecharse de la necesidad de la gente de comunicar, de informar sobre su situación y convertirlo en un espectáculo es algo por lo que yo no paso… y pagaban muy bien, pero por ahí no paso. Yo soy periodista, no una show-woman. Creo que no prosperó, eso no es buena idea.
Te escucho hablar y no parece que haber estado trabajando en guerras y países donde la violación de los Derechos Humanos están a la orden del día te haya pasado mucha factura, ¿eso no te cambia, no te abría un poco?
Yo siempre he sido igual, hay días en los que tengo menos pasión, menos fuerza para tirar y lo veo todo negro, pero pasa en todas la profesiones, la vida es cíclica y hay veces que necesito parar y ni tocar la cámara en un tiempo y luego llega el momento en el que te comes el mundo, ¡ahora estoy ahí!
Chema Sanmoran / Fuente: Xakata Foto