Reproducimos del sitio digital Clases de Periodismo la entrevista que le hiciera la colega Esther Vargas a Ramón Salaverría, profesor de la Universidad de Navarra, y coautor del emblemático libro “Periodismo integrado: convergencia de medios y reorganización de redacciones” (2008).
Ramón Salaverría, profesor de la Universidad de Navarra, y coautor del emblemático libro “Periodismo integrado: convergencia de medios y reorganización de redacciones” (2008), observa un cambio en las redacciones desde la fecha de su investigación hasta hoy: “He tenido curiosidad en investigar cómo han ido evolucionando los espacios donde los periodistas trabajan y he llegado a advertir que cada diez años las redacciones tienden a ir cambiando en su estructura, organización interna, perfiles. Cada diez años uno percibe ciertos denominadores comunes. El libro que publicamos Samuel Negredo y yo refleja tendencias que estaban reconfigurando la sala de redacción principalmente de periódicos. A partir de allí hicimos una exploración de casos de referencia. Luego ha habido una evolución que ha seguido patrones vanguardistas”.
Salaverría puntualiza que en en este año ha notado “tendencias que nos anuncian una nueva forma de organizar los espacios de trabajo”. El profesor deja muy claro que estas afirmaciones se basan en observaciones, y no propiamente en un mapeo. Sin embargo, está claro para él, como para otros expertos consultados para la investigación que motivó esta entrevista, que estamos en una etapa de transformación. Entre 2015 y 2025, este cambio se dará y se hará más visible. Así lo cree Salaverría, quien recomienda mirar con atención el caso de The Washington Post, emblemático diario que hoy es propiedad de Jeff Bezos, y que en los últimos dos años contrató a más de cien periodistas que entienden internet y aportan “nuevas formas narrativas” con textos, videos, gráficos interactivos e, incluso, realidad virtual, según Martin Baron, director de El Post.
Este diario con tanta historia, dice Salaverría, hoy está articulando el digital y el impreso, y repensando cómo debe ser un diario moderno. “Está colocando hombro con hombro al equipo de tecnología con los periodistas”, remarca. ¿Cómo se explica este proceso? Entre 2005 y 2015 se buscó que el equipo impreso y el digital colaboren en el mismo espacio, “pero al fin hablábamos de periodistas con periodistas. Hoy tenemos no tanto que se junte el impreso y el digital. Hoy vemos que el equipo editorial está combinando con el equipo tecnológico. Me refiero a desarrolladores tecnológicos, una combinación propia de empresas de internet”.
-Es pronto para saberlo y es prematuro anunciar que seguirán la misma senda, pero es verdad que desde que Bezos compró El Post muchas miradas están puestas en este medio porque puede marcar las líneas para actualizar la industria a los requerimientos de la era digital. Una persona como Jeff Bezzos conoce las características y necesidades. Por lo tanto, el tipo de abordaje que vaya a aplicar a su diario es interesante. Tal vez no veremos de inmediato estos resultados, pero a lo largo de esta década es posible que se genere un referente. Ahora, es algo que los medios nativos digitales ya están haciendo. En España hay una eclosión. Los más exitosos y avanzados tienen como característica principal que están trabajando hombro con hombro con los desarrolladores . Esto no es prostituir los contenidos. Es dar a los contenidos cualidades que permitirán aprovechar todo su potencial.
No hay modelos únicos para las redacciones. Y Salaverría me lo reitera ante la consulta puntual para la investigación “La sala de redacción en beta. Tiempo de cambios en la era digital”
-No hay un modelo que se pueda aplicar a todo los casos. No hay un modelo único, lo que hay es la necesidad de conectar adecuadamente la esfera tecnológica con la esfera editorial. ¿Cómo se resuelve esto en términos espaciales? Me parece que ya son concreciones específicas que cada medio desarrollará en función de sus peculiaridades. Para esta nueva década, hablar de un patrón único es algo que no se puede aplicar.
¿LA ERA DE LOS MEDIA LABS?
