“Para nosotros el mundo no es una mercancía”, ratificó Abel Prieto al referirse a la esencia anticapitalista que define a las políticas culturales en Cuba, durante el encuentro de socialización, Catalejo, realizado en la tarde de miércoles en la Casa de la Prensa.
En un ambiente distendido y hasta con ejemplos jocosos, el titular de Cultura planteó el desafío que representan las nuevas tecnologías y la trampa que suponen ante la supuesta “libertad de elección”que ofrecen a los usuarios. “Sería absurdo no ver el lado positivo de estas, pero
también resultaría disparatado idealizarlas”.
Asimismo, citó el impacto de la aparición de la televisión como un referente para estudiar este fenómeno: “No es el objeto en sí, sino los usos que se le dan por parte de las maquinarias pensantes de los grandes monopolios, que sacrifican todo valor espiritual de la cultura al crear productos banales, idiotizantes (…)”.
El también asesor del presidente cubano, Raúl Castro, reconoció la calidad del programa Sonando en Cuba como un ejemplo de calidad artística y estética; y argumentó que sí es posible hacer productos audiovisuales que enriquezcan el acervo cultural del público y aproximen a las nuevas generaciones a los géneros tradicionales que componen el amplio repertorio musical de la nación.
“A veces somos incoherentes, y no en el sentido de ser contradictorios. La coherencia consiste en defender nuestros valores, soberanía e historia desde el punto de vista de cada uno, pero
dirigidos hacia la emancipación de los cánones hegemónicos del capitalismo”, concluyó Abel Prieto.
Por María Carla O´Connor y YoandryAvila