Quiso sumarse a la lucha insurreccional y el Ché le dio una tarea de por vida, que sigue cumpliendo con la modestia de los grandes. Días de gloriosos recuerdos vive hoy Perfecto Romero, el veterano profesional que comenzó a hacer camino con el lente hace casi seis décadas.
Sus inicios los narra con la sencillez de alguien que aún no se percata del alcance histórico de lo hecho. Era un joven de 22 años cuando aspiró a servir junto a Ernesto Guevara, a su paso por su terruño villareño, y a su orden lo hizo con un arma que aún blande, la cámara fotográfica.
Desde ese 1958, cuando se incorporó a la Columna número 8 del Ejército Rebelde, fue fotorreportero y combatiente, vinculado a momentos claves de nuestra gesta revolucionaria. Es el único en activo que tiene esa excepcional y simultánea condición
Por estos días que festejamos el 60 aniversario de la fundación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, este pionero de los corresponsales de guerra y fundador de la revista Verde Olivo, mantiene la discreta sonrisa con la que enfrentó –y lo sigue haciendo- cuantas encomiendas se le han dado.
He tenido la ocasión de conocerle mejor en tiempos recientes, al colaborar en la presentación del documental biográfico Perfecto Romero: Fotógrafo de la Revolución, resultado de cinco años de trabajo de la Agencia de Medios Alternativos y Taller Editorial (Amate), integrada por amigos mexicanos radicados en Los Ángeles, y saber de muchas otras facetas y aventuras como reportero vividas en sus 80 años de fructífera vida.
El director de Amate, Raymundo Reynoso, ha llamado la atención sobre muchas fotografías históricas “que se han usado, pero sin crédito. Son de Perfecto. El captó a Camilo y a el Che como nadie”.
A las históricas fotos del período guerrillero –incluyendo las de la toma de Yaguajay por la tropa del inolvidable Camilo Cienfuegos- se suman otras de mucha importancia pero no tan claramente identificadas. Sus cámaras captaron desde maniobras militares y la Limpia del Escambray, hasta el entorno submarino y del proceso que llevó al cosmos al primer astronauta latinoamericano, Arnaldo Tamayo Méndez.
Sus viajes con Fidel, Raúl y Raúl Roa y otras muchas misiones reporteriles internacionales, se suman a vivencias gráficas como las tomadas durante ciclones y otras complejas coberturas recogidas en Verde Olivo, en un abanico testimonial que aún no ha sido abarcado en su totalidad.
El empeño más cercano ha sido el libro publicado en este 2016 por Amate y el proyecto cultural Macondo, culminación de un proceso iniciado, desde antes de finalizar el siglo XX, con exposiciones fotográficas que organizaron en California sobre grandes de nuestra historia como Fidel, el Che y Camilo. Esta obra, como señalara la directora de Macondo, Paula Ramírez, le dio “la oportunidad de mostrar algunos de los aspectos de la vida de una persona sencilla y con un valor humano inmenso”
Luego de su jubilación en las FAR, Perfecto pasó a trabajar en el tabloide humorístico Palante, donde aún sigue muy activo y es un referente de laboriosidad y actitud alejada de ufanarse de sus bien ganados méritos.
Es de los profesionales más significativos del periodismo revolucionario cubano, cuyo ejemplo debe contribuir a la formación de valores de la que necesitamos, ahora y en todos los tiempos
Su sensibilidad y oportunidad, con el ojo avizor y participación directa, marca el derrotero de los grandes del lente en nuestro país, entre los que se encuentra por derecho propio.