Pocas horas después de la visita del Presidente Barack Obama a Cuba, Josefina Vidal, directora general de Estados Unidos en la Cancillería cubana, concedió una entrevista al canal libanés Al Mayadeen, que ha publicado en su página en Youtube las versiones en árabe, español e inglés de esta conversación.
En colaboración con la televisora compañera, Cubadebate publica la transcripción de este diálogo con el periodista Kamal Khalaf, en el que Josefina comenta el impacto de la visita a la Isla del Presidente estadounidense, explica los temas difíciles que aún quedan en la agenda Cuba-Estados Unidos y, también, en tono más íntimo, habla de su condición de mujer al frente de un proceso inédito y complejo en las relaciones entre los dos países.
-¿La visita de Obama fue una sorpresa para Cuba?
-La visita de Obama no surge espontáneamente. Es resultado natural del proceso iniciado el 17 de diciembre de 2014, cuando los presidentes de Cuba y los Estados Unidos anunciaron al mundo la decisión de restablecer las relaciones diplomáticas. De entonces acá han transcurrido 15 meses, en los que hemos tenido algunos resultados, empezando por el restablecimiento de relaciones y la reapertura de embajadas, que estuvieron precedidos de la muy justa exclusión de Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo, una lista que, como nosotros siempre insistimos, nunca debió incluir a Cuba.
Con posterioridad hemos dialogado bilateralmente para dar seguimiento a la marcha de las relaciones entre los dos países y la consecución y suscripción de un grupo de acuerdos de cooperación en temas de interés mutuo que benefician a ambos países, y también de algunas operaciones comerciales, todavía muy limitadas teniendo en cuenta que el bloqueo económico contra Cuba todavía persiste.
-Señora Vidal, ¿podemos considerar que la visita de Obama produjo un cambio entre los dos países? ¿Produjo un cambio satisfactorio?
-Nosotros vemos esta visita como un paso adicional que puede ayudar a impulsar el proceso bilateral que hemos comenzado. Tuvo resultados satisfactorios para Cuba. Nuestro país se propuso que el Presidente (Obama) viniera, conociera directamente, aun durante un breve tiempo, la realidad cubana a partir de los propios cubanos y no por las informaciones que pudieran darles otras personas, y sirvió para repasar en qué punto estamos de las relaciones bilaterales. Creo que ambos reconocimos que ha habido resultados y que, aunque el camino que tenemos por delante es largo, esto era necesario hacerlo en beneficio de los dos países y permitió también identificar otras cosas que podemos hacer en el futuro.
Por supuesto existen diferencias entre los dos países en muchos temas, algunas de esas diferencias son profundas y no van a desaparecer, porque mientras la naturaleza de Estados Unidos sea la que es y todos la conocemos, y Cuba siga defendiendo su derecho a ser libre e independiente, pues sencillamente estas diferencias no van a desaparecer. Pero creo que ambos llegamos a la conclusión de que era el momento de relacionarnos de manera civilizada, reconociendo y respetando las diferencias entre las dos partes, hablando sobre esas diferencias de manera respetuosa y al mismo tiempo, en paralelo, identificar los pasos que podemos dar en beneficio de los dos países, pero también de la región de América Latina y del mundo. Pensamos que Cuba y Estados Unidos, en algunas áreas, por el potencial que tienen, pueden trabajar juntos en beneficio de todos, de toda la humanidad y también de los dos países.
Protocolo cubano
-Según dijo usted, existen diferencias complejas entre ambos países, de eso hablaremos más adelante. Antes de eso, ¿hubo un recibimiento frío a Obama? Solo estaba el Canciller, y sin embargo, en la despedida sí estuvo el Presidente Raúl Castro.
-No se tiene mucha información sobre el protocolo que rige en Cuba para el tratamiento de las visitas oficiales. Como norma en Cuba, de acuerdo con nuestras reglas protocolares, el Presidente no asiste al aeropuerto a dar la bienvenida a los Jefes del Estado. El Presidente Raúl Castro lo hizo, por ejemplo, cuando vino el Papa, pero al Papa lo vemos como una figura religiosa que transciende quizás lo que es una figura de un Jefe de Estado.
