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La Aurora, primer periódico obrero editado en Cuba

periodico_auroraEste 22 de octubre se cumplieron 150 años de un hecho de importancia en la historia de las luchas de los trabajadores cubanos por su emancipación, y muy especialmente en la impronta de la prensa en Cuba.
Se trata de la salida en La Habana de la edición primigenia del semanario La Aurora, el primer periódico obrero editado en Cuba, donde ya muchos años antes habían surgido otras publicaciones periódicas, como La Gaceta de La Habana (1782) y el Papel Periódico de La Habana (1790).

La aparición tan tardía – más de ocho décadas después – de un órgano de prensa obrero se explica porque en esa época aún imperaba en la Isla el régimen esclavista y apenas existían incipientes núcleos de trabajadores en pequeños talleres manufactureros o en sus casas.

Según datos incluidos en la enciclopedia digital cubana (ecured.cu), el fundador y director de La Aurora fue el joven asturiano Saturnino Martínez, quien era torcedor de la fábrica Partagás, tenía ideas reformistas, era aficionado a las letras y creó el primer gremio obrero, la Asociación de Tabaqueros de La Habana, por lo que es considerado el primer líder de los trabajadores de ese sector.

El literato cubano Manuel Sellén figuró entre los colaboradores de La Aurora, órgano en el que también se publicaron trabajos de otros destacados intelectuales como Felipe Poey y José Fornaris.

Si bien el logotipo de presentación o machón de la nueva publicación decía «Semanario de Literatura y de Artes» (quizás una forma de evitar la censura), un subtítulo especificaba que era un «Periódico semanal dedicado a los artesanos», palabra con la cual se denominaba entonces a todos los obreros de las fábricas de tabaco y otros trabajadores de las artes y oficios industriales.

No obstante la férrea censura que imponían los colonialistas españoles, desde las páginas de La Aurora se denunciaron los míseros salarios que recibían los obreros, el hacinamiento en los talleres, los precios prohibitivos de los productos de primera necesidad y los altos alquileres, que hacían infrahumanas las condiciones en que laboraban y vivían los trabajadores.

En torno al rol de este semanario, en el tomo I del libro Historia del Movimiento Obrero Cubano se señala que «en la lucha contra esos males apelaba a los sentimientos cristianos de que hacían ostentación los patronos y los exhortaba a que trataran a los obreros de acuerdo con las prédicas del Evangelio».

En sus páginas la publicación planteaba que los maltratos e injusticias que sufrían los obreros se debían esencialmente a su retraso cultural, por lo que insistía en la necesidad de que alcanzaran conocimientos de aritmética, física y química, entre otros.

También se pronunciaba en favor de la organización de bibliotecas públicas y escuelas nocturnas, y sus campañas posibilitaron la creación de las lecturas en las tabaquerías, que con el tiempo se convertirían en una amena e instructiva práctica generalizada en toda la Isla.

Pese a que la proyección ideológica de La Aurora tenía matices reformistas y utópicos en cuanto a los métodos de lucha de los trabajadores, su labor contribuyó a fomentar la organización y la unidad obrera, lo cual no era del agrado de las capas más reaccionarias de la sociedad cubana y los colonialistas españoles, que determinaron el cese de su publicación al iniciarse la Guerra de los Diez Años, en 1868.

En los años venideros y en la medida en que fueron incrementándose el número de obreros y consolidándose sus organizaciones, surgieron en Cuba otros medios de prensa con ese perfil como El Productor, La Voz Obrera y Alerta, que continuaron el camino iniciado hace 150 años por el semanario La Aurora, el más antiguo precursor de nuestro actual Trabajadores.

Fuente: Hernán Bosch – Tiempo 21

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Redacción Cubaperiodistas
Sitio de la Unión de Periodistas de Cuba