Para conversar sobre la actualidad del periodismo latinoamericano y el contexto de la región, se reunieron hoy en Casa de las Américas los reconocidos periodistas Stella Calloni y Alberto Salcedo.
Calloni, quien es corresponsal para América del Sur del diario mexicano La Jornada, recuerda sus comienzos en lo que llama “la vida confusa entre la poesía y los manifiestos de la resistencia política”.
La argentina nunca pensó en dedicarse al periodismo, pero la situación de su país la hizo escribir para las revistas políticas e integrase a “un periodismo militante. No del partido, sino de la búsqueda de la verdad”.
La autora del libro Operación Cóndor, una denuncia a ese plan puesto en práctica por las dictaduras del Cono Sur, habla de las guerras en el Medio Oriente y se pregunta cómo la gente no ha entendido que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) dirige a esos mercenarios.
Con respecto a América Latina alerta: “No nos encontramos ante una restauración conservadora, esto es un proyecto estratégico de recolonización continental”.
Ante este panorama “no me preocupa lo que pueda proponer la derecha, sino lo que ha perdido la izquierda latinoamericana en estos años”, advierte Stella.
Calloni afirma que al no ocuparnos de la descolonización cultural, los pueblos se convierten en presas fáciles y desconcientizadas, capaces de permitir el golpe parlamentario y mediático a Dilma Rousseff o el golpe poselectoral a su Argentina.
Para detener estos hechos, “debemos producir la independencia. Solo Cuba es independiente. Ninguno de nosotros lo ha logrado”, asegura.
La también corresponsal de guerra explica que el poder continua en manos de los sectores militares y los grandes grupos económicos.
“En Argentina, por ejemplo, solo tenemos radios comunitarias y portales de los jóvenes, la justicia está manejada desde Washington. Todos los ministros pertenecen a fundaciones de los Estados Unidos”, comenta la periodista.
Por ello, la miembro del jurado del Premio Casa de las Américas, expresa que el camino ahora es “recolonización o independencia”.
Por su parte, Alberto Salcedo Ramos, un eterno cronista colombiano que descubrió el mundo por los oídos, escuchando la radio y viendo su país desde la ventana de su casa en Barranquilla afirma:
“Soy periodista, porque me gusta oír y contar, saber más allá de lo que puede ver la punta de mi nariz, dejar memoria, un testimonio que pueda ayudar a entender, porque me cuesta un trabajo enorme quedarme callado”.
El profesor de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano considera que “cada vez es más olvidable el periodismo, porque se está volviendo un caso de entrevistitis aguda”.
“Hemos perdido mucho tiempo en la afirmación. Me gusta el periodismo que se construye sobre la base de la duda, porque nos enseña a dudar hasta de nosotros mismos”, expresa con la certeza que da la experiencia.
En su denuncia a ese periodismo que solo busca una entrevista para obtener un gran titular, Salcedo dedica su vida a hacer visible lo invisible, mediante la crónica, su género irremediable.
Durante el debate, como narrador incanzable que es, cuenta anécdotas para demostrar que al periodismo actual lo que le gusta es el reality. “Nos resulta más cómoda la ficción que la realidad”, concluye.
Así termina el conversatorio: entre un Salcedo que apuesta por el periodismo de la duda y una Calloni que afirma que los tiempos actuales requieren de aseveraciones, porque hoy, más que nunca, la información es un arma de guerra.
Tomado de cubadebate