En el protocolo cubano no se estila que el Presidente asista al aeropuerto a dar la bienvenida a jefes de Estado o de gobierno, en su lugar siempre se hace representar, o por el Canciller o por algún Viceministro de Relaciones Exteriores, pero sí es usual que en algunos casos, en dependencia de cómo transcurre una visita, que el propio Presidente, como una cortesía, asista a la despedida en el aeropuerto. Por ejemplo, en el año 2011 nos visitó el ex presidente Jimmy Carter, ni siquiera era ya en ese momento Jefe de Estado. El presidente Raúl Castro no fue a recibirlo, sino el Canciller. Sin embargo, como un gesto hacia el presidente Carter y por el resultado de su estancia en Cuba, que fue muy positiva, el presidente Raúl Castro, personalmente, decidió ir a despedirlo al aeropuerto.
Esto tiene también sus raíces en la historia y le puedo sintetizar en que desde el triunfo de la Revolución hasta ahora solamente dos presidentes de Estados Unidos han decidido normalizar las relaciones con Cuba. Uno fue Jimmy Carter, que no nos pudo visitar siendo Presidente, como de hecho hizo después, dos veces, en 2002 y 2011, y en ambos casos, nuestros presidentes fueron a despedirlo. Ahora lo ha hecho al presidente Obama que, con todas las diferencias que seguimos teniendo con los Estados Unidos, con todos los problemas que aún tenemos que resolver y con todo lo que reconocemos de que la política y la estrategia de Estados Unidos hacia Cuba esencialmente no ha cambiado, sabemos a la vez que él ha sido el único otro Presidente de Estados Unidos que ha decidido tratar a Cuba con respeto y se ha propuesto iniciar un complejo proceso hacia la normalización de las relaciones, que va a tomar tiempo y definitivamente va a trascender su presidencia. Pensamos que ha sido positivo que él haya tomado finalmente esta decisión.
-¿Cómo valoró la parte cubana el discurso de Barack Obama en el Gran Teatro de La Habana?
-Hay que preguntarle a otros cubanos, pero en el caso mío que he leído tanto sobre el pensamiento de Obama, que he pasado tantos años estudiando las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, realmente su discurso era lo que yo esperaba. No hubo sorpresas para mí en su discurso. En comparación con la retórica que han utilizado otros presidentes hacia Cuba, en sentido general fue respetuoso. Creo que como ningún otro presidente de Estados Unidos había hecho antes, porque había un enfoque de negar todo lo bueno que ha hecho Cuba. Él no lo desconoció, todo lo contrario, el reconoció en su discurso cosas que nosotros hemos hecho para el bien del pueblo cubano, y para el bien de la humanidad.
Pero por supuesto, defendió los valores en los que él cree. Nosotros lo escuchamos con atención, creo que lo escuchamos en el Gran Teatro de La Habana con respeto, pero no esperábamos algo diferente, sabíamos que él iba a aprovechar ese discurso para trasladar su visión sobre lo que él considera que es la democracia, los derechos humanos. Respetamos que sea así en Estados Unidos, pero a su vez defendemos el derecho de Cuba a escoger su propio camino y el de cualquier otro país del mundo. No fue una sorpresa para mí y creo que tampoco la hubo para la mayoría de los cubanos que estuvieron en el Teatro, y me da la impresión de que los propios aplausos de los cubanos, que en algunos casos fueron efusivos y en otros casos fueron bien moderados, reflejaron en sentido general nuestra opinión sobre su discurso. Pero lo más importante es que fue escuchado con respeto y cada cubano tuvo la oportunidad de sacar sus propias conclusiones.
El bloqueo y Guantánamo
–Quisiera que comentara sobre dos diferendos importantes entre ambos países: el bloqueo y Guantánamo. ¿Se habló de estos temas en esta visita?
