Las palabras y las imágenes nos hicieron a todos sentirlo a nuestro lado, no estaba físicamente pero sí omnipresente. Quizás ni sepa que de él se habló tanto, pero allí estaba Fidel Castro, en la sala teatro de la Casa de la Prensa en el espacio Catalejo, hablando de su pasión por el periodismo y develando facetas de su vida.
La periodista Katiuska Blanco y el realizador Roberto Chile, fueron los encargados de hacer ese milagro que solo se alcanza a través de un buen libro o la imagen impecable de un audiovisual.
La también biógrafa del Comandante en Jefe, relató algunas facetas del dirigente revolucionario, en especial su obra periodística, la cual se remonta a la década del 40 del pasado siglo cuando denunció las malversaciones y robos que se cometían en el gobierno de Carlos Prío.
Blanco comentó que para Fidel el periodismo es un arma de combate ya que lo utilizó no solo para denunciar a los gobernantes corruptos, sino también para proclamar las nuevas ideas y concepciones de lucha. Ejemplos de esa labor reporteril se encuentran en su quehacer diario como guerrillero o después del triunfo revolucionario para explicarle al pueblo los derroteros de la Revolución y por qué era necesario tomarlos.
Al concluir su intervención aseguró que Fidel es muy respetuoso del trabajo del periodista, del estilo de cada uno, pero sí muy meticuloso con las cifras y las fechas, “siempre está en la búsqueda constante de la verdad histórica”.
Por su parte, el fotógrafo y realizador Roberto Chile, quien dedicara 25 años de su labor profesional a trabajar junto al Comandante en Jefe, presentó el documental, inédito en Cuba “Fidel Castro: el hombre detrás del mito”.
El material no es de su autoría sino de los realizadores canadienses Kristine Campestre, Jean Michel Leprimee y Martín Moville, quienes dan una visión humanista del líder revolucionario a través de entrevistas realizadas a diferentes personas que han tenido una estrecha relación con Fidel.
En el audiovisual son entrevistados tres fotógrafos Roberto Salas, Alex Castro y Roberto Chile, así como personas que están unidas a Fidel por estrechos lazos sanguíneos o de amistad, entre elstos, Mariela Castro, Aleida Guevara, la periodista Marta Rojas, el historiador Eusebio Leal, el Comandante de la Revolución Guillermo García, el pianista Frank Fernández, Ricardo Alarcón y Elián González.
Para la realización del material fílmico se utilizaron escenas de la vida de Fidel Castro poco divulgadas y otras inéditas, como es el caso del momento en que firma el traspaso de poder a su hermano Raúl Castro, cuando aún estaba convaleciente en el 2006 de su enfermedad.
Los presentes a la premier del documental coincidieron en señalar la pertinencia del material audiovisual, su valor testimonial y la necesidad de que sea divulgado por la televisión cubana para que el pueblo pueda conocer esas facetas del líder cubano.
¡Y en eso llegó Fidel!
Hubo un orden: la presentación del libro ¡Y en eso llegó Fidel!, de José Antonio Fulgueiras, escritor, poeta, periodista y Presidente de la Upec en Villa Clara, por demás, y luego el Catalejo, con Katiuska y con Chile, pero eso no viene al caso, porque cada “actividad” de este viernes en la Casa de la Prensa Cubana, merece su espacio y darse a conocer a diferentes auditorios.
Cuando Antonio Moltó, presidente de la Upec nacional, presentó al autor de este compendio de crónicas periodísticas sobre momentos puntuales de la historia patria vinculados a su terruño villaclareño y a personajes emblemáticos del centro del país, todo girando sobre la huella del Comandante en Jefe Fidel allí, elogió también la intensidad y la fuerza de su obra.
Fulgueiras, alias Machete, deja ya una impronta de 20 libros de su autoría, la mayoría como este, de la Editorial Capirro, que está cargado de anécdotas y relatos cronicados, llenos de emociones y con el más exquisito humor y auténtico gusto del cubano. Fidel está recreado en ese cubaneo.
En el prólogo, el escritor presenta el texto como “un libro pequeño para un hombre muy grande” y explica que recrea su título tomando prestado un verso de la canción de Carlos Puebla Y en eso llegó Fidel.
Combina aquí, prosa y verso, trabajos periodísticos y décimas salidas de su alma de poeta, y le dice en esa introducción al jefe de la Revolución cubana: “Disculpe comandante, pero a usted no hay quien lo atrape en las celdas entintadas de un libro. Usted posee la amplitud del cielo y la inmensidad del mar, que a veces está en calma y otras encrespado y furioso”.
Por: Zenaida Ferrer y Jorge Gorgoy Crespo