Una amena charla sobre el cooperativismo sostuvo en Cienfuegos el doctor Jesús Cruz Reyes, quien transmitió sus experiencias como profesor e investigador de la Universidad de La Habana, a economistas, profesores, trabajadores estatales y por cuenta propia, administradores, funcionarios y periodistas.
Durante el encuentro realizado en la sede provincial de la ANEC, efectuó un recorrido histórico del cooperativismo en el mundo y en Cuba antes y después del triunfo de la Revolución. Antes de l959 en nuestro país, el cooperativismo se manifestó en algunas esferas como el transporte de ómnibus, el mutualismo en servicios de salud, algunas agrícolas y de ganaderos medianos y la no existencia de cooperativas de profesionales.
Recordó que tras el triunfo revolucionario surgieron las primeras Cooperativas campesinas bajo el auspicio del INRA (Instituto Nacional de Reforma Agraria), luego las cooperativas de producción agropecuaria con la participación de la ANAP y más adelante las UBPC (Unidades Básicas de Producción Cooperativa) derivadas de empresas estatales.
“De ese proceso hay experiencias positivas y otras negativas. Nunca he formado una cooperativa – indicó el profesor – pero veo cómo se han formado y cómo funcionan. Lo que he hecho toda mi vida es defender el cooperativismo”, afirmó Cruz Reyes.
Una revitalización de esta modalidad productiva se produjo a través de los lineamientos económicos y sociales aprobados por el Sexto Congreso del Partido que apreció la conveniencia de su formación para aprovechar el potencial existente no agropecuario.
Elementos de consideración política en esta etapa lo constituye la creación de una actitud favorable a las cooperativas, así como imprescindibles son los conocimientos de la experiencia nacional e internacional del cooperativismo.
Relaciones multisectoriales
Para su desarrollo y consolidación es necesario preparar a los gobiernos locales, ministerios y empresas para recibir cooperativas, liberarlas de irregularidades éticas y económicas, persuadir, convencer de la misión social de las cooperativas , lograr un proceso participativo en su creación , incluido el papel sindical, además de las alianzas con la ANAP, ANEC , Universidades y otros organismos en los que se pueda recabar apoyo.
“Para la transformación a cooperativas no basta la voluntad administrativa o el entusiasmo de la gente”, indicó el profesor y a renglón seguido subrayó: “Se requiere de una preparación y educación previa , en las que se esclarezcan la responsabilidad de todos sus integrantes, así como los niveles de decisiones en los que impere la democracia en su funcionamiento.”
“Hay que definir claramente las atribuciones de jefes de brigada, turnos, obras, áreas y el control sobre ellos; se requiere de un personal experto y calificado para ciertas funciones y capacitar permanentemente, pero además aprender de otras cooperativas antes y no heredar errores de funcionamiento de la empresa”.
También se precisa del esclarecimiento del rol del aparato técnico operativo, el vínculo de la contribución personal de cada uno con el resultado económico de la cooperativa, así como la medición del aporte de cada cooperativista y el ingreso monetario individual.
Reglas de éxitos para cooperativas
En su exposición, el experimentado investigador enumeró un conjunto de reglas que de cumplirse cabalmente contribuyen al éxito de las cooperativas y entre las primeras que planteó se encuentran un buen clima de relaciones laborales y personales para lograr la estabilidad; liderazgos y habilidades de organización y mando reconocidos por los cooperativistas y técnicos calificados deseosos de colaborar y de sacrificarse por el colectivo.
Hay que mostrar conocimiento y dominio en sus relaciones con clientes, proveedores y otras entidades locales y nacionales y habilidades para evaluar proyectos económicos, sistemas de crédito, tributación, seguros, etc.
“La cooperativa no es una panacea, es un proceso complejo”, reflexionó el investigador, pero como defensor declarado del cooperativismo también recordó el proverbio africano: “Solos vamos más rápido, juntos llegamos más lejos”.
Actualmente existen 498 cooperativas no agropecuarias aprobadas, el 77 por ciento de origen estatal y se encuentran funcionado 347, de ellas 173 en La Habana.
En cuanto a las actividades que ejercen, la mayor cantidad pertenece a gastronomía con 110, seguidas de las que se dedican al comercio minorista de productos agropecuarios con 79 y las de la construcción y producción de materiales de construcción con 63.
Otras con cifras representativas son las de producción y reparación de muebles, cerámica, confecciones textiles, clavos de herrería, calzado, talabartería y plásticos con 21; 17 las de comercialización de aves y 15 dedicadas a la recuperación de desechos.
Las demás se distribuyen en servicios personales y técnicos; transporte de carga y servicios al transporte; transporte de pasajeros; servicios contables; producción y servicios decorativos; servicios de energía; producción de alimentos y bebidas y servicios técnicos de mantenimiento y reparación de equipos.
En cuanto al plano social afirmó que en las cooperativas se aprecia un sentido de pertenencia en sus integrantes, el cumplimiento de los horarios, las normas técnicas, la disciplina laboral, una adecuada convivencia vinculada con la gestión asociativa, mayor unión entre los socios, una preocupación por la superación y el intento por atender problemas sociales.
Siguiendo su hilo de pensamiento, Cruz Reyes se refirió a los aspectos positivos del actual proceso, entre los que aparecen mayor participación de los trabajadores y más autonomía en la toma de decisiones, aparición de iniciativas propias ;se aprecian en el plano económico, las ganancias obtenidas, los ingresos de los cooperativistas y costos de las distintas producciones, el cumplimiento de los planes acordados, el aprovechamiento y cuidado de los materiales disponibles y medios de trabajo y un mejor control interno.
Sin embargo, quedan aspectos por resolver. El profesor Jesús Cruz Reyes mencionó en este sentido la lentitud en la creación de las cooperativas, las relaciones con los Bancos, la cadena de suministros y encadenamientos en general y el aumento de los costos.
También han sido limitantes en el proceso la herencia de cultura de empresa estatal, los prejuicios, la contribución social, las cuestiones legales y aun la capacitación insuficiente.
Entre sus ideas finales, el profesor subrayó que no es lo mismo decir:”Aquí va una cooperativa, que Aquí el estado deja de actuar como tal. No se trata de imponer, sino de demostrar que la cooperativa ofrece más posibilidades en determinadas actividades. La cooperativa es colectiva. Se benefician todos. Los acuerdos se adoptan por todos”.