Éramos un puñado de atrevidos…, un grupo entusiasta de periodistas, agendas y cámaras en mano, atravesando las pedregosas montañas imienses… surcando 17 pasos del río Jojó, con el temor de la crecida, por el pertinaz chubasco de la jornada, tal como aquella noche gloriosa del 11 de abril de 1895, cuando el Apóstol desembarcó por La Playita, al pie de Cajobabo.
Una veintena de colegas evocamos el histórico ascenso de Martí a Mayor General del Ejército Libertador, durante la primera Cruzada Juvenil de la prensa guantanamera, allí, en Rancho de Tavera, a unos cinco kilómetros del Consejo Popular de Cajobabo-Veguita, en las proximidades del puente, donde comienza La Farola.
Vega de la Batea loma arriba
Hacia la manigua nos encaminamos reporteros, fotógrafos, camarógrafos, estudiantes y directivos de la Upec en el Alto Oriente cubano. Por un estrecho y escabroso sendero, rugió el motor del tractor rumbo a la finca Anacahuita, apacible monte de la familia Díaz, ubicada en El descanso, donde montamos el campamento juvenil, rodeado de palmeras y mangas, y de un tupido paisaje,.
La lluvia apremia, el mediodía avanza, mientras las historias del Rancho de Tavera aguardan por los caminantes; quienes sobre la marcha conocen a los seis únicos pioneritos de la Escuela primaria Camilo Cienfuegos, una de las cuatro ubicadas en la circunscripción ocho, que abarca los asentamientos El Descanso-Najesial-Arrollo de Carlos-Las Cruces, con una población de solo 192 habitantes.
Blanquísimo el busto del Maestro, decorado con hermosas flores al pie de la bandera; una pequeña aula dispuesta con sillas y mesas y, en el patio trasero, ellos repasan para nosotros la biografía del más universal de los cubanos.
Allí conocimos a Freddy Martínez, joven promotor cultural de 31 años, quien dirige a los infantes en grata improvisación de canciones y poesías tantas veces leídas en La Edad de Oro.
“Junto a la instructora de teatro -comenta Freddy- trabajamos la música y la literatura, que por aquí son manifestaciones bien gustadas por los pequeños, y también la danza y la artes plásticas -apunta y continúa: diariamente recorro varios kilómetros de ida y vuelta estimulado por estos niños que aprenden, se divierten y están agradecidos de nuestra labor”.
A zapato nuevo, como describe el propio Martí en su Diario, avanzamos “la altísima loma, de yaya de hoja fina, majagua de Cuba y cupey”, que finalmente pone fin al recorrido.
Sitio sosegado, recóndito, tal vez por eso más sagrado y propio de culto para cada habitante de esta nación. Un pequeño obelisco y un rancho como el que perteneciera a la familia Tavera, marcan el lugar donde acamparan los patriotas, los días 14 y 15 de abril de 1895.
Nos recibe Emilio Ortiz Hernández, quien a sus 64 años y por tradición familiar, custodia el significativo rincón, uno de los 13 improvisados campamentos donde descansara el Apóstol, en zona guantanamera.
Con emoción profunda el hombre declara: “Cuidar este sitio es un privilegio, una honra perenne a Martí; oportunidad que la Revolución me dio, y mi hijo, de 12 años, tendrá que continuar algún día”, asegura el campesino, impresionado por tantas cámaras y grabadoras en derredor.
Entrevistas y proyectos periodísticos desarrollamos los “expedicionarios de la prensa”, y también visitamos cuevas cercanas, entre ellas, una pequeña donde -aseguran los lugareños-, Martí fue ascendido a Mayor General, iluminado por velas, y en un ambiente matizado por el olor a jutía asada con boniato, y la discusión de las ordenanzas de la guerra.
En acto evocador, junto al sitial, el campesino-custodio subrayó el valioso significado de la incorporación del fundador del Partido Revolucionario Cubano al escenario de la Guerra Necesaria, mientras la estudiante de Periodismo, Giselle Figueras, emitía un mensaje de la Upec en solidaridad con el canal Telesur, vetado por el Gobierno argentino.
Recorrer los agrestes y hermosos parajes del municipio de Imías, pisar el suelo oscuro del lugar, y respirar la brisa suave que mueve ramas de yagruma o caoba, es percibir la presencia del Apóstol, y remontarse a una historia que acaricia el espíritu y sacude.
A 121 años de los históricos sucesos, la nueva generación de reporteros del extremo oriente cubano, convocó a la segunda edición de Cruzada Juvenil, para finales de año en Maisí.
Dayana Mesa Giralt
Fotos: Lorenzo Crespo y José Llamos Camejo