Al salir de la academia en 1994, cuando se graduó como diseñador informacional en el Instituto Superior de Diseño, la necesidad de apertura del turismo en el país lo condujo a vincularse con este sector en su natal Camagüey. No obstante, Ángel encontró las vías de retomar su verdadera pasión: el dibujo.
Historietista, guionista e investigador son algunas de las facetas que conforman la vida del subdirector de la revista Zunzún; por no dejar de mencionar, la de esposo y padre de familia, la cual disfruta y sirve de inspiración para la creación de personajes como el popular Kukuy, el güije del Charco Azul.
No es difícil percatarse que su público favorito son los niños, a quienes van dirigidos casi todo sus trabajos. Este año junto a la Editorial Pablo de la Torriente, con la que colabora hace más de dos décadas, presentará nuevos proyectos entre los que se encuentra Con Martí por La Edad de Oro y Fidel, el rebelde, así como nuevas aventuras de Kukuy en el Jardín Botánico Nacional.
Que sea el propio Ángel quien cuente qué ha preparado:
“En reiteradas ocasiones, el Comandante en Jefe Fidel Castro explicó que no había nacido sino que se hizo revolucionario al involucrarse al movimiento estudiantil de la Universidad de La Habana, no obstante, siempre fue rebelde. El libro que lleva el nombre Fidel, el rebelde surgió de la idea de un grupo de historietistas que acordamos trabajar diferentes etapas o anécdotas de su vida, en la cual el hilo conductor sería, por supuesto, la rebeldía.
“El compendio recoge anécdotas como la de su niñez, cuando se enfrentó a aquel maestro que lo golpeó en un colegio religioso; cuando durante el golpe de Estado fue a denunciar a Batista y a pedir ciento y tantos años de cárcel para aquel; la rebeldía en el Moncada cuando no se retiró y se quedó solo en medio de la calle disparando… historias que dan la magnitud de la figura del Comandante, desde una perspectiva más cercana a la comprensión del público infantil”.
Después de tantos años dedicado a la historieta ha desarrollado un gran poder de síntesis que traspola a la oralidad. Velazco habla sereno, tranquilo. Es claro, preciso, directo. Marca el ritmo del discurso con las manos y da pequeños golpes en la mesa para enfatizar los elementos más importantes. Cada idea es un cuadrante donde el mensaje debe llegar lo más rápido y sencillo posible.
Inspirarse en la historia nacional es un punto en común que comparten los historietistas de todo el mundo, explica. Cita el ejemplo de los famosos Astérix y Obélix, que reflejan el período en que los galos fueron ocupados por los romanos. Aun así, este hecho no es una camisa de fuerza y a pesar de que existen géneros como la fantasía y la ciencia ficción siempre está la impronta de la idiosincrasia o la cultura del dibujante.
“Kukuy, el güije es cubano, vive en Cuba y siente como los cubanos. Eso es lo que ha permitido una interrelación tan buena con los lectores; ya que a pesar de que es un personaje fantástico, dirigido principalmente al segmento infantil de la enseñanza primaria, conecta mucho con este por la relación que tiene con sus aventuras, el entorno en que se desarrolla, las expresiones que utiliza, la manera de reaccionar, lo que le gusta y lo que no. Es decir, tiene mucho que ver con el niño cubano”.
Durante esta edición de la Feria Internacional del Libro saldrá a la venta Kukuy y el jardín encantado, las nuevas aventuras del güije y sus amigos en el Jardín Botánico Nacional, donde una vez más tendrán que arreglárselas para vencer los planes del maléfico cagüeiro.
Y es que a Ángel, como buen historietista, le gustan las historias de superhéroes. Sin embargo, no le hace falta recurrir a la imaginación para inventar ídolos ficticios que rescatan ciudades enteras de grandes villanos, cuando sabe que en la cotidianidad existieron y existen hombres excepcionales de los que merece la pena hablar. José Martí, indiscutiblemente es uno de ellos.
“Cuando le hablamos al niño de Martí, inmediatamente lo refleja escribiendo o en una tribuna, pero no lo asocian con el espionaje, claves secretas, persecuciones, con una pistola, escondiéndose de la inteligencia norteamericana y de los españoles ¿o sí? No es lo habitual. Sobre estos temas publicamos dos libros de historietas de 30 páginas, cada uno, hace unos años: Martí contra dos imperios y Martí a la Guerra Necesaria, donde se le ve en la manigua con un fusil al hombro, como también sucedió, lo que se difunde poco.
