En el habitual espacio Entre Colegas, que se realiza en la Casa de la Prensa, periodistas, fotógrafos y realizadores narraron sus vivencias de cómo conocieron a Fidel Castro, en las condiciones donde lo vieron por primera vez y cómo quedaron marcados por la aureola que lo rodea.
Por más de dos horas, Arleen Rodríguez Derivet, integrante de la Presidencia Nacional de la Upec, estuvo moderando un encuentro convocado a propósito de la Jornada por el Día de la Prensa Cubana, que contó con la presencia de 10 Premios Nacionales José Martí Por la obra de la vida, entre los que estaba Susana Lee, una de los tres que recibirán ese reconocimiento este año.
Ante la pregunta de Arleen, de por qué Marta Rojas no le había hecho una entrevista a Fidel, la también Premio Nacional de Periodismo José Martí, aseguró que nunca se le ocurrió pedirle una entrevista, que es el género periodístico que menos le gusta.
En cambio Susana, ante la misma interrogante, confesó haber compartido con el líder varios momentos importantes de su carrera, pero nunca tuvo la entrevista que todo periodista hubiera querido hacer, aunque estuvo involucrada en diferentes actividades desempeñadas por el Comadnante en Jefe.
Para el Premio Nacional José Martí, Pedro Martínez Pírez, la relación con el Comandante fue, desde el plano profesional, con otros matices. Él tuvo el privilegio de acompañarlo en varias oportunidades a diferentes viajes al extranjero, momentos en los cuales pudo hacerle más de una entrevista.
Rememoró cuando en un panel en la televisión, solo él le pudo hacer una pregunta, “los demás periodistas se fueron en blanco, es que él hablaba mucho y se tomaba el espacio de uno, por eso había que estar bien preparado para entrevistarlo. Fidel cuando quería hablar contigo, te seleccionaba”, aseguró Pírez.
Susana, por su parte, resaltó el aspecto preciosista del líder cubano, “él era muy celoso con lo que se publicaba, tenía un sentido del periódico, de la inmediatez. Estaba donde había un evento, un acontecimiento, un ciclón, eso te posibilitaba tener una opinión con cara, con rostro”.
Marta Rojas, a quien la unen lazos de larga data con Fidel, rememoró los tiempos del asalto al cuartel Moncada, su llegada a La Habana desde Isla de Pinos y cómo el joven revolucionario escribía en diferentes medios de prensa de la época, artículos de denuncia sobre el robo de fondos públicos y las propiedades que tenían los políticos batistianos.
Rosa Miriam Elizalde, varias veces Premio Nacional de Periodismo Juan Gualberto Gómez por la obra del año, rememoró cómo en una ocasión cubrió un accidente en Santa Clara, donde se personó Fidel y allí el líder se interesó por los heridos y su posible evolución clínica. Al final la invitó a ella y a Susana Lee a almorzar, encuentro en el cual habló de muchas cosas y ella le pidió permiso para publicar sobre lo que había expresado. Con su consentimiento, se dispuso a preparar su relato, y, Susana, en gesto solidario y ético, no publicó nada al respecto en Granma, que era diario, “al contrario me ayudó a conformar la nota para que esta saliera el domingo, cuando aparecía Juventud Rebelde en el período especial.
Entre anécdotas y recuerdos el tiempo marchó de forma implacable y cada quien expuso sus experiencias y contactos con el dirigente revolucionario que se convirtió en paradigma, no solo de líder, sino también de periodista.
En 1980 salía el primer contingente de maestros para Nicaragua y a la entonces Agencia de Información Nacional le correspondió la cobertura. La reportera encargada de la misma era la entonces bisoña periodista Zenaida Ferrer, quien debía escribir la información en el propio escenario del acto la información y dársela al Comandante para que la revisara, “recuerdo que hice casi tres cuartillas y cuando él la vio solo me corrigió dos palabras y me dijo: no es lo mismo lo que se dice según la entonación y el momento, que verlo después escrito”, rememoró la colega.
Otra Premio Nacional dePeriodismo José Martí, Irma Cáceres, destacó la relación franca y espontánea de Fidel con la prensa, de cómo le gustaba escuchar a los periodistas, conversar con ellos, saber sus opiniones. Trajo a colación el viaje del Comandante en Jefe a Moscú, en 1987, cuando el último congreso del PCUS, “allí lo vi un día pensativo dando paseítos y me le aproximé y le pregunté: Comandante, qué usted cree de Gorbachov, y él me dijo: Imagínate, y qué tú crees de la transparencia (glasnot), me dejó sin palabras, en vez de una respuesta me hacía una pregunta”.
De Fidel no solo escribieron los periodistas, con ellos viajaban los fotógrafos que cubrieron visitas y recorridos del líder, por eso el escenario del teatro de la Upec, se vio animado por imágenes del líder, de la autoría de notorios fotorreporteros cubanos, mientras se escuchaban las historias.
También dieron sus testimonios Freddy Moro, Juvenal Balán, Jorge Valiente, Raimunfo Gómez Navia, entre otros, que trajeron de vuelta momentos importantes de la vida del Comandante, plasmados en materiales audiovisuales, publicaciones impresas y/o en instantáneas captadas por el lente de sus cámaras.
Otro de los aspectos que siempre ha asombrado de Fidel Castro, es su proverbial memoria, por ello Juana Carrasco, se sintió sorprendida el día que Fidel le dijo, en el acto de reconocimiento a los periodistas que habían trabajado en la campaña por el regreso del niño Elián González: “Te lo dije que lo íbamos a traer…”
Yo me quedé sin comprender, rememoró Juana Carrasco, pero luego recordé que cuando él anunció el inicio de la batalla por el retorno del niño, ella le había preguntado que si él creía que eso sería posible. Y ahí estaba dándome la respuesta”.
El conversatorio, convertido en un ambiente festivo como merece la celebración del 90 cumpleaños de Fidel, cerró con la propuesta de su moderadora Arleen Rodríguez, de encontrarse nuevamente, para en esa ocasión, disfrutar de varios materiales audiovisuales sobre el líder de la Revolución cubana.
