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Redes sociales e intimidad como moneda de cambio

Carlos Baldino Altube, periodista e ingeniero en sistemas
Carlos Baldino Altube, periodista e ingeniero en sistemas

En una entrevista publicada en el sitio web de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires, bajo el título “Las Redes sociales naturalizaron la entrega de datos a cualquiera”, el periodista e ingeniero en sistemas Carlos Baldino Altube explicó los riesgos y peligros de la exposición de datos personales en las redes sociales. La vida íntima y los gustos personales como moneda de cambio de las empresas tecnológicas. También se refirió al rol de la inteligencia militar en la vida diaria de cada uno de nosotros.

¿Es apenas una paranoia pensar que las redes sociales y las tecnologías aplicadas a la web y los teléfonos celulares vulneran la privacidad de las personas?

No, es en términos prácticos una realidad. Las redes sociales naturalizaron la entrega de datos a otros para su usufructo. Antes, si alguien quería saber algo sobre vos tenía que tomarse el trabajo de investigar sobre la vida de uno. Eso se acabó. Ahora, salvo que la persona en cuestión tome precauciones, su vida ya esta publicada en la red. Hablamos de precauciones que pueden llevar incluso a discusiones con amigos, familiares, etc.

Hay muchas organizaciones, empresas o no, que se benefician con esta información, para saber qué consumimos,
cuándo lo hacemos, qué pensamos, si alguna acción externa ha cambiado nuestra opinión respecto a algo (desde un candidato político hasta un jabón para la ropa). Las redes sociales son el paraíso del marketing y nosotros tenemos la culpa.

¿Qué tipos de datos proporciona directa o indirectamente un usuario al utilizar un dispositivo de GPS por ejemplo?

El GPS entrega coordenadas, simplemente eso. El GPS te dice, ¡estoy acá! Ahora, ese posicionamiento asociado a la acción que estamos realizando es el verdadero valor agregado. Alguien usa Fouresquare, que es una red social de actividades orientada a que los usuarios indiquen si asistieron a un restaurant, bar, cine, etc. y eso asocia adónde estuviste y haciendo qué cosa. Otra persona se saca una foto y la sube a Facebook, y aunque no diga dónde es el evento, si el celular tiene el GPS asociado a la cámara este proceso es automático y te ubica la foto con un margen de
error de entre 8 y 20 metros.

El GPS también entrega información sobre rutinas, si siempre usas una aplicación online para recorrer el camino al trabajo esto queda registrado tanto en el móvil como el servidor de la empresa que ofrece el servicio de mapas.

Las redes sociales naturalizaron la entrega de datos a otros para su usufructo.

Una voz de alerta “Las Redes sociales naturalizaron la entrega de datos a cualquiera”

¿Existe una vinculación directa entre el desarrollo de determinados programas o aplicaciones y los servicios de inteligencia o militares de ciertos países?

Sí claro, muchas aplicaciones tienen como angel investors (inversores que apuestan a una idea con dinero contante y sonante) firmas relacionadas con los complejos militares industriales de las principales potencias. Hay que tener en cuenta que generalmente los ejércitos no tienen a las mentes más brillantes en sus filas informáticas (las pueden tener eventualmente, pero las descubren en los mercados laborales oficiales antes de reclutarlas) y un modo de llegar a ellas es invirtiendo a través de otras firmas, aunque muchas veces lo hacen de modo más directo.

Hay un caso- ejemplo, el de WAZE, es una firma israelí que generó una red social de “wazers” que comparten información GPS sobre caminos en tiempo real. Todas las mañanas los “wazers” se van al trabajo por ejemplo, abren la aplicación y en tiempo real conocen los tiempos de cada ruta alternativa hacia su destino porque alguien más temprano ya recorrió ese camino y reportó la fluidez del viaje. La empresa que desarrolló esta aplicación es una startup fundada por ex soldados de inteligencia israelí dentro de un complejo militar oficial del ejército.

De hecho esta aplicación se supone que tiene origen (o se retroalimenta con ella) en “Tzayad” (“cazador” en hebreo), programa digital del ejercito israelí que permite compartir en tiempo real el estado de las tropas, los enfrentamientos en curso, traza rutas para que los oficiales eviten estos enfrentamientos para ir de un lugar a otro en una zona de conflicto y mucha información más. Todo en tiempo real.

¿Se puede decir que hoy en día una persona desde que se levanta hasta que se acuesta, o incluso hasta durmiendo, está dejando algún “rastro” en internet que puede ser utilizado por terceros?

Sí, hay tantas aplicaciones que “nos siguen” que no queda área por explorar. Literalmente, desde que te levantás hasta que te acostás, incluso mientras dormís, algún programa puede dejar rastros sobre vos.

¿Cómo se vende la información de los usuarios de las redes sociales a marcas o empresas para que éstas amplíen sus ganancias?

La mayoría de estas aplicaciones son gratuitas, lo que te lleva a preguntarte de dónde sale el dinero que solventa toda esta estructura. La información es poder, eso es claro, su acopio es como sembrar un campo para el día del cultivo. Las empresas acopiadoras siempre recurren a la excusa que la información guardada es en forma anónima, cosa que se vuelve incomprobable para los usuarios. Pero particularmente creo que hay algo peor, los usuarios nuevos nacen
con este concepto de vida online que ni les importa a dónde va esta información ni con qué fin se utiliza.

¿Crees que existe algo alternativo, desarrollado, o no, que pueda protegernos de algún modo de este tipo de actividades?

El único modo que se me ocurre es alejarnos de las actividades online innecesarias, no es vital decir dónde estamos ahora, compartir eso con el mundo, no creo que al mundo le importe, es mas el morbo por saber y que sepan de mi que algo realmente útil para nuestra vida. Sobre todo requiere de un cambio de hábito.

Fuente: Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires www.utpba.org

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Redacción Cubaperiodistas
Sitio de la Unión de Periodistas de Cuba

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