-Desde que el proceso de conversaciones con Estados Unidos comenzó, hay una lista de temas que son muy importantes para Cuba, que siempre han estado presentes en la agenda del lado cubano, y esa misma lista de temas estuvo presente durante las conversaciones con el presidente Obama.
Hay muchos temas pendientes entre Cuba y Estados Unidos que se han acumulado a lo largo de 50 años. Sabemos que no todos se pueden resolver al mismo tiempo, algunos yo diría son más fáciles de solucionar, porque dependerían solamente de la voluntad política y de una decisión ejecutiva del Presidente. Otros temas son más complicados, porque si incluso el Presidente tuviera la buena voluntad de solucionarlos, requieren una aprobación del Congreso de los Estados Unidos, lo cual hace mucho mas difícil la tarea.
Pero, independientemente de eso, no desaprovechamos todas las oportunidades que se nos están dando en el diálogo bilateral con los Estados Unidos, para reiterar una y otra vez todos estos temas que son de vital importancia para un día poder afirmar que ambos países han alcanzado relaciones normales. En esa lista de temas yo me atrevería a decir que hay dos que son priorizados para Cuba. El primero es la eliminación del bloqueo económico, comercial y financiero, porque como nuestro Presidente recordó recientemente, es el principal obstáculo para el desarrollo de Cuba. Es el principal obstáculo para el funcionamiento de la economía cubana, y es el principal obstáculo para el bienestar del pueblo de Cuba, en tanto esas sanciones que aún existen causan privaciones al pueblo de Cuba. Ese es un tema en el que nosotros hemos insistido mucho y creo que este proceso bilateral que hemos comenzado con Estados Unidos y tras la insistencia de Cuba, en este periodo que es bastante breve, 15 meses, el Presidente ya ha anunciado 4 paquetes de medidas para modificar la implementación de algunos aspectos del bloqueo económico.
Es cierto que solamente el Congreso de Estados Unidos puede decretar un día que el bloqueo ha terminado. Esa potestad no la tiene el Presidente, pero en paralelo nosotros sí sabemos que la ley de los EE.UU. permite al Presidente tomar importantes decisiones por la vía ejecutiva en el tema del bloqueo y esa es la razón por la cual el presidente Obama, en los últimos meses, ha dado algunos pasos en esa dirección, y ha permitido por ejemplo, a un número mayor de norteamericanos visitar Cuba, y en época más reciente permitió algo que es importante para nuestro país, que Cuba pueda tener acceso a financiamientos, a créditos para importaciones que tenga interés en realizar de Estados Unidos, y más recientemente, después de muchos años, autorizó a Cuba a usar el dólar -algo que estaba prohibido-, en sus transacciones financieras internacionales, que es uno de los mayores dolores de cabeza para la economía cubana y para nuestro sistema bancario.
Pero eso no es suficiente. Le hemos reiterado al Presidente Obama que son medidas positivas, pero que aún no son suficientes, porque el bloqueo sigue ahí y porque muchas restricciones que conforman el bloqueo están ahí, y siguen siendo un obstáculo. Por ejemplo, no se permiten prácticamente exportaciones de Cuba hacia los EEUU, por tanto estamos hablando ahora de un comercio esencialmente unidireccional, y así no se comercia en el mundo.
No se permite a las empresas de EEUU invertir en Cuba. Hay una pequeña y única excepción para las empresas de telecomunicaciones, pero más allá de estas no se permite invertir en Cuba. En fin hay otro grupo más grande de restricciones que siguen interponiéndose en los que debe ser una relación económico comercial normal. Y ese es un tema en el que Cuba sigue insistiendo y va a continuar haciéndolo en el futuro.
La segunda prioridad en la agenda de temas de Cuba es precisamente Guantánamo, porque la ocupación de ese por la base naval de EEUU es ilegal. Ese territorio está ocupado en contra del gobierno y del pueblo de Cuba, que desde el año 1959 ha estado reclamando la devolución de este territorio para el ejercicio de su totalsoberanía. Por tanto hasta que Cuba no pueda recuperar para su soberanía el control de la totalidad de su territorio no podremos decir que hay relaciones normales entre Cuba y EEUU.
