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Lectura de fin de semana: El buen periodista es desobediente

manu-bravoUn Fotoperiodista, premio Pulitzer 2013,  el español Manu Brabo, quien labora como free lance, es retratado por otra colega para dejar al descubierto los avatares del profesional comprometido con la honestidad
¿Por qué coge la cámara y se va a trabajar a un país en guerra?
Es la clase de trabajo que me interesaba dentro del periodismo. Me gusta que mi trabajo, mi vida al fin y al cabo, sean de utilidad social. Me gusta informar al ciudadano de lo que sucede en el mundo. Hay un dicho que dice que “el ciudadano más informado es el libre”, ¿no? Y mi trabajo siempre se ha centrado en poner foco en los conflictos sociales.

¿Qué ha aprendido?
A ponerme en el lugar del otro. A empatizar. Este trabajo nos da la medida de lo que somos en el mundo, que la vida es un suspiro, y que ninguno estamos libre de que nos veamos, de un día para otro, en esa situación. He aprendido que por un porcentaje muy pequeño de macarras, países enteros se han venido abajo y se han visto envueltos en guerras. Mira Ucrania, la esperanza del Este. Hace tres años celebraba la Eurocopa y dos después entra de lleno en un conflicto.

Obtiene el Pulitzer 2013 con una foto que mostraba a una Siria desangrándose en un niño sobre los brazos de su padre. ¿Por qué deja Siria?
No me he ido de Siria. Me quedé allí para siempre. Todos los que hemos ido a trabajar a Siria no hemos logrado volver. Ya no somos lo que éramos antes de llegar. Ha vuelto otra cosa, pero no nosotros. Estuve trabajando siete meses allí y casi me muero de dolor. Siria te deja profundas cicatrices. Es el único conflicto que sigo día a día, noticia a noticia, que me preocupa enormemente.

¿Ha perdido a muchos compañeros?
A muchos compañeros. Y a muchos amigos. Porque cuando vas a trabajar a un país en guerra, el 80% de tu tiempo convives con su gente; el resto, trabajas. De manera que llegar a encariñarte con ellos, a quererlos, a implicarte más allá de tu trabajo.

¿Se ha roto alguna vez sacando alguna instantánea?
Cuando trabajo soy un animal, trato de mantener la cabeza fría, de manera que vas acumulando el dolor, el llanto de los niños, sus ojos. No es un trabajo fácil. Te va dejando un poso de tristeza . Y va un día, el menos pensado, tomando una imagen te rompes en dos. Te desplomas. A veces, para siempre.

¿Tienes algún compañero tocado?
Todos. Todos estamos tocados. Este trabajo pasa factura. Tiene su precio. Sobre todo cuando ves que los compañeros nos estamos dejando la piel o la vida, mientras el mundo mira para otro lado. Siria es un juego macabro al que no quieren poner fin. No hay una verdadera intención de acabar con esa guerra. Según el Observatorio de Siria van 300 mil muertos. Yo estimo que son muchísimos más.

¿Cómo es un buen periodista?
El buen periodista debe ser desobediente con los jefes, incómodo para el sistema, curioso ante la existencia y honrado. Honrado siempre.

¿Existe la objetividad en el periodismo?
No. No existe la objetividad. Eso es un invento de las escuelas de periodismo. El periodista debe ponerse siempre del bando de los civiles, gente que se ven sufriendo un conflicto que no han organizado ellos. Y con los civiles no se puede ser objetivo, porque te duelen.

¿Dónde está el límite ético de una foto? ¿Se lo impone a si mismo?
El límite ético es que te dan tus padres en tu casa y eso se ve en la fotografía. No estamos aquí para lograr laureles ni conseguir una gran carrera profesional, sino para contar historias de verdad. Hay que ser muy responsable en este trabajo porque gente inocente muere a nuestro alrededor. Luego te puedes encontrar que una foto tuya los otros la utilizan para su beneficio, de ahí que hay que dejar el trabajo lo suficientemente bien acotado, para que, en la medida de los posible, eso no suceda. Hay que ser honrado en este trabajo, insisto. La imágenes deben ser limpias y no forzadas.

¿Se acerca a la escena o trabaja con zoom?
Utilizo focales cortos. No tengo focales largos, ni zoom ni un drone para hacer el trabajo desde casa. Robert Capa decía que “si no estás lo suficientemente cerca, no harás una buena foto”. Si no consigue tener una idea de lo que la gente está viviendo y sufriendo, no harás un buen trabajo. Yo me acerco a un metro de distancia. Todo lo que puedo.

Un tuit suyo de hace días dice: “la fotografía es mi berrinche contra el mundo”.
Es la forma que tengo para denunciar lo que veo. No conozco otra mejor.

En 2011 estuvo secuestrado en Libia durante 43 días. ¿Por qué regresó?
Una vez liberado volví a España, descansé un par de días y regresé a Libia a seguir con mi trabajo. Porque ese es mi trabajo: denunciar. Pero no olvide que nosotros somos unos privilegiados. Siempre podemos regresar. Ellos se quedan y alguien tiene que contar lo que allí sucede.

¿Le gusta ser freelance?
Te da independencia de los intereses políticos y económicos de ciertos medios de comunicación. Con el tiempo logras hacer de la necesidad una virtud. Actualmente formo parte de la cooperativa ME-MO Magazine, junto con otros fotoperiodistas, utilizando la fuerza de la tecnología digital, combinando fotografía, vídeo, texto, infografía y animación 3D con el fin de desarrollar y consolidar nuevas formas de hacer periodismo. Es también una forma de defender el periodismo independiente y los derechos humanos junto a gráficos como Fabio Bucciarelli, Guillem Valle o Diego Ibarra.

Ha nombrado muchas veces la palabra honestidad a lo largo de la entrevista.
Es muy importante trabajar con crudeza y con franqueza en el periodismo. Esta profesión consiste, por encima de todo, en mirar con honestidad.

Fuente: Canarias en Hora

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