El otorgamiento de licencias ambientales a trabajadores por cuenta propia se impone como tarea de obligado cumplimiento por quienes tienen el deber de velar por la protección del medio ambiente en todas las esferas de la sociedad.
Desde la apertura de oportunidades al sector no estatal a fines de 2010, la provincia de Holguín aumentó su universo laboral en más de 42 mil personas dedicadas a esta modalidad de empleo, de ellas unas dos mil ejercen en áreas que por sus características inciden sobre el entorno.
Esta situación amerita entonces de un pronunciamiento de la delegación territorial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, a través de la cual deberá emitirse un permiso de buenas prácticas o licencia a menor escala de acuerdo con la complejidad e impacto de la tarea a desarrollar.
En correspondencia con lo establecido por la Ley 81, en su artículo 24, toda actividad susceptible de producir significativos efectos al entorno estará sujeta al otorgamiento de una licencia ambiental.
Jorge Morales, especialista de este frente en el CITMA territorial, señaló a la ACN que más de 30 actividades de las indicadas por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social requieren de su evaluación, sin embargo se han entregado permisos sin contar con nuestro criterio, aseveró.
La modalidad de reparador de batería, por ejemplo, posee cuatro autorizaciones cuando la indicación nacional orientó que está prohibida la entrega de un permiso ambiental, pues estos obreros no cuentan con las condiciones tecnológicas adecuadas para tratar los desechos peligrosos que generan.
Maricela Escajadillo, sub-directora de empleo en la dirección de trabajo, enfatizó que la Resolución 32 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social no aclara que para entregar esa patente sea necesario el aval ambiental.
Solo una decena de actividades, señaló, están referidas en la legislación vigente que necesitan, además del carné de identidad y las fotografías necesarias, algún tipo de requerimiento ambiental.
Actualmente, la comunicación entre ambas direcciones fluye bastante bien, acotó Morales, pero la preocupación radica en aquellos que hoy ejercen no solo sin un permiso, sino también sin una guía que los oriente y obligue a reducir el impacto en su derredor.
“Cuando el cuerpo de inspección detecta algún cuentapropista sin la debida autorización se sanciona, a lo que ellos responden que no tenían conocimiento y si voluntariamente no solicitan la licencia nosotros no tenemos forma legal para revocar su permiso de trabajo, puesto que fue otro organismo el que lo otorgó”.
“La dirección de trabajo se apega estrictamente a lo legislado por su Ministerio y las patentes que ya fueron entregadas cumpliendo con lo establecido no tenemos modo alguno para cerrarlas o paralizarlas”, argumentó Escajadillo.
Aserrador, curtidor de pieles y productor-vendedor de artículos de alfarería para fines constructivos, los conocidos ladrilleros, son otras de las faenas altamente reguladas solo por unos y no por todos.
La falta de comunicación definitivamente se erige como denominador común de este dilema, que posee en su epicentro a los trabajadores por cuenta propia.
Solo resta que los organismos pertinentes analicen esta problemática, pues no es posible que la mayor afectada sea la población, por una situación que hasta a las instancias provinciales se les escapa de las manos.
Claudia Patricia Domínguez / Servicio Especial de la ACN