Esto es un tema complejo, ahí hay una base militar, hay un centro de detención. Sabemos que el presidente Obama ha querido, para cumplir una promesa de su campaña electoral y de su gobierno, cerrar el centro de detención y aun no lo ha logrado. Todavía mantiene a un grupo de un centenar de prisioneros allí, y es un tema complejo. El gobierno de EEUU plantea que no hay condiciones en estos momentos para solucionar el tema de la ocupación de ese territorio, pero eso no quiere decir que Cuba va a abandonar el tratamiento de ese tema. Vamos a seguir insistiendo, porque ese es un territorio que tiene que ser devuelto a Cuba para que haya relaciones normales.
-¿Pospondrán las conversaciones sobre Guantánamo, por el momento?
-No, para nada, en cada uno de los encuentros que hemos tenido con EEUU nosotros seguimos hablando del tema de Guantánamo, lo que no podemos decir es si se va a resolver mañana. De hecho el Congreso de los EEUU, conociendo que esto es un reclamo de Cuba, acaba de aprobar una ley para tratar de impedir que ese territorio sea devuelto a Cuba. Esta ley se aprobó a fines del año pasado y este año está tratando de aprobarse de nuevo, como parte del proceso de asignaciones presupuestarias. Vemos que dentro de EEUU hay fuerzas que están tratando de posicionarse para impedir que algún día ese territorio sea devuelto a Cuba. Por tanto, le digo que es un tema que tiene una mayor complejidad que una simple decisión ejecutiva, pero eso no quiere decir que Cuba va a postergar ese tema. Cuba va a mantener ese tema, como su segunda prioridad en su lista, en su agenda con EE.UU.
La relación entre Cuba y EEUU siempre ha sido asimétrica
-Los Estados Unidos están reclamando a Cuba respeto a la oposición política, las libertades públicos y los derechos humanos ¿Qué le han prometido a Obama respecto a esos temas? ¿Qué le van a ofrecer a Estados Unidos? ¿Hay algún riesgo para Cuba?
-Mire, la relación entre Cuba y EEUU siempre ha sido asimétrica, nosotros le decimos a EEUU que no hay nada que Cuba tenga que hacer para merecer una buena relación con EEUU, porque en Cuba nosotros nunca hemos promulgado políticas, ni legislaciones contra los intereses de los EEUU ni que discriminen a las empresas o a los ciudadanos de los EEUU. Es en EEUU donde a lo largo de los años se han promovido políticas que afectan a Cuba y que son lesivas a la soberanía de Cuba, por tanto aquí no hay nada que tengamos que modificar, porque le haga daño a los EEUU. Ese país es el que todavía tiene que desmontar muchas políticas y legislaciones que han sido hostiles al nuestro y que durante muchos años le imprimieron un carácter de hostilidad a las relaciones entre los dos países.
Ciertamente EEUU quisiera que Cuba haga cambios, cambios internos, que respondiesen a intereses que tiene EEUU con relación a nuestro país, pero desde que comenzamos este proceso le dijimos muy claramente al gobierno de EEUU que Cuba está dispuesta a hablar, a hablar, con EEUU de cualquier tema. No hay tema tabú. Podemos hablar de nuestra visión del mundo, del ejercicio del derecho internacional, de la soberanía, de los modelos políticos, de la democracia, de los derechos humanos, para intercambiar puntos de vistas y experiencias, porque no hay un modelo único en el mundo, ni nadie es perfecto en este mundo, y lo que puede funcionar para un país, no necesariamente funciona para otro, porque los modelos no se exportan, los modelos son resultados de procesos muy profundos, generados por los propios pueblos a partir de su historia, tradiciones y sus propias experiencias políticas.
Por tanto le hemos dicho a los EEUU, hay que hablar de todo, pero negociar temas internos que solo competen a Cuba, nunca. O sea, Cuba está dispuesta a negociar la solución de temas pendientes, como negociamos, por ejemplo, el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, pero jamás va a negociar con los EEUU temas de su soberanía, de su ordenamiento interno, que solo al pueblo de Cuba, por ser en quien descansa la soberanía del país, corresponde decidir.
