Este jueves 18 de febrero el hemisferio occidental se levantó con un twitazo que ha dado la vuelta al mundo en poco tiempo: Barack Obama, presidente de los Estados Unidos de América, anunció en su cuenta personal de esa red su viaje a la Mayor de las Antillas en marzo próximo.
Poco después del anuncio hecho por el Presidente mediante Twitter, la Secretaría de Prensa de la Casa Blanca confirmó la noticia en una nota oficial, y aseguró que el Presidente estará en La Habana el 21 y 22 de marzo próximo.
Al respecto el gobierno cubano confirmó la noticia con una conferencia de prensa ofrecida por Josefina Vidal, Directora General de Estados Unidos en la Cancillería cubana, quien afirmó que el Presidente Barack Obama será bienvenido por el gobierno y el pueblo cubanos con la hospitalidad que los caracteriza, durante la visita que el mandatario estadounidense realizará a Cuba los próximos 21 y 22 de marzo.
Además, enfatizó que es una oportunidad para que Obama conozca la realidad cubana y a la vez una oportunidad para demostrar los deseos del gobierno cubano de establecer una relación basada en el respeto a las diferencias entre ambos países.
Aunque dejó claro a la prensa que las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos, solo se podrán considerar restablecidas cuando se elimine el Bloqueo y se devuelva la Base Naval norteamericana en Guantánamo, a su legítimo dueño, el pueblo cubano.
Medios de prensa de todo el mundo y de diferentes tendencias políticas o intereses resaltan el hecho de que un presidente norteamericano vuelva a Cuba al cabo de 80 años, pues el último que lo hizo fue Calvin Coolidge, en 1928 durante el mandato de Gerardo Machado.
La reacción entre la oposición al mandatario yanqui no se hizo esperar y descuellan por su posición intransigente los archiconocidos enemigos de Cuba y de cualquier entendimiento entre ambos países. Por ejemplo Ileana Ros Lehtinen, escribió en su cuenta de Twitter y declaró al canal 51 de Miami, que “visita de Obama a Cuba, es una concesión al régimen comunista de la isla”.
Mientras los candidatos presidenciales Marco Rubio y Ted Cruz, ambos de ascendencia cubana, criticaron la decisión de Obama de visitar la isla caribeña. Y afirmaron que si fueran presidentes de los Estados Unidos, no visitarían la isla mientras los Castro estuvieran en el poder.
El odio visceral de estos individuos no les permite ver más allá de sus intereses personales y electoreros, sin tomar en cuenta que las encuestas dicen que más del 70 por ciento de la población norteamericana aprueba el acercamiento con Cuba.
Durante la conferencia de prensa ofrecida por Josefina Vidal en el Centro de Prensa Internacional de La Habana, esta aseguró ante una pregunta de la AP sobre el deseo de Obama de ayudar al bienestar del pueblo cubano, que el Presidente estadounidense podrá tener una visión directa de la realidad cubana y de todo lo que se está haciendo en la Isla en estos últimos años para la mejoría de ese bienestar que tanto se merece la población cubana