Aquel 4 de enero cuentan que llegó a la mañana por Guáimaro, y que el pueblo lo vitoreaba a su paso por la Carretera y por las calles de la ciudad hasta que, ya de noche, inundó la Plaza de la Libertad.
Este 1ro. de diciembre Fidel llegó otra vez a Camagüey, como aquel 4 de enero y como tantas otras veces que tuvimos el privilegio de tenerle, de escucharle, de seguirle en sus muchos sueños de futuro con los pies en la llanura agramontina.
Ahora, como entonces, le acompañamos. El cortejo fúnebre que en una suerte de viaje a la raíz lo lleva de vuelta a Santiago de Cuba reeditando a la inversa su Caravana de la Victoria, fue recibido pocos minutos después de que el reloj marcara las 4:00 p.m, en tierras del municipio de Carlos Manuel de Céspedes.
Desde allí, a lo largo de la Carretera Central, el pueblo le acogió con cariño y respeto. Ya en la ciudad de Camagüey el recorrido tomó la Avenida de la Libertad hasta la calle Javier de la Vega, donde enrumbó hacia la Plaza de la Revolución Mayor General Ignacio Agramonte Loynaz.
Ya está allí Fidel. Ningún sitio mejor para la vigilia que ese al que nuestra caballería acude dispuesta a cada llamado del clarín, a la vista de su Mayor.
A partir de las 9:00 p.m. el tributo se tornará poesía en la velada cultural con la que más de 200 artistas y todos los camagüeyanos agradeceremos por la vida de obras de nuestro eterno Comandante en Jefe, cuyas cenizas, más que reposar, se ungirán del ejemplo de Ignacio hasta las 7:00 a.m. del viernes.
Entonces, en la Plaza de la Libertad, en intensos quince minutos de parada, desde el histórico balcón de la hoy escuela secundaria le escucharemos nuevamente: “En lo adelante el pueblo ganará todas sus batallas, porque el pueblo aprendió a ganar después de haber conquistado no solo la Revolución, sino el tenerla asegurada para sí…”.
Y continuará Fidel su marcha victoriosa de libertad y sueños.
Tomado de: www.adelante.cu