Creo que eso está claro y hemos llegado hasta este punto precisamente, porque se ha dejado bien clara cuál es la regla del juego. Porque nosotros tampoco le pedimos a EEUU que cambie en su país cosas que a nosotros no nos gustan. Por ejemplo, una manera de ejercer la libertad de expresión en EEUU es que personas que tienen mucho dinero, lo destinen a las campañas políticas y financien a candidatos a las elecciones. Nosotros pensamos que el dinero corrompe los procesos políticos, y que no es apropiado que solo las personas que tengan dinero sean los que puedan tener un papel activo en las decisiones o en la política de un país. Pero le tocará a las personas de EEUU, a su Congreso, a su sistema judicial, decidir si pone o no límites al papel del dinero en el proceso político. Cuba jamás va a poner como una condición a los EEUU que eso cambie para podernos relacionar.
En ese país se considera una libertad sagrada la tenencia de armas de fuego, no importa las consecuencias negativas que eso tenga. Para Cuba antes que el derecho a portar armas está el derecho a la vida, y por tanto no admitimos el derecho a la tenencia de armas de fuego, si lo que está en juego es la vida de un niño o de la vida de una persona que puede ser atacada de manera injustificada con un arma de fuego. Sin embargo, le corresponderá al pueblo de EEUU tomar una decisión en ese tema. No nos gusta cuando, por ejemplo, una persona llega a una escuela de EEUU y asesina a niños inocentes, pero eso le corresponderá al gobierno de los EEUU y a su pueblo resolverlo, independientemente de las opiniones que nosotros podamos tener. Y de eso se trata, que hablemos de las experiencias de cada uno, que intercambiemos con franqueza, pero sin que uno quiera imponer su modelo a la otra parte.
-¿Puede comentar sobre la reunión de Barack Obama con los opositores?
-Sí, mire, ese es un tema altamente sensible para Cuba. Si existe una pequeña, vamos a decir, “oposición” entre comillas, y por qué digo entre comillas: porque Estados Unidos a lo largo de los años ha realizado muchos esfuerzos para fabricarla. Es un pequeño grupo de personas, quizás una o dos docenas de personas que a lo largo de los años han estado al servicio de los intereses de los EEUU y no de los intereses del pueblo de Cuba. Porque trabajan al servicio de una potencia extranjera de la cual reciben aliento, instrucciones, financiamiento, directo e indirecto, a través de fondos que anualmente el Congreso de los EEUU aprueba a solicitud del gobierno para promover cambios en nuestro país, por medio de un programa que se llama “Programa para promover la democracia en Cuba”, que es totalmente ilegal y por tanto nosotros no admitimos. Este asunto forma parte de uno de esos temas pendientes que hemos incluido en la agenda a resolver por parte de EEUU para poder normalizar las relaciones.
Fue una decisión del presidente Obama reunirse con esas personas. Para nosotros esas personas carecen de total legitimidad, no tienen credibilidad, y de hecho fue muy curioso para nosotros los cubanos, hace unos años cuando se divulgaron los cables de Wikileaks leer un mensaje que el Jefe de la oficina diplomática de EEUU en La Habana en ese momento, el señor Jonathan Farrar, escribió al Departamento de Estado caracterizando a este pequeño grupo como “personas que están desunidas, no se organizan entre sí y solamente están detrás del dinero”. Por tanto, yo creo que el propio gobierno de EEUU reconoció por sí mismo que estas personas no tienen legitimidad, porque la legitimidad solo la dan los pueblos, no la da un visitante que quiera venir a Cuba a reunirse con esas personas, y el pueblo de Cuba, por supuesto, no le ha dado a esas personas ninguna legitimidad.
Soft Power
-Obama utilizó a un humorista famoso para hablarle al pueblo cubano, recurrió a palabras en español y del argot cubano. ¿Qué buscaba EEUU con esto? ¿Será esto expresión de la “guerra blanda” (soft power) que se lanza contra Cuba?
