El Séptimo Congreso del Partido Comunista de Cuba sesiona ahora en uno de sus más importantes espacios: la discusión y aporte popular.
Luego de que el estudio del Informe Central y el discurso de clausura del primer secretario Raúl Castro guiara en entidades y comunidades los compromisos concretos y responsabilidades individuales y colectivas con el futuro, nos aprestamos a un período de aportes y definiciones.
Si bien en la etapa previa a la magna cita, alrededor de 4 000 personas en el país, incluyendo directivos, estudiantes y profesores universitarios, investigadores, intelectuales, periodistas, trabajadores por cuenta propia, campesinos… estudiaron, modificaron y enriquecieron los documentos que luego debatirían los delegados e invitados, sin dudas, el actual proceso reafirma la validez y protagonismo de todas las opiniones para las decisiones trascendentales de la nación y el carácter cada vez más abierto y democrático de la organización de vanguardia de nuestra sociedad.
Tema de dudas y debate antes del Congreso en abril lo constituyó el hecho de que ese análisis preliminar no fuera masivo, similar al del Sexto. Como se ha explicado, en el caso de los Lineamientos de la Política Económica y Social, cuyo cumplimiento no se había proyectado para un único quinquenio, se evaluaba la implementación de los entonces trazados, y los nuevos propuestos partían justamente de lo acontecido en la etapa.
Los Objetivos de la Primera Conferencia Nacional, aunque atañen a la sociedad en su conjunto, centran el accionar del Partido en su funcionamiento interno y su vínculo con la Unión de Jóvenes Comunistas y la totalidad de organizaciones y asociaciones sociales, gremiales, religiosas. Acerca de sus avances y necesarias readecuaciones profundizan en este momento la militancia y su relevo: la juventud.
Por ello, son la Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista y el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030, incluida la propuesta de visión y ejes estratégicos de país, los dos únicos documentos a consulta, desde el próximo 15 de junio hasta el 20 de septiembre.
En el amplio proceso, que en Camagüey se estima involucrará a alrededor de 130 000 personas en más de 3 000 reuniones, participarán además de los militantes, los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular y delegados a las asambleas provinciales y municipales, y los miembros de los consejos de la administración.
El intercambio tendrá lugar también en los consejos de dirección de los organismos de la Administración Central del Estado y sus instituciones en los territorios, de las Organizaciones Superiores de Dirección Empresarial y sus entidades, en unidades empresariales de base y presupuestadas, seleccionadas por su importancia económica; en cooperativas de producción agropecuaria y con colectivos de trabajadores estatales y no estatales vinculados a la producción y los servicios, la docencia, el arte, el deporte, la ciencia, y estudiantiles de las enseñanzas media superior y universitaria.
Aportarán sus valoraciones los comités nacionales, provinciales y municipales de la Central de Trabajadores de Cuba y sus 19 sindicatos, la Federación de Mujeres Cubanas, los Comités de Defensa de la Revolución, las asociaciones de Combatientes y de Agricultores Pequeños, las federaciones Estudiantil Universitaria y de Estudiantes de la Enseñanza Media, y de los plenos ampliados de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores, las uniones nacionales de escritores y artistas, de juristas, de historiadores, de periodistas, la Asociación Hermanos Saíz, y la de comunicadores sociales.
En tan diversos espacios, a la luz de saberes, experiencias y expectativas diferentes surgirán múltiples recomendaciones y visiones que no solo completarán el trabajo previo de muchos especialistas sino, sobre todo, motivarán la confrontación de opiniones y el pensamiento creador, pero también comprometido.
Con las propuestas surgidas en la consulta, la Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista y el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030 serán reelaborados para su aprobación por el Pleno del Comité Central, y su estudio por todo el pueblo en el primer trimestre del año 2017. De la propia consulta emanarán también adecuaciones a los Lineamientos aprobados hasta el 2021.
Ese diálogo de franqueza, valentía y aprendizaje colectivo nos es muy necesario en un contexto complejo en el que confluyen retos internos como consolidar una economía eficiente y fortalecer la conciencia productiva y la confianza en que contamos con recursos y capital humano suficientes para construir una sociedad diferente, un socialismo cubano que base su prosperidad en el bienestar de la gente; y amenazas externas como la ofensiva capitalista de restauración neoliberal en Latinoamérica.
De ahí la importancia de que estos no sean meros encuentros formales, una reunión más, sino reflexiones objetivas. La capacidad de liderazgo de nuestro único Partido se basa en su diálogo con el pueblo, porque el pueblo es el Partido. Su existencia como única garantía de unidad y de definición y defensa de un proyecto de país que comparta las aspiraciones de la mayoría, depende de que en momentos y procesos como el actual participemos todos, y que “todos” no signifique “de nadie”, sino “con cada uno”. El Congreso anda tierra adentro, pongámoslo también en la voluntad.
Editorial del Periódico Adelante, de Camagüey