Comenzó la cuenta regresiva para la Muestra Joven del Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográficos (ICAIC), la más seria y extensa representación del audiovisual producido en la Isla de manera alternativa, que ocurrirá del cinco al 10 de abril próximo.
Clases magistrales, eventos teóricos, exposiciones y talleres se añadirán a los festejos por los 15 años de la cita. Para obtener detalles de los planes de la celebración y conocer sobre los más recientes intereses de los jóvenes realizadores, la Agencia Cubana de Noticias conversa con Juan Carlos Calahorra, miembro del Comité de Selección y director de Bisiesto, la publicación impresa del evento.
– ¿Qué temas sobresalen este año entre las obras en concurso?
– Hay un grupo importante de obras que tratan el tema de la mujer en espacios tradicionalmente masculinos como pueden ser la fotografía de cine, el entorno rural o la realización del tatuaje, tres documentales abordan eso. También en la ficción se alude a la mujer violentada, a cargo de la familia.
“Otro conjunto se dirige a representar conflictos del pasado, personalidades con un amplio trayecto de vida. Por ejemplo, está El tío Alberto, que trata la figura de Chinolope, fotógrafo paradigmático; o Héroe de culto, que refleja la iconografía de José Martí desde su muerte hasta el presente; o Sigo viva, historia de vida de la actriz matancera Miriam Muñoz. También algunas discurren acerca de las psicopatologías.
“Se observa, además, un corpus relevante de propuestas que provienen de realizadores cubanos que no están físicamente en Cuba, un gesto de lealtad, de añoranza y confianza en el foro”.
– ¿Cuáles son las carencias o deficiencias más comunes en estos materiales?
–Como cine joven hay deficiencias, sobre todo, debidas a la formación, porque aquí concurren realizadores espontáneos y no solo cineastas. Estas insuficiencias se manifiestan en falta de profundización en las anécdotas o en cierta miopía a la hora de enfrentar determinada realidad que a veces es tan familiar que no la vemos.
“En el documental se tiene el falso concepto de que un buen personaje o un espacio peculiar garantizan calidad. Muchas veces los creadores se sienten voceros de situaciones específicas en contextos y personajes olvidados y descuidan el tratamiento cinematográfico.
“Entender el documental como obra de arte pasa también por entender cuánta riqueza hay en el tratamiento espacial, planimétrico…
“El cine cubano joven adolece de eso, de falta de conciencia de cuánta riqueza hay en la contemporaneidad y nos vemos representando los mismos tópicos, las zonas pobres, los personajes marginados. Eso ya tiene una tradición de representación grandísima, sin embargo hay zonas apenas tratadas”.
– ¿Crees que las obras participantes mantienen esa esencia crítica que ha venido caracterizando a la Muestra desde sus primeros años?
–Yo creo que la mantiene, aunque quienes llevan mucho más tiempo perciben que esa tendencia ha ido disminuyendo, tal vez porque los realizadores ya ven cubiertas determinadas zonas de la realidad y se van a tópicos más universales, a conflictos interiores.
“Pero no considero que el espíritu haya desaparecido, justamente cuando te mencionaba las obras que tratan el pasado no hablaba de obras descomprometidas, ni acríticas, todo lo contrario, se va al pasado para enjuiciar el presente.
“Del mismo modo yo celebraría que se rebasara ese espíritu porque la obra de arte no es solo una tribuna, también debe fabular, ofrecer mundos alternativos, explorar otros universos personales, y nuestras obras pecan de falta de universalidad, de no ser entendidas fuera de nuestro contexto. La Muestra como evento y sus espacios teóricos vienen a estimular un compromiso que trascienda esa realidad”.
– ¿Qué planes tiene la Muestra para celebrar sus 15 años?
–Pienso que será una celebración discreta, haremos un repaso pero no se trata de una apología a nosotros mismos, porque al final el evento sin la producción joven es imposible.
“Habrá un taller de guión de comedia que impartirá el español Diego San José, escritor del filme Ocho apellidos vascos, y un panel dedicado al guión en el cine joven. La idea es hablar sobre qué temas narramos, qué nuevas estructuras podemos encontrar, y también de los problemas de la academia. Sabemos, por ejemplo, que no existe la carrera de Guión en la Facultad de Medios Audiovisuales (FAMCA), sin embargo sí existe en la Escuela Internacional de Cine: ¿hasta qué punto eso es beneficioso?
