A aprovechar cada minuto en lo adelante para convertirse en hombres y mujeres útiles, exhortó Raúl Garcés, decano de la Facultad de Comunicación (FCOM) de la Universidad de La Habana, a los 200 estudiantes de las carreras de Periodismo, Ciencias de la Información y Comunicación Social que recibieron este martes sus títulos de graduados del curso académico 2015-2016.
“Ustedes representarán en lo adelante una cara importante de la institucionalidad revolucionaria: van a la prensa a dar la pelea; van a las bibliotecas públicas a socializar conocimientos con los usuarios; van a las empresas, a las localidades, a las organizaciones de la administración pública para ilimitar el papel de la comunicación y la información en la gestión del desarrollo”, agregó.
Randdy Fundora, graduado integral de la Facultad, en nombre de los alumnos egresados manifestó que “nuestras carreras han ofrecido altos niveles de conocimientos, nos han inculcado la práctica consciente de la generosidad y han potenciado en nosotros el ejercicio potente de la razón”.
Fundora compartió que esos argumentos por sí solos no explican lo que es la FCOM para cada uno de quienes se licenciaron hoy.
“FCOM es conocimientos y cultura, pero es también su gente, un grupo de estudiantes, profesores y trabajadores que se involucran en cada una de las actividades, algunos conjugan su tiempo y buscan cualquier pretexto para estar en la Facultad, y la convierten en su propia casa”.
“Esperar y querer son dos palabras que guardan muchas historias. Hoy, el día que nos graduamos, espero que estos cinco años hayan sido para todos ustedes como para mí, los mejores. Y quiero, sinceramente, que cuando piensen en nuestra Facultad recuerden que FCOM es felicidad”, añadió.
Al acto, celebrado en el Aula Magna de la casa de altos estudios capitalina, asistieron Enrique Villuendas, funcionario del Departamento Ideológico del Comité Central del Partido Comunista de Cuba; Antonio Moltó, presidente de la Unión de Periodistas de Cuba, Hilda León, vicerrectora de la Universidad de La Habana; y Ania Terrero, presidenta de la Federación Estudiantil Universitaria en la Facultad de Comunicación.
PALABRAS DE RANDDY FUNDORA, GRADUADO INTEGRAL
Estimados miembros de la presidencia, profesores, trabajadores, familiares, amigos y graduados de la Facultad de Comunicación.
“Sólo los necios hablan de desdichas, o los egoístas. La felicidad existe sobre la Tierra; y se le conquista con el ejercicio prudente de la razón, el conocimiento de la armonía del universo, y la práctica de la generosidad”. Estas palabras de José Martí podrían resumir el significado de los años de Universidad.
Nuestras carreras Ciencias de la Información, Periodismo y Comunicación Social nos han ofrecido altos niveles de conocimiento, nos han inculcado la práctica consciente de la generosidad, y han potenciado en nosotros el ejercicio prudente de la razón. Estos argumentos, sin embargo, no explican por sí solos lo que FCOM es.
FCOM es conocimiento. Hemos aprendido en las aulas y fuera de ellas: en los pasillos, en la biblioteca, en las Cafeteras, en las antiguas aulas de G, y en los laboratorios de Bohemia. Hemos entendido, además, lo importante de aprender de los otros, sin tener en cuenta las diferencias de carreras o años. Seguramente estamos de acuerdo en que asignaturas como Teoría de la Comunicación y Teoría de la Información nos cambiaron la vida.
FCOM es cultura. Las 13 copas que mostramos con orgullo son el resultado del esfuerzo de varias generaciones de estudiantes y profesores involucrados en proyectos artísticos y sociales. Quién no recuerda Alicia en aquel lugar, a Esteban viajando en el tiempo o aquel primer año cuando perdimos la Copa. Probablemente eso motivó que ganáramos las 4 siguientes. Mucho le debemos a trabajadores, familiares, amigos y algunos que sin llamar la atención preparan escenografías, pasan noches enteras ensayando, escribiendo o grabando, y hacen posible
el proceso más importante de la vida universitaria en la Facultad.
FCOM también es participar, porque seguimos soñando con estar entre los tres primeros lugares de los Juegos Caribe, porque nos implicamos en la vida política y social del país, porque nos ocupamos de las demandas de numerosas organizaciones y comunidades, y porque la investigación sigue siendo parte de la cultura de los estudiantes de las tres carreras.
Nuestra generación ha sido protagonista de lo que FCOM es hoy. Hemos subido a lo más alto de la Isla en un viaje que unió a muchos, de muchas maneras. Literalmente, mudamos una facultad desde la vieja Casona de G hasta la sede de Bohemia. Construimos ese nuevo lugar y lo llenamos de colores y símbolos. Rompimos el mito que aseguraba que era imposible una reconciliación entre las tres carreras. Y vimos cómo FCOM se convirtió en una familia con todo lo que eso implica, lo bueno y lo no tan bueno.
Hemos sido capaces de experimentar un cambio que no se reduce a mejoras infraestructurales, a tener aulas, televisores, wifi, o computadoras nuevas. El cambio al que me refiero tiene que ver con cada uno de nosotros, con la forma en la que nos relacionamos y nuestra manera de sentir la Facultad. Alguien certeramente me decía una vez: la gente de FCOM le tiene Fe a ese lugar. Cariño, amor, empatía, pertenencia o como queramos llamarlo, es lo que nos une a todos y probablemente sea la causa fundamental de que estemos reunidos aquí hoy.
¿Pero qué es FCOM sino su gente? Un grupo de estudiantes, profesores y trabajadores que se involucran en casi todas las actividades. Algunos que conjugan sus tiempos y buscan cualquier pretexto para estar en la Facultad y la convierten en su propia casa. Pero no me refiero solo a ellos. Incluyo, además, a aquellos que reciben sus clases y se van a trabajar en las noches, a los que a veces no se sienten representados o discrepan de las decisiones que se toman. Todos ellos, incluso los que ya no están, forman parte del patrimonio de FCOM, de sus vivencias, de sus recuerdos, del pasado y del futuro de una organización que nos fue perteneciendo poco a poco, hasta hacerse definitivamente nuestra.
Permítanme entonces agradecer a mis padres, a todos los graduados, a los profesores y trabajadores de esta casa, a la Universidad de La Habana y a Cuba. Quiero mencionar especialmente a dos personas a quienes todos nosotros les debemos mucho. En primer lugar, a Armando Franco, porque se lo ha entregado todo a FCOM sin esperar nada a cambio, porque se merece estar aquí leyendo este discurso y porque hay familias que sí se escogen. Y a alguien a quien quiero y respeto mucho, que es ejemplo de profesor, periodista, académico y amigo, nuestro decano Raúl Garcés. Muchas gracias a los dos.
“Esperar” y “querer” son dos palabras que guardan muchas historias. Hoy, el día en que nos graduamos, espero que estos 5 años hayan sido para todos ustedes, como para mí, los mejores. Y quiero, sinceramente, que cuando piensen en nuestra Facultad, recuerden que FCOM es Felicidad.
Muchas Gracias.