Ana Núñez Machín, es una persona con quien tuve el privilegio de conversar cuando me incorporé a la Delegación de Periodistas Jubilados de la UPEC, de la cual ella es fundadora cuando le llamaban Grupo Asesor.
Me atrevo a presentarla como “pupila” cautivada, porque ya conocía de sus investigaciones sobre el poeta y revolucionario Rubén Martínez Villena.
La sencillez de Ana, el hablar bajo y a la vez fuerte, me acercó más al quehacer e historia de esta cubana joven de pensamiento y acuciosa investigadora.
Y, ¿por qué en estos días le dedico una breve reseña? Es que, gracias al interés de la directora actual de la Biblioteca Rubén Martínez Villena, Regla Perea, tuve la oportunidad de compartir en esa institución, junto a colegas y asiduos visitantes de aquella sede, en el corazón de una plaza colmada de visitantes, muestras e historia, en la Habana Vieja.
Con detalles amistosos y agradecidos por las investigaciones de Ana, un grupo de intelectuales habaneros encabezados por el Presidente del Instituto de Historia capitalino se refirieron a la invitada como sagaz y acuciosa investigadora y por supuesto al nombre, móvil del acto, Rubén, aquel revolucionario radical que aún vive con “su pupila insomne y su párpado abierto…” atento y expectante por la patria de hoy y la que continuará así de rebelde, entre los cubanos del mañana.
Los trabajos de la profesora Ana Núñez Machín, dedicados a El joven Rubén en la década del 70 y su Rubén Martínez Villena, entre otras obras, que la incansable intelectual escribió, convirtieron el reciente encuentro de sencillez y buen hablar, en una mañana de abril con homenajes dobles, al poeta de la década del 30, al revolucionario radical que aún muy enfermo, acompañaba la lucha en las primeras décadas del siglo pasado, y a la escritora que continúa sus lecturas en pos de enriquecer la historia nuestra, inolvidable y necesaria siempre, porque olvidar no ha sido nunca característica del cubano.
Quien suscribe esta nota también se ha privilegiado porque ambas continuamos en la Delegación de Periodistas Jubilados de la UPEC, ahí la conocí personalmente y le agradezco su atención y compañerismo, a los organizadores del tributo al insomne de la mente y el ojo tan abierto, gracias por reiterarle el reconocimiento a su estudiosa investigadora.
Ana se había preparado para conversar sobre Rubén, y ¡qué sorpresa cuando una de sus estudiosas recibió el agradecimiento de los bibliotecarios!.
(Rosario Fernández)