-Para Cuba siempre, a lo largo de su historia, la relación con EEUU significó un reto, porque desde los propios orígenes de los EEUU, desde la época de los padres fundadores de la nación norteamericana, se dio a conocer la pretensión de los gobiernos de los EEUU de controlar los destinos de nuestro país. Incluso hubo planes de anexar a Cuba a los EEUU, de comprarle Cuba a los españoles, y siempre vivimos con esa pretensión. De hecho en una época de nuestra Historia lo logró, al final de nuestra larga guerra de independencia contra España, EEUU intervino en la guerra, supuestamente para “ayudar” al ejército cubano, cuando este virtualmente había ganado la guerra. En vez de dejarnos a los cubanos tomar nuestras propias decisiones, nos ocuparon militarmente cuatro años, y nos dominaron después, durante 60 años, en la época a la que denominamos semicolonia, Cuba fue una pseudorepública controlada por el capital y por los intereses políticos de los EEUU.
Pero ni siquiera entonces los EEUU pudieron matar la cubanía, ni siquiera entonces pudieron acabar con las ansias de libertad y de independencia, ni siquiera entonces pudieron imponer su cultura a Cuba. Debo reconocer que en la cultura de Cuba hay mucha presencia de la cultura estadounidense; la cultura de EEUU nunca ha sido ajena a Cuba, porque somos países que a lo largo de los años hemos tenido muchos nexos, muchos lazos, económicos, culturales, históricos pero también afectivos, familiares, cubanos que a lo largo de los años se establecieron en los EEUU y estadounidenses que se establecieron en Cuba. Lo que quiero decir con todo esto es que Cuba se ha desarrollado a lo largo de su historia con un sentimiento patriótico, nacionalista y una fuerte cultura y una fuerte cultura política.
Usted tiene razón: la batalla en lo adelante, más que una batalla en una guerra caliente, es una batalla cultural y va a ser una guerra cultural, una guerra por el dominio de la mente de las personas, por el dominio de los corazones de las personas. Pero yo confío que Cuba está preparada para esta batalla. No hay que deponer las armas, no hay que bajar la alerta, porque este país, Estados Unidos, es muy poderoso y tienes recursos que no tiene Cuba. Pero nosotros tenemos recursos muy poderosos también: nuestro pueblo, el amor de este pueblo a su país, a un país independiente; tenemos el orgullo del cubano, de ser libre, de no dejarse dominar. Creo que sí, tenemos un reto por delante como lo hemos tenido a lo largo de nuestra historia, pero tenemos potencialidades para enfrentar esta nueva etapa de nuestras relaciones con EEUU, y creo que también hay oportunidades, porque ha sido muy difícil para Cuba desarrollarse durante 56 años con una política de hostilidad, de bloqueo, de sanciones, de intentos de aislamiento. Una relación distinta le va a permitir a Cuba también identificar oportunidades que quizás nos permitan que el cubano pueda expresar todas sus potencialidades como nación. Y creo que se abre un camino interesante, no exento de retos y, también, lleno de oportunidades para todos los cubanos.
Nuestros principios, inalterables
-Antes de llegada de la Obama el representante de Cuba ante la ONU intervino sobre Siria y sobre la lucha palestina. ¿Ha sido intencional esta expresión de principios justo antes de la visita?
-Quizás antes de la visita hubo una coincidencia de eventos que provocaron que Cuba tuviera una secuencia de declaraciones y pronunciamientos en relación con todos estos hechos en algunas regiones y a nivel internacional. Eso es expresión de lo que Cuba ha dicho desde un inicio: estamos dispuestos a avanzar hacia la construcción de una relación de nuevo tipo con los Estados Unidos. Aspiraríamos a que entre Cuba y los Estados Unidos se establezca una relación de convivencia civilizada, pero siempre hemos dejado claro que esto no quiere decir en ningún caso que Cuba va a renunciar ni a los principios ni a las ideas en las que siempre ha creído, tanto de orden interno, como en relación con temas internacionales.
