Sus caricaturas abordan temas tan disímiles como las guerras imperiales, el terrorismo, la paz, la lucha por el regreso de Los Cinco, el descontrol, los malos servicios y otros que la gente siempre ha sabido reconocer.
La noticia no me tomó de sorpresa. Es más, hace mucho tiempo la esperaba. Pedro Méndez Suárez ha sido reconocido con el Premio Nacional de Periodismo José Martí, junto a otros dos destacados colegas, Susana Lee y mi coterráneo Luis Orlando Pantoja.
A Pedro lo admiraba desde hace mucho tiempo, al disfrutar de sus magistrales trazos en el suplemento humorístico Melaíto y algunas exposiciones suyas a las que tuve acceso. Sin embargo, mientras ocupé la jefatura de información en el semanario Vanguardia, fue en verdad cuando tuve la oportunidad de conocerlo a fondo.
Recuerdo que en una decisión colectiva del Consejo de Dirección, decidimos solicitarle al genial caricaturista la ilustración de las portadas del periódico provincial de Villa Clara, tarea que cumplió de manera disciplinada cada semana junto a otros colegas de Melaíto.
Desde luego que a él nunca había que sugerirle el tema, porque siempre estaba “arriba de la bola”, como solemos decir los cubanos. Bien podía ser un asunto doméstico o de cualquier situación internacional que estuviera en la palestra pública, lo cierto es que nunca faltó su Comentario Gráfico, como le pusimos a la sección.
“Mira a ver si esa idea te cuadra”, me decía. Yo, que siempre me consideré una especie de meñique al lado de su gran estatura como artista, solo atinaba a decirle, Pedruco, “la partiste” hermano.
Por la portada de Vanguardia, y después de Granma, donde también Pedro ha sido un asiduo colaborador, pasaron centenares de buenas caricaturas en las que abordó temas tan disímiles como las guerras imperiales, el terrorismo, la paz, la lucha por el regreso de Los Cinco, el descontrol, los malos servicios y otros que la gente siempre supo reconocer, porque el trazo de Pedro Méndez resulta inconfundible.
Si algo recuerdo muy bien, fue la pasión y entrega con la que el director de Melaíto asumió la tarea de contribuir, desde el arte, a la defensa de Los Cinco. El hecho de que hubiera un caricaturista entre ellos, Gerardo Hernández Nordelo, ayudó a forjar en él la firme voluntad de traerlos de regreso a la Patria, tarea a la cual se consagró.
Valiéndose de la colaboración de la luchadora Alicia Jrapko, y de otros amigos, logró fomentar una linda relación entre el joven antiterrorista y el colectivo de Melaíto. Hasta la prisión de Victorville, en California, llegaron muchas veces varios números del suplemento para romper las barreras del aislamiento y del injusto encierro.
Por eso no resultó extraño que una vez en Cuba, entre las primeras cosas que hiciera Gerardo fue ir hasta el hogar de Pedro a recompensarlo por tanta entrega, algo que la familia recuerda como uno de los días más felices en la vida del humorista.
Ahora, cuando la vida intenta jugarle una mala pasada, limitándolo, en parte, de su innata capacidad de comunicación y de su mano de pintar, él ha sabido sobreponerse una vez más a las adversidades para continuar su obra creadora, como expresara Silvio “a la zurda más que diestro”.
Ese es el Pedro Méndez que conozco y admiro, a quien puedo repetir, claro que me cuadra Pedruco que recibas el Premio de Periodismo José Martí por la Obra de la Vida, como también me cuadra tu arte, tu entrega y la humildad de guajiro placeteño que te caracteriza.
Tomado de: www.granma.cu