Con la dosis justa de chovinismo gremial y el orgullo y la admiración al trabajo desplegado por mis colegas, me atrevería afirmar que junto al desempeño de la Defensa Civil, la preparación de los gobiernos provinciales y municipales para asumir el impacto del huracán Matthew, y la solidaridad del pueblo cubano, si el evento meteorológico tuvo otro gran freno antes, durante y tras su paso por nuestra geografía nacional, fue por la labor de la prensa.
Múltiples son los posts en Facebook y otras redes sociales que alaban el quehacer de los equipos periodísticos.
“Estoy impresionada de la magnífica cobertura que está haciendo el Sistema Informativo de la TVC sobre el huracán!!!! Decenas de periodistas jóvenes reportando desde el lugar de los hechos, con rostros de reporteros en campaña, creíbles, apropiados para el suceso!!! Mis felicitaciones!!! Me siento orgullosa de tod@s”, comentó Maribel Acosta, jefa de la carrera de periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana y experimentada cronista de sucesos atmosféricos.
A los constantes enlaces con las corresponsalías de la televisión en los territorios orientales se suma la labor reporteril del sistema de la radio, los medios digitales y las agencias y periódicos impresos.
Una particular contribución al flujo informativo evidencian las redes sociales Facebook y Twitter, pues los perfiles personales de los colegas y los de los órganos de prensa se mantuvieron, (aún hoy)en constante ebullición noticiosa sobre la trayectoria de Mathew.
Mientras este huracán circulaba en la noche del martes por Baracoa y Maisí con vientos máximos sostenidos de 180 kilómetros por hora y superiores a los 300, según el Doctor José Rubiera, la guantanamera Lilibeth Alfonso, del semanario Venceremos, compartía un post con sobresaltos y opiniones de sus compañeros de labor en el telecentro Primada Visión, de la villa fundacional.
“Aquí estamos, aquí se viven momentos realmente tenebrosos… Desde hace dos días apenas dormimos…
Se reconoce también en el desempeño de nuevos exponentes de nuestro periodismo como Leandris Noa, quien desde el domingo dejó a sus seres queridos y su hogar, una vivienda de madera para cumplir su deber de informar; o Mabel, la única muchacha del equipo, que a pesar de mantener comunicación con su casa, ella cree que le mienten cuando se interesa por la familia y el estado constructivo de su morada.
“Pero nada, todos, absolutamente todos, hemos puesto corazón y vida para que los televidentes del país no se pierdan ni un solo detalle del fenómeno atmosférico que ha destrozado todo lo que se ha encontrado en su camino, dejando huellas en centenares de viviendas, hoteles, escuelas, viales; tendidos eléctricos y telefónicos en el piso, por solo citar algunos de los daños.
“A todo esto se suma lo de nuestra segunda casa, el canal, con penas y tristeza hemos sido testigos de la pérdida de más del 80 por ciento de la cubierta del telecentro.
“Ruidos escandalosos de los pedazos de tejas y falso techo al caer al piso y, mientras todo esto sucede, Rolando, uno de los camarógrafos, comenta que no quiere que llegue el día para no ver el vacío que le habrá dejado la vivienda en su solar.
“Rafelito, que se adelantó a Matthew y quitó él primero el techo, antes de que el evento meteorológico se lo llevara como hizo con muchos otros; o Lisandra, la joven directora del telecentro, que a pesar de sus problemas personales, no deja de llenarse de ángeles, de mi vida, mi tesoro, mi Rey o de muchos otras maneras de llamar a sus muchachos”, refirió la colega en su cuenta.
“Todas son historias muy conmovedoras de cada uno de los movilizados esta noche en el canal. Una noche de ciclón, de fuertes vientos, de muchas llamadas telefónicas con familiares y amigos, una noche de tinieblas, de mucha tristeza por lo perdido. Una noche para no olvidar, porque, a pesar de los pesares, seguimos aquí, al pie del combate, para seguir escribiendo historia, sí, la historia que nos ha tocado vivir y defender, con lágrimas en los ojos o el llanto de alegría por el tiempo de respirar y hablar” concluyó su post.
Los potentes vientos de este huracán ya se alejan de la Mayor de las Antillas. A su paso, Baracoa, una de las primeras villas fundacionales del “Nuevo Mundo” quedó devastada; escombros, rostros desolados, desconsuelo y nostalgia se imbrican en imágenes que provocan llanto y consternación.
Con fecha de este 5 de octubre, un trabajo publicado en el periódico Juventud Rebelde vaticina que “como el Cemí de Gran Tierra, que emergió del fondo de las cuevas de las Terrazas de Maisí cual sobreviviente idolatrado de la colonización española, los habitantes del extremo oriente cubano emergerán de su dolor convertidos en símbolo”.
Seguramente, con la misma profesionalidad, constancia y entrega que reportaron la trayectoria de Matthew, los profesionales de la prensa en la Isla reflejarán el renacimiento de la Villa Primada de Cuba.