“De ahí surgió la idea de una serie de televisión que están preparando los estudios del ICRT, pensada para diez capítulos y se titula también Martí contra dos imperios, porque cuenta cómo tuvo que luchar contra los espías de ambas potencias, el decadente imperio español y los Estados Unidos”.
Posteriormente, en conjunto con su esposa, la investigadora Yudeiny Fernández, creó Cerca de nuestro Martí: un acercamiento a través de juegos y pasatiempos a la vida y obra del Maestro desde la infancia hasta que cae en Dos Ríos. De la gran acogida que tuvo el libro, Esther Pozo, directora de la Editorial Pablo de la Torriente, les propuso emprender un proyecto sobre La Edad de Oro.
“Sabíamos que es un texto que prácticamente todos los años se edita en Cuba, por ello no teníamos la intención de solo reproducir los cuentos en historietas. Sería quedarnos por debajo de nuestras expectativas y autoexigencias. Es por eso que mi esposa y yo nos enfocamos en la vida de Martí durante 1889, año en que salió la primera edición de la revista.
“En ese sentido aparecieron datos muy interesantes para los niños como con quién vivía Martí; de qué vivía; dónde trabajaba; qué comía; quiénes eran sus amigos y sus enemigos; por qué lo perseguían y cómo burlaba a los espías. También, encontramos publicaciones que preparó para periódicos de América Latina, discursos que dio… La vida de Martí era intensa”.
Para la confección de Con Martí por La Edad de Oro tomaron puntos de semejanza respecto a la edición original, es decir, cuatro números de 32 páginas cada uno y el diseño del texto a dos columnas. Asimismo, decidieron no seguir un orden específico en las distintas entregas sino mezclar los contenidos de manera que si una familia no podía comprar todos los ejemplares tuviera una referencia global de qué trataba el todo.
“Por supuesto –aclara el autor– tratamos de adaptar el producto al contexto del siglo XXI, en el que los niños viven rodeados de tecnologías digitales, para lograr un acercamiento afectivo y efectivo con el texto de La Edad de Oro. Hay mucho apoyo gráfico y bibliográfico, por ejemplo, en el punto en el que se habla de Músicos, poetas y pintores, investigamos quiénes eran; buscamos retratos, grabados, partituras.
“Fue laborioso pero interesantísimo. Apareció tanta información inédita que da para hacer seis o siete libros más”.
A pesar de que Ángel Velazco lleva muchos años de experiencia como historietista, admite que la ayuda de su esposa es imprescindible y aún en las obras en las que solo firma él, está la mano invisible de Yudeiny.
“Ella ha aprendido algunas cosas prácticas del diseño porque esto es un trabajo extra que tenemos. Una jornada que comienza al llegar a la casa por la tarde y que se extiende, a veces, hasta las 12 o una de la madrugada. Lo importante es que nos complementamos: yo le dejo las ilustraciones, ella las escanea y les da la base de color. A menudo, durante la elaboración de los guiones buscamos informaciones de distintas referencias y luego las contrastamos, porque puede que no coincidan fechas, datos, cantidades. Hacemos un buen equipo”.
Dicen que detrás de cada gran hombre, hay una gran mujer. El propio Ángel Velazco reconoce que sin la ayuda de su esposa sería casi imposible emprender este tipo de aventuras; y tiene la fortuna de contar además con dos críticos insuperables, sus hijos Angelitín y Alejandrín.
“No esperamos a terminar los libros para dárselos a leer. En la medida que vamos redactando, se los mostramos a ver si entienden y les gusta. Si hacen una mueca o les aburre lo dicen sencillamente, con la simplicidad y la sinceridad de un niño. Así vamos corrigiendo el tiro”.
Como si fuera poco, Ángel Velazco también colabora con otras editoriales y revistas tanto cubanas como foráneas; además de dedicarse propiamente al diseño gráfico en la creación de logotipos, carteles, campañas, portales digitales y guiones para la televisión.
“La cosa –dice– es no aburrirse”.
Por María Carla O´Connor (Estudiante de periodismo)
Magnífico trabajo sobre nuestro querido Angelito. Maestro de las historietas cubanas, papá de Kukuy el güije de Charco Azul y excelente compañero.