Hoy, cuando el boom tecnológico del siglo XXI compite con las maneras tradicionales de concebir el séptimo arte y usted puede admirar un filme desde la sala de su casa, el Cine Club Cubanacán arriba en Santa Clara a cuatro décadas de fundado.
La institución que desde la central urbe se erige como núcleo desde el cual se difunden los valores más arraigados de la localidad, se sustenta en una ardua labor investigativa que sedimenta la participación ciudadana en ella.
Villa Clara constituye una de las máximas contribuyentes al movimiento de cine aficionado en Cuba, una circunstancia que según Rolando Rodríguez Esperanza, dentro de los artífices del Cubanacán, se debe en gran medida a la influencia de este proyecto en el territorio de la Mayor de las Antillas.
Más de 300 obras con géneros que oscilan entre el documental, la ficción y los dibujos animados, entre otros, conforman un amplio archivo en el que se reflejan además costumbres y tradiciones intrínsecas del imaginario popular de toda una región.
Destacan así, “Marta” (1993) y “Cara a cara” (1996), de Miguel Secades y Osvaldo Marcial, respectivamente; y “El campesino científico” (1998), de Rogelio Mora, por solo mencionar algunas.
La labor del Cine Club Cubanacán se ve reflejada cada año en el Festival de Cine de Invierno, un certamen que acogerá Santa Clara, este 2016, a partir del 15 de noviembre venidero.
Un encuentro que viene a ser punto clímax de un trabajo desarrollado durante el año y que incluye conferencias, talleres, cursos, debates y proyecciones públicas.
Mairyn Arteaga Díaz / Agencia Cubana de Noticias
