El ensayista y periodista cubano Enrique Ubieta Gómez, en el contexto de la Asamblea de Balance de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) en Las Tunas llegó hasta la universidad de Ciencias Médicas para presentar la revista teórica y política del Comité Central del Partido “Cuba Socialista” y su libro “Zona Roja. La experiencia cubana del Ébola“.
Con la participación de estudiantes que cursan carreras médicas, profesores y autoridades políticas del territorio sesionó un encuentro enriquecedor y ameno, en el que Ubieta captó la atención del auditorio con una breve reseña de ambos textos.
CON EL MISMO ESPÍRITU DE SUS FUNDADORES
“Lo demanda el avance de la revolución y el progreso de la unidad de todas las fuerzas y elementos revolucionarios”. Así definió Fidel Castro a las razones que dieron origen al nacimiento de la revista en septiembre de 1961 del pasado siglo. A lo largo de estos años, transitó por varias etapas de interrupción y posterior reactivación, siempre leal a los objetivos y compromisos con el país.
El pasado 2016 reaparece en su cuarta época con un número especial dedicado al Séptimo Congreso del PCC. “Queremos que ´Cuba socialista´ sea atractiva, polémica y actual, en la que el Partido conduzca el debate teórico, necesario en la sociedad cubana de hoy”, explica su director Ubieta.
“La revista cambió su visualidad; ahora es más grande y excede las 160 páginas; incorpora ensayos, entrevistas, debates, poemas, fotos, teniendo en cuenta que el pensamiento puede expresarse de maneras diferentes”.
Circulará en las bibliotecas públicas y los departamentos de marxismo de las universidades cubanas, y estará a disposición del público, principalmente por subscripciones, pues su tirada es solo de 10 mil ejemplares. “El propósito es recorrer todas las provincias del país para que las personas conozcan de su existencia”, dice.
Es una propuesta -tal y como enuncia la presentación de la primera edición- que “renace para pelear por Cuba, por nuestra América, por la Humanidad, en el mismo espíritu que animó a sus fundadores”.
TESTIMONIO HUMANO Y POLÍTICO DESDE LA “ZONA ROJA”
“Aquí están descritos hechos que expresan la grandeza de Cuba, de Fidel y de su pensamiento. Tuve la oportunidad excepcional y el privilegio de recorrer los tres países en los que se diseminó la epidemia del Ébola, recoger el testimonio de los verdaderos héroes y ver con mis propios ojos muchos acontecimientos. De ahí sale el libro, en el que el lector podrá encontrar además, una mirada sobre África y el compromiso histórico de la sociedad cubana con esas naciones”.
En el Preámbulo, el autor define a la zona roja como el “área de mayor contaminación, donde el enfermo sintomático es aislado hasta su curación o muerte”. Y más adelante expone: “los internacionalistas cubanos entraron, salieron, curaron, se entregaron: el color rojo se transformaba así en símbolo de una tradición revolucionaria”.
Durante la presentación del libro en la Universidad Médica, Ubieta afirmó que, “ninguna tradición es inferior, ninguna cultura es bárbara”, al referirse a los países en los que se propagó la epidemia. Y es que, palabras del propio autor en una de las páginas de su libro ¨las buenas intenciones se deshacen ante la ignorancia y la prepotencia. No la de los africanos no escolarizados o analfabetos, sino la de los euronorteamericanos que, ignorantes de otros mundos, pero deseosos de ayudar, se sitúan en un plano de superioridad, y creen que su mundo es el mundo”.
En sus inicios, las estrategias de comunicación para enfrentar la enfermedad, desestimaron la realidad sociocultural de estos pueblos. Se trataba de personas con costumbres heredadas de sus antepasados, muchas no sabían leer ni escribir y otras solo conocían su dialecto natal. Acostumbrados a la automedicación y a los curanderos; y a regirse por sus tradiciones culturales.
De repente llegan hombres vestidos de manera extraña a decirles que deben cambiar muchas de sus costumbres. Obviamente, en un primer momento, los pobladores repudiaron las Unidades de Tratamiento, incluso se esparció la idea de que mataban a la gente para extraer sus órganos. Los especialistas cubanos fueron víctimas del malentendido según narra Ubieta en uno de los pasajes del texto; aun así no abandonaron el deber que los llevó hasta esas tierras.
Por suerte, estos errores empezaron a corregirse con un renovador proyecto de sensibilización que involucró a los líderes de la comunidad. Poco a poco se logró destruir los rumores y demostrar que aquellos hombres blancos estaban allí para ayudar.
“Esta obra se vendió el año pasado en la Feria del Libro, pero no circuló por las provincias como yo hubiera querido”, dijo el escritor. La intención es que llegue a muchas personas por su valor histórico, pues ilustra la grandeza de los 256 médicos y enfermeros cubanos integrantes del contingente Henry Reeve, que arriesgaron sus propias vidas, para salvar muchas otras.
Tomado de: periódico26.cu, Las Tunas