“No es esencialmente una Muestra diferente, lo que hace la diferencia es el concepto que proponemos para leer las obras. Si el año pasado teníamos el diagnóstico y nos dedicamos a identificar nuestros principales problemas, y llamamos a los realizadores a que se autodiagnosticaran, ahora en el 2016 utilizamos la metáfora del viaje.
“El viaje porque nos ayuda a meternos en el espíritu de celebración, porque de alguna manera cuanto más lejos llegue una película más largo será el viaje del espectador. Cuando hablamos de viajar hablamos de riesgo estético, y hay muchas obras que se quedan a medias en esa travesía infinita, que es el proceso de la creación. Todas las metáforas de la Muestra giran en torno a este concepto para justamente hablar del cine, de sus deficiencias”.
– ¿Cómo quedará estructurado el Bisiesto este año?
–El Bisiesto se ha diseñado temáticamente como el año anterior pero de una manera tal vez más madura. El primer número lo dedicaremos a la producción fuera de la capital, mediante un ensayo y la crítica de obras que se extraen dentro del panorama en concurso.
En los siguientes Bisiestos se abordará entonces el interés de los realizadores en el pasado, el cine joven fuera del país, las obras que se arriesgan estéticamente, y el deseo de testimoniar el presente.
“El sexto Bisiesto, que es el que anuncia los premios, también lo hemos cargado de sentido, porque contendrá un resumen del evento y un ensayo con todas las variantes del concepto de viaje del que te hablaba. Será como el editorial al final para dejar que el espectador interprete por sí mismo.
“Una vez más la publicación está encaminada a acercar a los críticos a fijarse en el cine joven, estamos hablando de propuestas que muchas veces no llegan a la Revista Cine Cubano y el Bisiesto propone sumarlas a la tradición y comprometerse con su análisis”.
–La Muestra ha tenido que cambiar para mantenerse ¿podrías resumir cuáles han sido sus principales aciertos y desaciertos?
–Luego de una pequeña crisis que sufrió el evento tras la renuncia de Fernando Pérez hace tres años creamos un ente que denominamos Junta directiva, conformada por cinco realizadores que se suman al rediseño y a la organización de la cita. La Junta cambia anualmente, unos se renuevan y otros permanecen. La elección se hace al final de cada Muestra por los propios realizadores, esa es la forma como se ha establecido aunque no es un mecanismo rígido y ha sido algo muy positivo.
“Estamos intentando experimentar soluciones a desaciertos que hemos tenido, como por ejemplo, la comunicación. Ha sido un gran problema la convocatoria a un público general e incluso al público especializado o a los estudiantes de las escuelas de cine y a los jóvenes universitarios. También en los espacios teóricos ha habido muy poca participación.
“Ahora existe una estrategia, sobre todo en las redes sociales donde antes apenas teníamos presencia, también pondremos una red wifi dentro del evento para que la gente pueda acceder a la programación. Estoy seguro que se va a garantizar un público mayor”.
– ¿Algo más que quisieras destacar o adelantarnos?
– Queremos reconocer el apoyo de muchos productores no instituidos formalmente, hablo de especialistas con un alto compromiso con el evento y con el cine joven quienes han puesto a disposición de los realizadores su equipamiento: sonidistas, realizadores, fotógrafos que han decidido otorgar un premio en el apartado Haciendo Cine, poniendo su cámara a disposición.
“Muchas veces son cineastas que han rebasado el tiempo de admisión (35 años) y que regresan por el deseo de estimular a los que continúan. Ese gesto altruista va ser muy visible este año en el Haciendo Cine y es digno de reconocer”.
Hoy la Muestra se acerca más al propósito fundacional de ser un festival organizado por los jóvenes realizadores cubanos. Ha logrado convertirse en el espacio para guiar a las nuevas generaciones que inician sus pasos por los caminos del séptimo arte y en “la casa” para quienes año tras año participan con el empeño de hacerlo mejor.
Ojalá la Muestra siga significando eso, siga cambiando con los nuevos tiempos y resulte capaz de mantenerse a la vanguardia como representación del audiovisual que se produce en Cuba.
Por Mariateresa Hernández Martínez / Agencia Cubana de Noticias