A lo largo de todo el proceso comenzado con Estados Unidos, en lo personal recuerdo muy vívidamente que en medio de las negociaciones para el restablecimiento de las relaciones el año pasado, el gobierno de Estados Unidos emitió una orden ejecutiva declarando a Venezuela una amenaza extraordinaria para su Seguridad Nacional. Rápidamente plantamos nuestras banderas y no importaba que estuviésemos en el medio de ese proceso de discusiones para restablecer las relaciones, lo importante era sacar la cara por Venezuela y dejar bien claro ante el mundo y ante Estados Unidos que aquello que se había hecho con Venezuela era una injusticia. Concitó el rechazo de Cuba y también el de toda América Latina. Debe quedar muy claro que nuestro proceso con Estados Unidos no va a significar que Cuba deje de ser lo que siempre ha sido.
Para nosotros la defensa de las causas justas del mundo va a seguir formando parte intrínseca de los principios de nuestra política exterior y no va a cambiar. Hemos llegado aquí a este punto, en buena medida por eso, porque no hemos cambiado y porque le hemos demostrado a Estados Unidos que hay que respetar a los países como son y no hay que pretender que los países tienen que cambiar para poder merecer una relación distinta con Estados Unidos. Ese es el mensaje, hay que seguir firme en las convicciones, con principios. Por eso nos hemos ganado el respeto y por eso hemos llegado a este punto hoy.
-También noté que han recibido al Presidente Nicolás Maduro en visita oficial, poco antes de la llegada de Obama. ¿Eso estaba relacionado con el Presidente de Estados Unidos que llegaría al día siguiente?
-No llevo personalmente las relaciones con América Latina pero sí conozco que ya había una decisión desde hace un tiempo de otorgarle esta alta distinción al presidente Maduro. Hay una relación especial entre Cuba y Venezuela, en la que el presidente Maduro ha jugado un papel importante, además de sus méritos en la conducción de la Revolución bolivariana. Sé que se estuvo buscando la posibilidad de este viaje, que por determinadas razones no se pudo hacer en una fecha prevista inicialmente y coincidió con que la fecha en que él pudo viajar a Cuba fue en la antesala de la llegada de Obama. No creo que se haya hecho con una intención marcada. Era algo que ya se había previsto hacer y que forma parte del ciclo de las relaciones normales especiales que tenemos con Venezuela, en el contexto de lo cual se firmaron nuevos acuerdos, se identificaron nuevas áreas de cooperación. O sea forma parte de la relación con un país hermano como Venezuela.
Más y mejor socialismo
-¿Los valores comunistas se verán afectados con los cambios que se están produciendo en Cuba? ¿Habrá en Cuba un nuevo socialismo, o una nueva izquierda o un comunismo restringido a partir de las relaciones con EEUU?
-De acuerdo con informaciones que disponemos la mayoría del pueblo de Cuba apoya el proceso actual con los Estados Unidos, pero no desconocemos que hay un segmento de la población que, de manera legítima, tiene algunas preocupaciones por la actitud que Estados Unidos ha mantenido hacia Cuba no solo en el periodo de estos más de 50 años, sino siempre a lo largo de su Historia.
Nosotros sabemos que el proceso actual con los Estados Unidos requiere construir confianza, porque si algo ha faltado en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos por muchos, muchos años es la confianza, sustentada en todas las políticas agresivas que se han diseñado de Estados Unidos para forzar a Cuba a realizar cambios en la dirección de los intereses de aquel país. Pero le diría a usted que la mayoría del pueblo de Cuba tiene confianza en el gobierno cubano, tiene confianza en las decisiones que se están tomando, aprecia que estas decisiones se sustentan en una profunda reflexión. No se está haciendo nada de manera improvisada, todo ha sido bien razonado, con el pensamiento permanentemente en los intereses de Cuba y en la defensa de los intereses de Cuba, y creo que eso se ve en lo que estamos haciendo y en los resultados que estamos teniendo.
