Siempre imaginé que si un día tenía cerca a Fidel Castro, le preguntaría tantas cosas, pero solo pude hacerlo una vez y me quedé con ansias, reflexiona la periodista Alina Cabrera Domínguez, corresponsal de Radio Rebelde en Pinar del Río.
A pesar de compartir escenario en varias oportunidades, la profesional de la comunicación explica que su figura imponente de verde olivo, todo un símbolo , además de su vasta cultura, la dejaban sin palabras.
“La primera vez que lo vi fue en el 2000, cuando la provincia alcanzó la sede del Acto Nacional por el 26 de Julio. En ese tiempo yo recién comenzaba en Radio Rebelde y constituyó mi estreno en el medio, pues venía de la emisora provincial Radio Guamá”.
Aunque la distancia los separó en esa ocasión, Alina tuvo la dicha de acompañarlo en sus reiteradas visitas al occidental territorio por la llegada de huracanes, debido a la posición geográfica de Vueltabajo, centro de esos fenómenos naturales.
Una de aquellas estancias la recuerda con especial cariño.
Reunido con la prensa en el Comité Provincial del Partido, el líder de la Revolución disertó acerca de lo que sería en el futuro el programa audiovisual en Cuba, y las estrategias a trazar en los sitios sin corriente eléctrica para el acceso de todos los estudiantes a sus bondades.
Ante la extrañeza de Cabrera Domínguez, Fidel respondió: “Tú eres muy joven para entenderlo, pero eso revolucionará la educación”.
Arribaba a Pinar del Río y se preocupaba por las personas evacuadas-acotó-, la situación de los municipios que recibirían directamente el impacto del meteoro, las acciones frente a la crecida del río Cuyaguateje (cuenca de interés nacional); así como el estado de la presa San Juan, una obra construida luego de las afectaciones del ciclón Alberto en 1982.
“En las conversaciones Fidel era capaz de hilvanar una idea con otra aparentemente inconexa, porque al final él encontraba siempre un punto de convergencia”, apunta quien hace 24 años ejerce el periodismo.
“Su inteligencia sin igual, agrega, mesura envidiable muchas veces, hidalguía y sonrisa tierna, lo convierten en un hombre único, del cual se aprendía siempre”.
Alina Cabrera aún conserva recortes de periódicos que atestiguan la presencia de Fidel en Vueltabajo y los instantes en que coincidieron. “Porque Fidel es Cuba, conocerlo fue una de las mejores experiencias profesionales, y que la vida no me volverá a regalar”.
Evelyn Corbillón Díaz / Agencia Cubana de Noticias