El profesor Ramón Salaverría realizó una breve investigación titulada “Los labs como fórmula de innovación en los medios”, donde analiza las características, actividades y resultados de los laboratorios – conocidos como labs – promovidos en los últimos años por empresas periodísticas de prestigio, a escala internacional. La muestra es pequeña, pero reveladora: se hace un estudio comparado de 31 labs en base a la información corporativa que ofrecen en sus respectivos sitios web y en sus cuentas en Twitter
Tras la revisión de este trabajo, le pregunto a Salaverría si los labs serán una tendencia en las redacciones modernas, y cuestiono si esto podría darse en América Latina.
-La tendencia de los laboratorios lleva cinco años. Ahora, identifiqué una treintena de casos, en Estados Unidos y unos países europeos. Yo no los encontré con tal nombre. Hay algunos diarios y unidades de innovación en narrativas multimedia y exploración del periodismo de datos. Medios como La Nación de Costa Rica, o de Argentina, se han distinguido y han sido reconocido como medios que hacen exploración de periodismo y visualización de datos .Es parte de lo que hacen los labs. Son incubadoras de nuevos proyectos, incluso empresariales, donde invitan a star ups. La empresa periodística se puede ver beneficiada.
Están poniendo en evidencia que hay una necesidad de incorporar innovación en las organizaciones periodísticas. Las redacciones tienen dificultades, pero han visto la necesidad de crear estos espacios para promover la innovación. El reto es pasar de la prueba a la aplicación. No basta descubrir sino aplicarlo. El embrión de laboratorios y otros fenómenos similares llevarán a un enriquecimiento de la organización. Sin descuidar, claro, el factor humano. Aquí también hay que recordar: los robots o el periodismo automatizado libera de tareas tediosas, pero no hay que alarmarse. Es un error pensar que a través de herramientas automatizadas se van a remplazar a los periodistas profesionales. Los robots que son sistemas de algoritmos, al menos de momento, sirven para enriquecer, pero no sustituyen la los periodistas.
El profesor remarca: “Los robots no van a reemplazar a los periodistas”.
Se pensaba, recuerda, que la agregaduría de contenidos sería la fórmula ideal, pero “los medios que están triunfando son los que sacan sus propios temas”. Y en esa línea nos reta: “El periodismo es una profesión que afronta cambios drásticos y profundos, pero esto no significa que las herramientas sustituyan las actividades de los medios en general y en particular de los periodistas. La hipótesis de un medio sin periodistas no funciona. Podemos enriquecer el trabajo con la tecnología. La tecnología es buena, pero no para sustituir a las personas.
¿Se necesitan grandes inversiones para implementar labs en las redacciones?
-Muchas organizaciones resistentes al cambio prefieren comprar una rotativa que cuesta 30 millones de dólares. Hay que arriesgar. La investigación en tecnologías digitales es mucho más asequible, pero depende la dimensión del alcance que se desee. Google, Facebook, Twitter y Amazon necesitan una infraestructura tecnológica costosísima, pero en medios las inversiones son más pequeñas.
Se trata quizás de destinar el dinero a las áreas que realmente se requieren. Es momento de dejar atrás gastos tradicionales.
-Sí, esa es la idea. Un lab está para pensar en cómo innovar, no solo en exploración de la tecnología, sino en cómo usar la tecnología para contar las historias. Veo diversidad de formas narrativas. Estamos en un momento de experimentación multimedia. y en ese sentido creo que los laboratorios son un entorno para pensar e idear nuevas formas. Las narrativas en el ámbito de internet son una combinación de todos los lenguajes posibles. Internet nos da la posibilidad de tener todos los formatos posibles. Básicamente lo que vemos desde finales desde los 90 es que hay una exploración cada vez mas profesional de este tipo de narrativas. Lo que vemos es que hay una exploración narrativa más rica, más diversa. Formulas más sorprendentes. Ya no hay un patrón común. Cuando salió el Snowfoul del NYT muchos medios imitaron ese formato. Pero hace dos años o año y medio, organizaciones, incluso pequeñas, sorprenden con formatos novedosos. Buscan formas diferentes.