Las personas aprecian esto también cuando ven que la naturaleza de Cuba no está cambiando, que Cuba sigue defendiendo el socialismo, que Cuba lo que se está planteando ahora es cómo mejorar ese socialismo, porque tenemos problemas que han surgido como resultado de deficiencias internas y que hemos identificado y se está trabajando para solucionarlas. Pero todo el tiempo de lo que se habla en Cuba es de que estamos trabajando para más socialismo y un mejor socialismo; un socialismo que sea sostenible en el tiempo y que a su vez vaya a responder las necesidades aun no resueltas de la población.
En Cuba nadie está hablando de la restauración del capitalismo, aunque pueda haber personas con ese tipo de aspiración, sino que se está hablando de más socialismo y un mejor socialismo, y ese es el programa que ha desarrollado Cuba para los próximos años. Es el programa del Congreso del Partido Comunista de Cuba, que va a rectificar aquello lo que no se haya hecho bien y va a aprobar un programa de desarrollo económico y el social del país para los próximos años. Es un futuro de socialismo y solidario con las causas justas del mundo.
-¿Se contempló un encuentro entre Obama y Fidel Castro?
-En esta visita no se contempló en el programa un encuentro entre el presidente Obama y el líder de la Revolución cubana. Yo escuché una entrevista que el presidente Obama le concedió a un presentador de ABC News de los Estados Unidos, donde él no descartó la posibilidad de que ese encuentro se pudiera hacer en el futuro, planteando que quizás ese pudiera ser como el cierre a la etapa de la Guerra Fría que por muchos caracterizó las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos. El presidente Carter, cuando vino a Cuba en 2002, por supuesto que fue recibido por el Presidente Fidel Castro. En 2011, cuando regresó a Cuba ya Fidel Castro no estaba al frente de nuestro gobierno y el Presidente Carter lo fue a visitar, como mismo lo hacen muchísimos líderes que visitan nuestro país, porque Fidel es una figura de talla universal, con un prestigio reconocido en el mundo entero. Entonces veremos, veremos.
La vida me ubicó en este lugar
-¿Qué dificultades ha tenido por ser mujer? Las que movilizaban por la causa de los Cinco son mujeres; la que dirige el equipo negociador con EEUU es una mujer; quien preside el Instituto Cubano de Amistad con los pueblos, es una mujer.
-Eso se debe a la Revolución cubana, que desde que triunfó en 1959 se propuso la igualdad de géneros y la igualdad de oportunidades para las mujeres. Lo primero que hizo la Revolución cubana para contribuir a este esfuerzo fue una gran campaña de alfabetización, un gran programa que permitió el acceso al estudio y al trabajo, y facilitó que las mujeres pudieran ejercer profesiones en igualdad de condiciones que los hombres.
A lo largo de los años los resultados se han visto, más del 60% de la fuerza profesional, de las científicas cubanas, de los médicos cubanos son mujeres. Le voy a ser sincera: nunca he percibido que en Cuba se me trata diferente por ser mujer. Creo que en Cuba se respeta a las personas, por lo que logren en la vida. Da lo mismo si usted es un hombre o si es una mujer; si usted se esfuerza, si usted trabaja, si usted se prepara, si usted estudia, usted tendrá la forma de realizarse en la vida. La vida me ubicó en este lugar. No me lo propuse, realmente. Me gustó la carrera diplomática siempre. Quería ser diplomática, cuando terminé la enseñanza preuniversitaria, era lo que yo quería estudiar. Aprendí el idioma inglés y me especialicé en Estados Unidos, y una cosa vino detrás de la otra. Es el resultado de una vida profesional. Llevo 25 años dedicada a este tema y esa vida profesional me puso aquí, en este preciso momento, en el momento en que se dio la gran decisión de abrir un proceso de negociaciones con Estados Unidos. Cuando eso sucedió, estaba yo, pero podría haber sido un hombre, cualquiera de los que me antecedieron en mi cargo. Lo que hice en representación de mi gobierno y cumpliendo con las directivas de mi gobierno, fue tratar de hacer lo mejor posible para representar los intereses de Cuba en este complejo proceso.
Tomado de: www.cubadebate.cu